Chalecos amarillos en Madrid Central

Piden al Consistorio la creación de dársenas en Gran Vía para recoger y dejar viajeros.

«Somos servicio público. Queremos soluciones». Con estas dos frases grabadas en una pancarta, conductores y empresarios del transporte discrecional de Madrid volvieron a manifestarse ayer recorriendo la Gran Vía para reclamar que se les permita circular por el centro y poder dejar a los turistas –su principal fuente de ingresos– en los principales hoteles de la almendra central.

«Entre Neptuno y Plaza de España, los únicos puntos en los que tenemos permiso para parar, hay una distancia de 2,1 kilómetros. Los turistas con maletas, las familias con niños, carritos de bebé y la gente mayor necesitan comodidad o no querrán venir a la ciudad», aseveró la portavoz de los manifestantes, Begoña Landa.

Reclaman al Ayuntamiento que habilite dársenas en la Gran Vía, donde los autocares independientes puedan dejar y recoger turistas en el distrito Centro, que aglutina más de 700 establecimientos hoteleros.

Diariamente estos autocares hacen 100 desplazamientos al aeropuerto y más de 400 traslados punto a punto para el turismo de congresos y convenciones, según el colectivo de Autocares Independientes Discrecionales de Madrid. El centro es zona de gran afluencia turística, declarada por el propio Ayuntamiento en 2007, y acoge «40.000 habitaciones y los principales atractivos turísticos de la ciudad», generando un 65% de la actividad del sector, añadió Landa.

Es más, de acuerdo con los datos provisionales de la Encuesta de Movimientos Turísticos en Frontera (Frontur) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la Comunidad de Madrid recibió casi 6,6 millones de turistas internacionales entre enero y noviembre de 2018, lo que supone un incremento del 6% con respecto al mismo periodo de 2017. Durante noviembre recalaron en la región un total de 603.967 visitantes foráneos.