Asuntos sociales
Una familia vela durante 20 horas el cuerpo de un niño en su salón
Raúl, de 7 años, falleció en su domicilio de Fuenlabrada. Los servicios funerarios dejaron su cuerpo en un sillón porque sus padres no alcanzaron a pagar la factura del tanatorio
La historia de Raúl es de esas que parecen imposibles. El niño, enfermo de cáncer, se ha convertido en triste protagonista esta semana porque su familia, de escasos recursos, no tuvo el dinero necesario para velar el cuerpo del pequeño en un tanatorio.
La historia de Raúl es de esas que parecen imposibles en el Madrid de 2018. El niño, enfermo de cáncer, se ha convertido en triste protagonista esta semana porque su familia, de escasos recursos económicos, no tuvo el dinero necesario el pasado miércoles para velar el cuerpo del pequeño en un tanatorio.
Sus padres querían que el menor pasara sus últimas horas en casa y hace días la familia pidió el alta voluntaria en el hospital Niño Jesús en el que Raúl recibió todo su tratamiento. El niño, de tan sólo 7 años, falleció la tarde del pasado miércoles en su domicilio de Fuenlabrada. Fue entonces cuando sus padres, Cristina y Doru, que habían pensado velarlo en su piso, avisaron a los servicios funerarios para dar al menor un final digno y en unas condiciones sanitarias adecuadas para todos. No sabían que al dolor del fallecimiento se sumaría la humillación por la que tuvieron que pasar horas después. Al llegar a la vivienda, según adelantó Telemadrid, los empleados de la funeraria informaron a a Doru de los gastos de su servicio y el entierro, pero al padre le faltaban 1.600 euros para completar la factura. La familia no disponía de esa cantidad y también carecía de seguro por lo que, por indicación de la asistente social que ha atendido el caso de Raúl durante toda la enfermedad del niño, los operarios se marcharon dejando su cuerpo tendido en uno de los sillones de su salón. Unas vecinas se encargaron de amortajar el cuerpo del pequeño y denunciaron la situación al Ayuntamiento a través de las redes sociales.
Allí permanecería durante las casi 20 horas –cuatro menos de las que fija la ley para velatorios en domicilios– que la familia, el consistorio de Fuenlabrada y la Fundación Aladina –a través del hospital– lograron reunir el dinero para poder velar al menor de una forma digna. Los servicios municipales atendieron el caso a primera hora del día siguiente y la Fundación Aladina, por su parte, informó sin dar más detalles que había realizado una ayuda privada económica a la familia como hacen con otros casos de niños enfermos de cáncer.
«¿Por 1.600 euros no se lleva a un tanatorio a este niño? Aquí lo tienen», declaraba este jueves a la televisión autonómica el jefe de Doru en el domicilio de la familia y con los billetes en la mano. Finalmente su ayuda económica no fue necesaria. Tampoco la colecta que habían comenzado a hacer los vecinos de la familia en un barrio humilde de Fuenlabrada para poner punto y final a esta situación. El Ayuntamiento, a través de los servicios sociales, pagó el traslado y entierro del cuerpo. A mediodía del jueves el cuerpo de Raúl salía por fin de su vivienda y llegaba al tanatorio donde tuvo un velatorio gratuito para familias sin recursos de apenas dos horas. Su entierro se producía finalmente a las dos de la tarde en el cementerio de la localidad.
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