Política

Huelgas

Carrillo debe a la empresa de limpieza de la Complutense más de 2 millones de euros

Tras ocho días de huelga las facultades de Somosaguas rozan la insalubridad y se plantean el cierre temporal. Las empleadas se niegan a hacer más horas como les pide la empresa, «ahogada» por los impagos y un contrato más austero

SEGUNDA SEMANA SIN LIMPIAR. Cada vez se acumulan más residuos y basuras en los pasillos de los centros afectados por la huelga. En la imagen, la facultad de Ciencias Políticas
SEGUNDA SEMANA SIN LIMPIAR. Cada vez se acumulan más residuos y basuras en los pasillos de los centros afectados por la huelga. En la imagen, la facultad de Ciencias Políticaslarazon

La Universidad Complutense de Madrid (UCM) arrancó ayer su segunda semana rodeada de basura. La huelga de los trabajadores de limpieza de una de las empresas adjudicatarias de este servicio en el Campus de Somosaguas, Clece S.A., también responsable de la limpieza del edificio del Rectorado, la facultad de Bellas Artes y a algunos colegios mayores del Campus de Moncloa, no ha tocado su fin.

La compañía Clece S. A. reunió a última hora de ayer a sus empleadas, en huelga desde el pasado día 15, en un intento de acercar posturas ante una situación que ha llevado a las facultades del Campus de Pozuelo a niveles de insalubridad y a los decanos a plantearse el cierre de varios centros. Las trabajadoras no están dispuestas a ceder en el pulso que mantienen con la empresa después de que ésta les comunicara su determinación de aumentar su jornada de trabajo de 35 horas semanales, primero a 39 y ahora a 37,5 sin un aumento de sueldo correspondiente. Consideran que aumentarles el horario semanal si hacer lo propio con la nómina supone una reducción de sueldo que en la práctica supone un 21 por ciento en unas nóminas que en la mayoría de casos no superan los 1.000 euros.

El efecto dominó

Aunque la Universidad se ha desvinculado del conflicto en declaraciones a las agencias de comunicación, los trabajadores apuntan que tiene «mucho que ver» porque consideran que los recortes que ha llevado a cabo la UCM en todos los servicios están afectando de manera indirecta a las empresas que los gestionan. Pero lo cierto es que, según han confirmado fuentes de la Universidad a LA RAZÓN, la Complutense tiene en la actualidad una deuda viva con Clece que asciende a 2.230.000 euros. El contrato de esta empresa expiró el pasado mes de septiembre, sin embargo, cuando la UCM convocó un nuevo concurso público con las nuevas condiciones, éste quedó desierto. El resultado fue que tras la prórroga forzosa del contrato, la empresa recrudeció las condiciones laborales de las trabajadoras que, no obstante, cobran un 14% más respecto al convenio colectivo provincial del sector de limpieza de edificios y locales. Desde entonces, la UCM sí que está pagando las mensualidades a la concesionaria –de 300.000 euros– aunque mantiene la deuda acumulada.

Los últimos mandatos de los rectores Carlos Berzoza (2003-2011) y José Carrillo (colaborador de Berzosa y rector desde 2011 hasta la actualidad) han sumido a la UCM en una situación crítica desde el punto de vista económico, ya que la institución cuenta con una deuda de 150 millones de euros, que supone el 29 por ciento de un presupuesto total para 2013 que asciende a 516.095.032 euros. La gestión económica-financiera de la UCM, y en concreto de la Fundación General de la Universidad Complutense de Madrid (Fgucm), ha sido objeto de una investigación por parte de la Cámara de Cuentas regional y del Tribunal de Cuentas, que incluso no descartó pedir explicaciones a nivel judicial sobre los gastos y facturas sin justificar durante el ejercicio 2009-2010.

Los recortes llevados a cabo desde las diferentes administraciones que financian la Universidad han provocado reducción del presupuesto de los centros (un 21%), de salarios e incluso de personal, que han generado diversas huelgas desde final del pasado año hasta la actualidad.

150 millones de deuda

La UCM ha llegado a la crisis de la peor manera posible: con deudas. Y lejos de ajustarse el cinturón conforme a la coyuntura económica, en la universidad madrileña prácticamente se ha mirado hacia otro lado hasta este año, cuando su rector, José Carrillo, ha tenido que ajustarse al equilibrio presupuestario. No obstante la deuda acumulada es de unos 150 millones de euros, la contraída en los últimos años del mandato de Carlos Berzosa, que gestionó la Complutense de 2003 a 2011.