Trabajo

Asalto a la Politécnica

Un grupo de alumnos irrumpen en el Rectorado, otro se encerró en el salón de actos en protesta por los recortes

Alguno de los directivos de la Universidad fueron increpados por los estudiantes radicales
Alguno de los directivos de la Universidad fueron increpados por los estudiantes radicaleslarazon

Desde el pasado viernes, la comunidad educativa de la Universidad Politécnica vive inmersa en una suerte de estado de excepción. Ese día, el Rectorado puso encima de la mesa la necesidad de despedir a 301 empleados del personal de administración y servicios y una rebaja salarial a docentes e investigadores como únicas vías para ajustar el presupuesto de la Universidad para 2013. La solución planteada por el rector, Carlos Conde, caía como una bomba entre los trabajadores y también entre los estudiantes de las escuelas. A partir de entonces, la temperatura en el campus de la UPM, ubicado en la Ciudad Universitaria, no ha dejado de crecer, hasta alcanzar ayer su nivel máximo, ante la amenaza de que el consejo de gobierno de la institución dé luz verde este sábado a los despidos.

Profesores, administrativos, sindicatos y estudiantes estaban llamados a participar en una asamblea en la que consensuar una postura frente al equipo de Conde. Más de mil personas desbordaron el recinto. Y es que ya desde primera hora de la mañana se veía a los alumnos con ganas de «guerra». La avenida Ramiro de Maeztu, sede del Rectorado, se vio afectada por los cortes de tráfico protagonizados por los estudiantes que protestaban y reclamaban la dimisión del rector. Pero hubo más. Sobre las siete de la mañana, trabajadores de la Universidad recogieron «restos» de un supuesto «artefacto explosivo casero», según confirmó la directora de comunicación de la Politécnica, quien no pudo precisar si éste había llegado a explotar. No obstante, no se realizó ninguna llamada a la Policía, por lo que la Jefatura Superior de Policía de Madrid no tenía constancia del suceso. La «revolución» estudiantil en la Politécnica acababa de comenzar y los daños materiales más cuantiosos aún no se habían producido. Fue cuatro horas más tarde, sobre las once de la mañana, cuando los estudiantes más radicales la emprendieron a patadas y golpes contra las puertas de acceso a un pasillo donde se encuentran las oficinas del rector y otros despachos del equipo de gobierno de la Universidad, según Efe. Desde allí, los jóvenes comenzaron a gritar consignas antes de abandonar la universidad. Fuentes sindicales, sin embargo, precisan que el hecho de que los estudiantes forzaran una puerta se debió a que todas las despendencias del rectorado, incluidas las salidas de emergencia, se encontraban «bloqueadas». Además, según los testimonios de personas que acudieron a la asamblea, lo que pretendían los alumnos, fundamentalmente de la escuela de INEF, era hablar con representantes de la Universidad para que ellos les explicaran las razones de las medidas propuestas en torno al futuro de los trabajadores.Las protestas de ayer llegan apenas un día después de que el decano de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, Javier Sampedro, y todo su equipo presentaran su dimisión. La dureza de las soluciones planteadas por el Rectorado obligaban a Sampedro a dimitir, según sus palabras, «por dignidad». Santiago Cuesta, de CC OO, cree que de efectuarse los despidos, algunos de los servicios que presta la Universidad, muchos laboratorios por ejemplo, dejarían de prestarse con normalidad. En torno a qué puede ocurrir en el consejo de gobierno del sábado, todo es una incógnita. En este foro de decisión tiene cabida el equipo rectoral –que votará a favor de los despidos–, los directores de las escuelas –la mayoría tiene el mandato de las juntas de escuela de oponerse a los ajustes– además de representantes de la comunidad educativa. La división es máxima y cualquier cálculo sobre una eventual votación dependería de unos pocos votos. De momento, lo que sí han decidido varias decenas de trabajadores y estudiantes es llevar a cabo un encierro en la Universidad. Permanecerán en el campus al menos hasta mañana. Quieren así forzar que el rector retire del orden del día la votación de los ajustes propuestos e inicie un proceso de diálogo en el que se estudien alternativas a la difícil situación económica de la institución que garanticen el mantenimiento del empleo.

¿DESPIDOS O BAJADA SALARIAL?

En la Politécnica, como en otras muchas universidades del país, las cuentas no cuadran. Desde el rectorado se insiste una y otra vez que la «disminución del presupuesto asignado a la UPM en 39 millones de euros» por parte de la Comunidad obliga a tomar decisiones drásticas. Entre ellas, «la amortización» de 301 puestos de trabajo de los empleados de administración y servicios, 145 de ellos de personal funcionario y 156 de personal laboral. También se ha propuesto la rebaja salarial y la eliminación de complementos para el personal docente e investigador. Los sindicatos, por su parte, defienden que la Universidad centró sus propuestas hasta hace una semana en una reducción salarial por valor de 24,7 millones. Según CC OO, nunca se habló de despidos. De momento presumen de apoyos: 7.000 personas han firmado en apenas 72 horas contra los ajustes.