Toros

Toros

El Ayuntamiento de Madrid deja a los bares de Ventas sin «feria»

Más de 20 locales de la zona pidieron poder servir bebidas en los aledaños, pero se les ha denegado. Se sienten «agraviados» respecto a otras fiestas.

César Molero, propietario de la Taberna La Tienta, uno de los locales afectados por las multas durante las fiestas de San Isidro
César Molero, propietario de la Taberna La Tienta, uno de los locales afectados por las multas durante las fiestas de San Isidrolarazon

Más de 20 locales de la zona pidieron poder servir bebidas en los aledaños, pero se les ha denegado. Se sienten «agraviados» respecto a otras fiestas.

Ayer comenzó oficialmente la Feria de San Isidro 2018. Unas fiestas que, al menos el pasado año, generaron unos beneficios de 73 millones de euros. Ya están agotadas las entradas para tres jornadas: 18 de mayo –Juan José Padilla, Sebastián Castella y Roca Rey–, 23 de mayo –Miguel Ángel Perera, Alejandro Talavante y Roca Rey– y el 1 de junio –Sebastián Castella, José María Manzanares y Cayetano–. Durante los días más señalados, alrededor de 23.000 personas llenarán la Plaza de Las Ventas... y otras tantas harán lo propio en los bares de la zona, muchos de ellos de inconfundible aroma taurino, y que durante estos días están colapsados. Tanto antes como después de las 17:00, hora taurina, en la que estos locales, reconocen, «hacen su agosto» en pleno mes de mayo. Sin embargo, no todo son beneficios durante las jornadas que abarca la Feria: también se exponen –y de hecho suele ocurrir– a perder miles de euros en multas.

Un año más, los bares de Ventas que se encuentran en el distrito de Salamanca han solicitado permiso para que les permitan servir bebidas en los aledaños de los locales desde las 17:00 hasta las 00:00, de domingo a jueves, y de 17:00 a 1:00 los viernes y sábados. Y un año más, el Ayuntamiento de Madrid ha dado la callada por respuesta. ¿Las consecuencias? No sólo los clientes se exponen a multas, de unos 300 euros, por beber en la vía pública; los locales de la zona pueden afrontar sanciones que van de los 30.000 a los 60.000 euros.

Los hosteleros de Ventas están indignados. Sobre todo porque consideran esta decisión un perjuicio que no tienen otras festividades. Teniendo en cuenta el desapego del Gobierno de Ahora Madrid a las fiestas taurinas –el partido de Manuela Carmena fue el único que votó en contra de declarar las fiestas de San Isidro de interés general e intentó cerrar la escuela de tauromaquia de Batán–, ¿creen que los bares están sufriendo los «daños colaterales» de esa desafección? «Aquí ha habido un fallo muy grande. Llega el 15 de mayo y son las fiestas de Madrid. En la Pradera de San Isidro y en Las Vistillas todo el mundo bebe en la calle. Y aquí no se puede. Es un agravio comparativo que no es normal», afirma a LA RAZÓN César Molero, directivo de La Viña-Asociación Empresarial de Hostelería de Madrid, portavoz también de una asociación que engloba a unos 25 locales en Ventas y propietario de la Taberna La Tienta, situada a apenas unos metros de la plaza de toros. Un local abierto en 1952 y que la familia de César adquirió a finales de los años sesenta. Hoy, constituye un punto de encuentro para la «gente joven del toro».

Molero ha vivido en primera persona las negociaciones. Y lo cierto es que, este año, lo tenían todo para lograr su objetivo. En febrero, La Viña se dirigió a Pablo César Carmona, concejal-presidente de la Junta Municipal del distrito de Salamanca, para solicitar los nuevos horarios desde el 8 de mayo al 10 de junio, que es el periodo en el que hay festejos en Las Ventas. Después, tras una reunión con representantes del Ayuntamiento de Madrid, acordaron que lo más factible para sacar adelante su idea era someterla a votación en la Junta del distrito. Y para lograrlo, podían recurrir a un resquicio legal: declarar la zona como «recinto ferial», que es el mismo recurso utilizado para permitir beber en la vía pública en festividades como la del Orgullo Gay, las fiestas de La Paloma o en los locales que se encuentran en los aledaños de los estadios de fútbol de la capital. Para ello, contaban también con el apoyo de la Fundación Toro de Lidia.

El PP posibilitó que este proyecto se sometiera en marzo a votación en la Junta de Distrito de Salamanca, que es el área donde se encuentran la mayoría de bares afectados. Además, los hosteleros rebajaron sus pretensiones de solicitar estos horarios para 40 locales, que era la idea inicial, y los acabaron reduciendo a los 20 que se encuentran en esa zona.

Tras someterlo a votación el pasado 20 de marzo, el resultado estuvo cerca de la goleada: 3-1, con los votos favorables de los concejales de PP, PSOE y Ciudadanos, y el único en contra de Ahora Madrid. Sin embargo, el voto a favor de la junta no ha sido suficiente para convencer a Pablo Carmona. ¿Su respuesta? «Que ya lo dejamos para el año que viene. Llevamos tres años reuniéndonos con él y siempre es lo mismo. Buenas palabras y nada más», dice Molero. Con todo, la excusa principal dada por el concejal se centra en las quejas de los vecinos de Ventas, debido al ruido que se origina a las puertas de los locales.

Hay que recordar que, en enero del año pasado, Esperanza Aguirre, entonces portavoz del PP del Ayuntamiento de Madrid, ya hizo una petición similar. «Se debe tener en cuenta que, en San Isidro, Madrid se convierte en la capital mundial de los toros», afirmó Aguirre.

Juan José Blardony, director general de La Viña, afirma que la petición correspondía a «los problemas de capacidad que hay antes y después de los eventos taurinos» durante las Fiestas de San Isidro. «Tuvimos una reunión reciente con el concejal y nos dijo que para este año no había tiempo de desarrollar una norma provisional. Esperamos que en próximos años podamos hacerlo», afirma Blardony a LA RAZÓN. «En los bares del Bernabéu y antes en los del Calderón, se puede beber. Si allí hay un plan especial, ¿por qué no se aplica aquí desde hace años?», se pregunta Molero.

Son varios los perjuicios para estos locales. Uno de ellos es que, indudablemente, se ven obligados a recibir menos clientes durante unos días especialmente concurridos, sobre todo aquellos en los que torean las grandes figuras. Después están las multas económicas, que, de forma aleatoria, pueden caerles a ellos o a sus clientes por parte de la Policía Municipal. Los hosteleros acaban «sorteando» muchas de estas sanciones tras recurrirlas. Sin embargo, su local afrontó tres multas de 1.500 euros en las ferias del año pasado. Otros locales cercanos como El Capote o Puerta Grande han corrido la misma suerte.

Si el castigo recae en los parroquianos, también es malo para los bares. «El año pasado cayeron las primeras multas por beber en la calle. Al final, te perjudica mucho. Te da mala imagen porque ya te etiquetan: ''Cuidado, si vas a ese bar, te multan por beber en la calle''. Te quita clientes», explica Molero.

Los hosteleros se sienten «intranquilos». Saben que este año se repetirá la misma situación. «Este es un barrio muy tranquilo durante once meses. Sin embargo, cuando llega mayo, los vecinos ven que no pueden aparcar, que hay atascos para llegar a sus casas... Hay una comisaría cerca. Y la gente acaba quejándose», dice el hostelero. De ahí que pida un «mayor entendimiento» entre el Ayuntamiento y la Policía Municipal para evitar que las fiestas de San Isidro no dejen de ser unas jornadas taurinas y, sobre todo, festivas.