Abusos a menores

Caso Ciudad Lineal: «No soy yo»

La Razón
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Pocas cosas hay en esta vida que sean tan incomprensibles como el abusar de un niño. Es algo tan ajeno a nosotros que necesitamos sin duda encontrar una razón médica o tóxica que explique tal conducta, y si no aparece sólo nos cabe sacar del baúl de los recuerdos el mal en toda su esencia.

En el caso de Ciudad Lineal en Madrid, el presunto culpable de tan atroz desvarío permanece en prisión alentado únicamente por su madre (las madres son incondicionales) y su abogado de oficio (que lo tiene difícil), y en ese tiempo, por filtraciones de distintas personas, hemos sabido que están dándose en él cambios significativos.

En un principio mantuvo una relativa «fuerza moral», y se dedicó en cuerpo y alma al cuidado de sí mismo, algo natural en personas inmaduras y muy egocéntricas. Poco a poco hemos sabido que se ha ido concentrando en lo que será su defensa en los tribunales, y es aquí que al parecer, «todo según fuentes cercanas al sujeto», nuestro hombre vive obsesionado por estudiar todos y cada uno de los casos de «presuntos pederastas» detenidos, para ver cuál se parece a él físicamente, y de esta forma encontrar una fisura en la investigación y «echar pelotas fuera», como se dice en el argot.

No es tan descabellada la estrategia, dada la fragilidad testifical de las menores, y la complejidad de las casi inexistentes pruebas de facto, pero en cualquier caso se sea o no culpable, se tengan o no se tengan sentimientos, sea cual sea tu infancia, el aparecer como agresor «sin piedad» de unas niñas no es plato de gusto y a toda costa nuestro hombre precisa cara a los demás, cara a su madre y hasta lo mejor cara a sí mismo «no ser el hombre más odiado».

*Psiquiatra forense