Memoria histórica
Carmena renuncia a su Arco de la Memoria
El consistorio descarta abrir un museo sobre la Guerra Civil en este monumento tal y como defendió en el Pleno hace un año.
El consistorio descarta abrir un museo sobre la Guerra Civil en este monumento tal y como defendió en el Pleno hace un año.
El Arco de la Victoria de Moncloa no se convertirá en un museo sobre la Guerra Civil en Madrid ni en un recinto dedicado a la Memoria Histórica. La idea para transformar el mayor símbolo del triunfo de Franco en un espacio museístico o expositivo vinculado al conflicto bélico que siguió a la II República ha sido aparcada definitivamente por parte del Gobierno de Manuela Carmena. El tercer teniente de alcalde, Mauricio Valiente, descartó ayer que entre los planes del consistorio se encuentre la puesta en marcha de esta idea, planteada el pasado año por el Comisionado de la Memoria Histórica de la ciudad. «No hemos contemplado esta actuación», aseguró Valiente durante la presentación de un informe sobre los fusilados en Madrid en los primeros años de la posguerra.
En enero de 2017, el Comisionado de la Memoria –creado con el visto bueno de todos los grupos municipales con representación en el Pleno de Cibeles– hizo público un informe en el que propuso la elaboración de un mapa con 15 lugares que, por sus implicaciones históricas durante la guerra, deberían convertirse en «símbolos relacionados con la tolerancia, la libertad, la democracia y la cultura». El órgano presidido por la socialista Francisca Sauquillo planteó entonces que el Pleno o el Gobierno municipal desarrollaran actuaciones concretas en estos «15 lugares de memoria». Para el caso concreto del Arco de la Victoria –levantado en el barrio de Ciudad Universitaria, precisamente en el lugar en el que se desarrolló uno de los enfrentamientos más cruentos de la guerra en Madrid–, el Comisionado propuso un acuerdo con la entidad titular del uso del terreno, el Consorcio Regional de Transportes, para resignificar el monumento y cambiar su nombre. El plan pasaba por la modificaciónde la leyenda y de sus signos externos así como por rebautizarlo como Arco de la Memoria. Las actuaciones sugeridas por Sauquillo y su equipo, defendidas en el pleno de hace un año por el Gobierno de Carmena, iban más allá de un cambio de nombre y de su aspecto externo del arco. El informe sugería también «que el espacio interior del arco sirva para ubicar en su parte disponible una exposición permanente sobre la batalla de Madrid, el Madrid de la guerra o cualquier otro asunto relacionado con el objeto por el que fue erigido». Dada la especial significación de este monumento, advirtió entonces el Ayuntamiento, su propuesta para el arco sería objeto de un informe independiente.
Pasado un año desde entonces, la idea del Comisionado no se concretará en nada. No se trataba en todo caso de un idea fácil de llevar a la práctica. El monumento se encuentra fuera de las competencias del Ayuntamiento y de la Junta de Distrito de Moncloa-Aravaca. Es propiedad del Consorcio Urbanístico de la Ciudad Universitaria de la Complutense de Madrid aunque su conservación depende del Consorcio Regional de Transportes (CRT), en el que el Ayuntamiento está representado pero en el que la Comunidad de Madrid tiene mayoría y, por tanto, capacidad de veto. El CRT se encarga de su mantenimiento desde hace más de una década, en concreto desde 2006, cuando las obras que permitieron la ampliación del intercambiador de Moncloa –situado, en parte, bajo el arco– significaron intervenciones de gran envergadura técnica en las inmediaciones de estos terrenos. El proyecto, por tanto, hubiera requerido de un acuerdo a tres bandas entre el Ayuntamiento de la capital, el Gobierno regional de Cristina Cifuentes y la Universidad Complutense. Otro escollo fundamental para convertir este espacio en un recinto expositivo es el deterioro en el que se encuentra su interior. La falta de un proyecto para su rehabilitación y los continuos actos de vandalismo han degradado tanto el interior como sus inmediaciones.
Lo que, de momento, sí sigue en pie es la propuesta –aprobada por el Pleno pero paralizada en cuatro juzgados– de renombrar la avenida del Arco de la Victoria por avenida de la Memoria. Según relató ayer Mauricio Valiente, el Ayuntamiento centrará su actuación en los lugares en los que estuvieron emplazadas cárceles como la de Carabanchel o Ventas y en cementerios como el de la Almudena. El número cuatro del Gobierno de Carmena insistió además en el desarrollo de exposiciones como la que se abrirá bajo el título «No pasarán», integrada por fotografías, carteles, películas y documentos inéditos y que desde abril a julio tomará la Sala de Bóvedas de la Casa de la Panadería de la Plaza Mayor para narrar los 16 días de noviembre de 1936 en los que «el pueblo de Madrid se levantó contra las tropas sublevadas, contra el fascismo y por la libertad».
Dentro de las actuaciones que el Ayuntamiento sí desarrollará como parte de su política de Memoria Histórica, Valiente anunció ayer que se levantará un memorial en el cementerio de la Almudena en el que figuren los nombres de las cerca de 3.000 personas represaliadas durante la posguerra. Desde el Ayuntamiento precisan que la instalación de este memorial en La Almudena se debe a que «no hay ningún espacio más simbólico y reconocible de forma tan clara en la ciudad». El objetivo es que este monumento pueda ser inaugurado tras el verano, entre los meses de septiembre y octubre. Fuentes municipales detallaron que el memorial no incorporará ninguna escultura y estará integrado por placas con los nombres de los fusilados en aquellos años y en su diseño se jugará con la figura del tronco de un árbol, como símbolo de la memoria.
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