Violencia ultra
Ataque a la sede de Hogar Social al grito de: ¡Os vamos a matar!
Una veintena de «antifascistas» tiraron ayer la puerta abajo y destrozaron el mobiliario y la comida que tenían preparada para el reparto a necesitados.
Una veintena de «antifascistas» tiraron ayer la puerta abajo y destrozaron el mobiliario y la comida que tenían preparada para el reparto a necesitados.
Eran las 6:30 horas de la mañana cuando un grupo de «antifascistas» irrumpieron en la nueva sede del colectivo ultraderechista Hogar Social, la antigua sede del Banco Madrid, en el Paseo de la Castellana. Según su portavoz, Melisa Domínguez, en ese momento ella y otros dos militantes se encontraban durmiendo en su interior, así como otros nueve inquilinos de entre 40 a 68 años, además de un joven de 18 años con un 55 por ciento de minusvalía psíquica. «Empezamos a escuchar pedradas y gritos: “¡Hijos de puta, os vamos a matar!”».
En ese momento, asegura Melisa, todos se encontraban durmiendo y se despertaron con el alboroto. «Intentaban romper los cristales y uno de los inquilinos bajó justo antes de que tiraran la puerta abajo», explica. «Le tiraron de todo, pero sobre todo pero fueron a por cosas materiales». Apenas estarían un minuto dentro del inmueble y no subieron arriba, donde estaba la gente. Se quedaron, según el testimonio de Melisa, en la planta baja, donde está el hall, la sala de conferencias y la sala de reparto.
En ese escaso margen de tiempo les dio tiempo, según esta testigo, a tirar varios extintores después de destrozar dos mesas, varias sillas y un microondas. También tiraron paquetes de comida no perecedera que este colectivo neonazi recoge en las puerta de los supermercados gracias a la solidaridad de los vecinos madrileños, para repartirlos después sólo entre necesitados de origen español. Precisamente ayer por la mañana era un día de reparto y por eso ya había gente haciendo cola en las puertas del la sede de Hogar Social. Por eso, había más testigos del ataque.
Melisa sostiene que, según la gente que estaba esperando en la plaza desde las 5:30 horas, el grupo de radicales, que serían alrededor de una veintena, tenía «estética antifascista». «La mayoría iban con la cara tapada o con la capucha puesta, pero había dos o tres que eran muy reconocibles; uno de ellos con una cresta rubia blanquecina, y muy corpulentos».
Desde Hogar Social criticaban ayer que la Policía tardó «bastante» en llegar al lugar. Ellos llamaron en cuanto comenzó el ataque, a eso de las 6:30 horas y, según la portavoz del colectivo, los agentes «tardaron el llegar 10 o 15 minutos». Acudió al aviso una patrulla del distrito y posteriormente los miembros del colectivo acudieron a la comisaría del distrito de Salamanca, en la calle Príncipe de Asturias, 8. A la sede («okupada» de forma ilegal por Hogar Social desde el pasado 23 de abril ) acudieron posteriormente agentes de la Policía Científica que, según la portavoz, cogieron tres o cuatro huellas: «No muchas porque el extintor que rociaron deterioró la mayoría».
La investigación ya está en manos de los agentes del Grupo 23 de la Brigada Provincial de Información, expertos en radicales de extrema izquierda, que son los supuestos autores del ataque. Eso sí, los años no han sido muy costosos: «lo peor, la puerta», asegura Melisa. El resto, un par de mesas y «unos 50 euros en comida». «Lo peor ha sido el susto», sostiene la portavoz.
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