Moratalaz
Buscan testigos de una muerte en 2015
La familia de Ramón Alcázar, un joven que fue arrollado en Moratalaz hace casi dos años, busca con un anuncio en las farolas del distrito algún testigo del accidente para hacer «justicia»
La familia de Ramón Alcázar, un joven que fue arrollado en Moratalaz hace casi dos años, busca con un anuncio en las farolas del distrito algún testigo del accidente para hacer «justicia».
Tenía sólo 23 años. Ramón Alcázar perdió la vida el 21 de noviembre de 2015 tras ser atropellado por un vehículo en la calle de la Fuente Carrantona, en la esquina de la Hacienda de Pavones, del distrito de Moratalaz. Dos años después, sus padres, Ramón Alcázar y Carmen Pérez, siguen buscando respuestas para un accidente en el que las causas, para ellos, siguen albergando muchas incógnitas.
Eran las 12:30 horas del mediodía. Como cada día, Ramón se dirigía al bar donde por aquel entonces trabajaba. Iba caminando y, esa misma mañana, encontró la muerte en la calzada. Al volante de un Volkswagen oscuro, un hombre de unos 30 años le embistió con su vehículo sin que el joven tuviera tiempo de reaccionar.
Tras el terrible impacto, Ramón quedó tendido en el suelo. Pocos minutos después los efectivos sanitarios de Samur protección civil se presentaron en el lugar del accidente. Ya no pudieron hacer nada por su vida. El chico presentaba un traumatismo craneoencefálico severo y múltiples lesiones que le habían provocado una importante pérdida de sangre. Aunque los sanitarios desplegaron rápidamente todos los medios que tenían a su disposición, y tras realizarle varias maniobras de reanimación, el corazón del joven dejó de latir. El hombre que conducía el vehículo fue sometido a un control de alcohol y de drogas y, según las informaciones que ha podido recabar la familia Alcázar, dio positivo en canabis.
Con el corazón roto y mil preguntas sin respuesta, los padres de Ramón comenzaron un duro proceso judicial con el que pretendían esclarecer las circunstancias de la muerte de su hijo. Querían saber si Ramón cruzó por un paso de peatones y el conductor se lo saltó, o si por el contrario había cometido la imprudencia de cruzar la calle por un sitio que no estaba acondicionado para ello.
Durante meses fueron muchos los testigos que se acercaron a esta familia para certificarles que su hijo lo había «hecho bien, había cruzado por el paso de peatones», explica el padre. Sin embargo, el día del juicio sólo se presentó un testigo. Un hombre que, después de ser interrogado varios minutos, certificó que la víctima mortal del atropello, su hijo Ramón, no había cruzado por el paso de cebra sino que lo había hecho a unos metros del mismo. Una versión que no termina de cuadrar en los esquemas de los Alcázar que, desde hace dos años, sigue preguntándose cómo pudo ocurrir este trágico accidente.
La sentencia dio la razón al conductor del vehículo que fue absuelto del atropello. No obstante, los padres de Ramón, que llevan buscando «la verdad» desde que ocurrió el fatal accidente, decidieron no conformarse con lo que ponía en «un simple papel» y siguen luchando para que «se haga justicia» y para que el caso de su hijo no caiga en el olvido. «A mi me han arrebatado a un hijo y encima el culpable se acaba yendo de rositas», explica resignado Alcázar que quiere reabrir el caso como sea.
El primer abogado que tuvieron no cumplió con los objetivos de la familia. «Sólo quería que aceptáramos una cantidad determinada de dinero y que lo olvidáramos», dice este padre bastante indignado. El dolor de perder a un hijo, dice, «no se paga con dinero». Por ello, tras la sentencia definitiva del juez, estos padres decidieron contratar a otro letrado que pudiera brindarles algo de luz a ese pozo de confusiones en el que llevan metidos ya muchos meses.
Este nuevo abogado les recomendó que buscaran más testigos del accidente. Para conseguirlo, Ramón y Carmen decidieron empapelar las zonas más cercanas al accidente con pequeños carteles en los que se especifica lo que le ocurrió a su hijo el 21 de noviembre de 2015 y que aún están a día de hoy en algunas farolas del distrito. Con estos mensajes la familia pretende encontrar a posibles testigos del suceso para que les cuenten a ellos, en primera persona, qué fue lo que ocurrió y si su hijo finalmente estaba cruzando por el paso de peatones o no .
El joven Ramón Alcázar era «amable simpático y nunca tenía ningún problema con nadie», dice su padre. De hecho, antes del terrible incidente estaba pasando por una de las mejores etapas de su vida porque «había conseguido un gran trabajo, un buen sueldo y estaba saliendo con una chica con la que estaba muy feliz», cuenta bastante apenado.
Cualquier pequeño detalle puede ser de mucho valor para esta familia. Si alguien vio el atropello o puede aportar alguna información de lo sucedido puede comunicárselo en los números de teléfono que pueden leerse en las cuartillas pegadas a las farolas de Moratalaz.
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