Madrid

Artesanía convertida en roscón

La Antigua pastelería del Pozo lleva casi dos siglos fabricando este dulce de forma tradicional. Tienen tanto éxito que hay que reservar para poder disfrutar de uno

El concurso Dulcería premiará al mejor dulce Alimentos de Valladolid 2023
El concurso Dulcería premiará al mejor dulce Alimentos de Valladolid 2023larazonLa Razón

La Antigua pastelería del Pozo lleva casi dos siglos fabricando este dulce de forma tradicional. Tienen tanto éxito que hay que reservar para poder disfrutar de uno

Hoy es el día de Reyes y mientras los pequeños de la casa están rebosantes de nerviosismo e ilusión por la llegada de los magos de Oriente, los mayores buscan un buen roscón del que disfrutar en familia. Desde hace más de una semana los obradores están trabajando sin descanso para poder cubrir la demanda de dulces en estas fechas. Hay muchas pastelerías que se afanan en la producción de roscones, pero pocas cuentan con la antigüedad de la Pastelería del Pozo, situada en el número 8 de la calle del mismo nombre. El obrador, que es el más longevo de Madrid, fue inaugurado en 1830 y tanto su fachada como su interior mantienen el aspecto original, ya que constituye una de sus señas de identidad.

No es lo único que permanece inalterado en esta confitería, ya que, como nos explica Ángel Villamil, maestro de taller que lleva 46 años trabajando en la pastelería, «todo se sigue haciendo de la misma manera que antaño, todo lo que producimos aquí lo hacemos de manera artesanal», aunque matiza que «ahora se amasa con una máquina porque el resultado final es mucho mejor y más uniforme que si lo hacemos a mano».

José Luis, un oficial de segunda que lleva desde los dieciséis trabajando en el obrador, desvela en un descanso de su trabajo los ingredientes de los roscones, que califica como «muy sencillos: usamos harina, huevos, mantequilla, agua de azahar, un poco de ron y ralladura de naranja y de limón», una vez que estos elementos se han mezclado para formar la masa, los pasteleros comienzan a dar forma a los dulces. «Una vez hecha la masa, se unta la mesa donde trabajamos de aceite, se divide en porciones, se corta por tamaños, y se golpea la masa para quitarle el aire, la dejamos descansar un poco y se mete la figura. Luego fermenta, y finalmente se baña con huevo batido, se echa almendra troceada y azúcar por encima y se mete unos quince o veinte minutos al horno, dependiendo del tamaño», recita la receta.

Este proceso no se diferencia en nada del que siguen el resto de las pastelerías madrileñas, pero Ángel nos revela los tres secretos que hacen que sus roscones solo puedan conseguirse si reservas con mucha antelación: «Lo primero es trabajar con materias primas de muy buena calidad, también es importante un buen equilibrio entre los tres tipos de harina que existen, fuerte, floja y media-fuerte. En el obrador trabajamos con una mezcla de tres partes de harina fuerte y una de media-fuerte para que el roscón quede esponjoso y suave pero logrando que mantenga su consistencia», el tercer y último secreto del roscón de la Pastelería del Pozo es «el más importante», aseguran, y consiste en «el buen saber hacer, fruto de años de tradición y trabajo, y el cariño que le ponemos».

Además de estos tres secretos, nos regala otro para que disfrutemos, aún más, de sus roscones, y es que como nos explica Ángel, «aunque la mayoría de la gente prefiere comer el roscón recién hecho, el sabor y la calidad se aprecian mucho mejor al día siguiente». Para que no se quede duro nos recomienda «envolverlo en un paño». A juzgar por las largas colas y la cantidad de encargos que reciben, incluidos personajes de la política como José Bono, al que definen como «muy campechano», y también actores y músicos, estos secretos marcan la diferencia.

La venta de roscones en estas fechas es una de las principales fuentes de ingresos de la confitería, ya que «suponen casi un 50% del negocio», según Antonio García, un oficial de segunda que lleva casi veinte años trabajando en el obrador. Sin embargo, la especialidad de la pastelería es el hojaldre, el más famoso de la capital, dicen, así como los dulces de temporada, cuyo mejor ejemplo son los panecillos de San Antón, las torrijas de bizcochos de soletilla con crema pastelera o los buñuelos de Santo.

La degustación

- Con crema de Málaga. Además de los rellenos clásicos, el Horno de San Onofre ofrece roscones con crema de Málaga, avellana, frambuesa o naranja. Se encuentra en la calle san Onofre, 3.

- Para tomar. El de El Riojano es uno de los obradores más antiguos de Madrid, data del año 1855, y en él se puede degustar el roscón en su salón interior. Calle Mayor, 10.

- Con reserva. La Marina es un establecimiento muy concurrido, por eso, es recomendable reservar nuestro roscón para no quedarnos sin él. Está en Alberto Aguilera, 14.

- Celíacos. La pastelería Sana Locura, de reciente apertura y especializada en productos sin gluten, ofrece un roscón apto para celíacos. Calle del General Oraá, 49

Para no perderse

Antigua Pastelería del Pozo

Dónde: C/ Pozo, 8.

Tel: 915223894

Precio medio: 40 euros el kilo de roscón

Plato estrella: Roscón de Reyes y hojaldres.

Cierre: sábado y domingos.

ALDEAS INFANTILES

El postre solidario

La ONG Aldeas Infantiles reparte hoy su ya tradicional roscón gigante. Han pasado 28 años desde el primer roscón que hicieron, y en esta ocasión, en su 50 aniversario, repartirán un roscón de 1.500 kilos en la Plaza Mayor. Además, dos coros de niños actuarán antes del reparto, amenizando así la espera.

Circo Price

El corazón de la Navidad

Este circo se desarrolla en el escenario de la Ronda de Atocha hasta el 8 de enero. Ofrece una historia que transportará al público al corazón de la Navidad de la mano de un equipo de clowns, acróbatas y trapecistas bien secundados por fieras animatrónicas de gran realismo, en lugar de animales.