Crisis en el PSM

La vendetta de Carmona

Una treintena de militantes denuncia en Ferraz los cambios estatutarios aprobados en el último cónclave

Antonio Miguel Carmona y la secretaria general del PSOE-M, Sara Hernández, en una imagen publicada en Twitter en 2014
Antonio Miguel Carmona y la secretaria general del PSOE-M, Sara Hernández, en una imagen publicada en Twitter en 2014larazon

Pide la impugnación del Congreso Regional en que se nombró la Ejecutiva que le ha cesado como portavoz en el Ayuntamiento

In extremis, casi sobre el plazo límite, una treintena de militantes socialistas madrileños, delegados en el último congreso que la formación celebró el pasado de 31 de julio y que cuentan con el apoyo del ex portavoz del Ayuntamiento de Madrid, decidieron ayer plantar cara a los controvertidos cambios introducidos por la dirección en su cónclave extraordinario y, sobre todo, a las formas mediante las que se ejecutaron las modificaciones. En concreto, los «rebeldes» apoyados por Antonio Miguel Carmona acudieron a la sede federal del partido para registrar un documento que denuncia que en el congreso, que ya ha quedado en la historia del PSOE de Madrid como en el que se recontaron 150 votos más que delegados se acreditaron en el mismo (lo que obligó a repetir el proceso), «tres actos jurídicos se convirtieron en nulos por la transgresión de las normas socialistas». Así, declaran esta cita «fallida» y piden la impugnación de las decisiones tomadas en ella. La anulación parcial de un congreso en el que, denuncian, «se delegó a la Ejecutiva entrante a reformar los estatutos, acto que sólo corresponde al Congreso, y no al órgano que debiera ser controlado», «se planteó una modificación estatutaria, fuera de tiempo y forma, sin texto previo, sin ninguna información» y, por último, añaden, «se eligieron 49 miembros del Comité Regional, cuando los estatutos señalan que han de ser 70».

La petición de los integrantes de este grupo, que esperan ahora que su solicitud se tenga en cuenta y que sea el Comité de Garantías de Ferraz quien estime su recurso, no afectaría a la elección de la nueva secretaria general del PSOE-M, Sara Hernández, cuyo nombramiento fue aprobado en este congreso por un 55,49% de los votos. Eso sí, de salir adelante podría provocar la convocatoria de un nuevo congreso extraordinario apenas unas semanas antes del congreso ordinario que los socialistas planean celebrar este otoño.

Carmona, uno de los principales «perjudicados» por el cambio de caras en la dirección regional daba ayer a través de un correo electrónico su total respaldo a la solicitud de impugnación parcial del congreso y aseguró que «estamos en presencia de un Congreso en el que hubo más votantes que delegados, en el que se transgredieron los estatutos y se llevaron a cabo actos nulos de pleno derecho». Para el edil de la capital el recurso de los críticos «sólo tiene una salida: o se soluciona la conculcación de derechos de los delegados, o la ejecutiva regional debería dimitir», zanjó tajante.

Aunque quisieron recalcar que Carmona no lidera este grupo de «rebeldes», Jesús Redondo, delegado de la agrupación socialista de El Boalo, Cerceda y Matalpino consideró en declaraciones a Efe que la destitución del candidato del PSOE en la capital (cesado tres días después del congreso) también les afecta: «es algo que viene de atrás, de cuando se cesó a Tomás Gómez y que al final se veía venir», se quejó. Macarena Elvira, otra de las delegadas críticas explicó en declaraciones a Ep que «la Ejecutiva sólo ejecuta las directrices políticas» y exigió una separación de poderes –que el control de los congresos no los tenga la dirección del partido, sino el consejo regional– porque, dijo, «no se puede delegar las funciones del congreso a la Ejecutiva.

La medida emprendida por esta treintena de delegados no es el primer problema al que se enfrenta la líder del PSOE-M. En sus apenas once días en el cargo Hernández ha cesado a Carmona y ha visto cómo uno de los miembros de su Ejecutiva, Javier Corpa (su secretario de Política municipal), dimitía como protesta por el procedimiento que la cúpula del antes conocido como PSM llevó a cabo para echar al portavoz en el Ayuntamiento de Madrid y poner en su lugar a otra miembro de la Ejecutiva del PSOE-M, Purificación Causapié.

La petición de anulación del Congreso no tardó en tener respuesta de la dirección regional. «Pedimos a los militantes que acepten los resultados legítimos del Congreso», defendió el secretario de Organización, Enrique Rico. El «número dos» de Sara Hernández recalcó que las decisiones tomadas en el cónclave de julio son tan «legítimas» como las que han tomado anteriormente otras Ejecutivas de las que Carmona formaba parte. «No nos vamos a distraer, estamos en mirar hacia fuera no hacia dentro», apuntó Rico, que pidió a sus afiliados que «acepten el resultado de las elecciones primarias» en las que fue elegida Hernández. «El Congreso se celebró y los delegados votaron», concluyó en declaraciones a Efe. También el portavoz del PSOE en el Congreso de los diputados, Antonio Hernando, insistió en que todos los cónclaves de los socialistas «son legales» pero que «cualquier militante tiene derecho a reclamar».

El peor estreno de una dirección regional

31 de julio

El PSOE-M celebra su congreso regional y elige a su nueva líder. En una de las votaciones se registraron 150 votos más que asistentes.

3 de agosto

Apenas tres días después de su nombramiento, Sara Hernández ordenó el cese de Carmona como portavoz en el Ayuntamiento de Madrid. Miembros de la Ejecutiva denunciaron que se habían enterado por los medios, antes de la reunión de la dirección que debía haber tomado esta medida.

8 de agosto

Se producía la primera dimisión en el equipo de Hernández. El secretario de Política municipal se marcha por desavenencias con la dirección.

El registro de Ferraz, cerrado por vacaciones

La treintena de delegados del PSOE-M que acudieron ayer a Ferraz no lo tuvieron fácil para registrar su petición de anulación parcial del congreso extraordinario que la formación celebró el 31 de julio. Y es que se encontraron a la una de la tarde el registro de las oficinas de la dirección nacional «cerradas por vacaciones», denunció uno de los participantes en esta iniciativa. Los criticos tuvieron que esperar media hora antes de que se diera la orden para que una secretaria de las oficinas socialistas les recibiera y sellara las copias del escrito de impugnación.