Videos

Una marea de turistas toma una Valencia engalanada de arte y sátira fallera

Una marea de turistas, falleros y niños ha tomado las calles de Valencia, que hoy ha amanecido repleta de sátira e ingenio en sus monumentos "grandes"que ironizan sobre políticos, deportistas y banqueros y nutren su arte de crisis, recortes y corrupción.

Con el sol resplandeciente desde primera hora, las fallas han cumplido con la tradición de amanecer "plantadas"tras una noche de trajín, con falleros y artistas tratando de tener listo todo para la cita de hoy con los jurados que han de decidir cual es la mejor en cada categoría.

Las Fallas de Valencia de 2014 van quemando etapas y el torrente de emociones no cesa. Tras conocerse los ninots que se salvarán del fuego tanto en infantiles como en grandes, y las fallas ganadoras de cada categoría infantil, hoy le toca el turno a sus hermanas mayores.

Presidentes y falleras mayores, con los nervios a flor de piel, reciben a los jurados de profesionales de diferentes campos relacionados con el mundo de las fallas, que evalúan el modelado, la pintura, el acabado y el atrevimiento de los artistas al crear su obra, para decidir cuál es la mejor de este año en cada categoría.

Ya a primera hora, los alrededores de las fallas, especialmente de las que compiten en la Sección Especial e invierten más en su monumento, lucían largas colas de público que ha tenido que esperar a que se marchara el jurado para, previo pago de una entrada, poder entrar a contemplar el monumento desde el interior del vallado.

Mientras, por el exterior, visitantes y turistas se arremolinaban en torno al monumento e inmortalizaban con sus cámaras y teléfonos móviles las escenas que más les llamaban la atención.

Con un presupuesto próximo a los siete millones de euros (un millón menos que el año pasado), las fallas compiten en altura, majestuosidad, equilibrio e innovación pero todas apuestan por la ironía y la sátira que emana del arte fallero y del que no se libran este año la familia real, los políticos y los banqueros.

El Rey Juan Carlos, su yerno Iñaki Urdangarín, la infanta Cristina o políticos españoles como Mariano Rajoy, Alfredo Pérez Rubalcaba, Cristóbal Montoro, Alberto Fabra, Rita Barberá, María Dolores de Cospedal o Luis Bárcenas, e internacionales como Ángela Merkel y Barak Obama no escapan a su crítica voraz.

La cacería del Rey, los sobres, los recortes de Montoro, el servilismo de Rajoy a Merkel, las irregularidades de Urdangarín protagonizan algunas escenas de las fallas, en las que no falta el "famoseo"con la duquesa de Alba, Alaska y Mario Vaquerizo, el cocinero Alberto Chicote o deportistas como Nadal, Ronaldo o Messi.

También tiene su hueco el cierre de Radiotelevisión Valenciana y miembros de su comité de empresa se han fotografiado junto a un ninot de Fabra dando una patada al logotipo de Canal e imitando este gesto.

El público no ha escatimado halagos a la majestuosidad y belleza de la gran menina de la falla Nou Campanar, a la exactitud al imitar la puerta del Banco de Valencia de Na Jordana o la altura y equilibrio del remate de la obra de Convento Jerusalén.

En el epicentro fallero, la plaza del Ayuntamiento, lucen los veinte metros del colosal Moisés hecho con varillas de madera, en el que se han invertido 170.000 euros y que bajo el lema, el "Decálogo de los valencianos", reinterpreta los mandamientos bíblicos con acciones para ser buen ciudadano y buen valenciano.

Pero el mayor interés lo despiertan las fallas de Especial que este año denuncian la actualidad política y social con situaciones cómicas con entidades bancarias, usando el mundo del teatro, la seducción, la música clásica y popular, el elogio al dulce, el amor, la búsqueda de la "pasta perdida"o las propias fiestas falleras.

Valencia luce una fisonomía transformada por calles cortadas, casales, churrerías y puestos de venta ambulante y de artesanía por muchos rincones, que ponen a prueba la paciencia de los conductores que se resignan a que falleros, turistas y niños se apoderen de las calzadas.

Con un ambiente festivo y de plena algarabía, hasta un millón de personas podrían pasar por la ciudad durante estos días, en los que la ocupación rondará el 85 % aunque los hoteles céntricos ya están llenos, para disfrutar de unas fiestas declaradas Bien de Interés Cultural y que aspiran en 2015 a ser Patrimonio de la Unesco.