Asuntos sociales
se hace viral
Tiene 15 meses y necesita un nuevo órgano. Hoy le ponen uno artificial en el Hospital La Paz. «Queremos concienciar para salvar a todo el que se pueda», afirma su madre.
Tiene 15 meses y necesita un nuevo órgano. Hoy le ponen uno artificial en el Hospital La Paz. «Queremos concienciar para salvar a todo el que se pueda», afirma su madre.
Carlota tiene 15 meses y está pendiente de un corazón compatible con sus ocho kilos de peso. Hoy, «tras tres operaciones extracorpóreas y dos cataterismos, los especialistas le van a poner un corazón artificial, mientras llega un donante para regalarle su vida», afirma su madre María Martín a LA RAZÓN tras salir de la UVI del Hospital La Paz donde preparan a la pequeña para la importante intervención. «Tiene el tabique que separa los dos ventrículos perforado. Superar esta intervención es nuestra primera meta», explica.
La familia ha querido hacer público el caso de Carlota para movilizar a la gente y concienciarla «de la importancia de donar órganos, que significa salvar vidas, como la de mi pequeña luchadora». En sólo dos días, la imagen de la niña con una gran sonrisa bajo el hastag #Carlotaquierebailar ya se había retuiteado más 41.000 veces. «Estamos impresionados con todas las muestras de apoyo que estamos recibiendo, la movilización es enorme». Eso sí, tanto María como su esposo saben perfectamente que, por ley, está prohibido solicitar donantes para una persona concreta. «No pedimos un trasplante para ella, pero sabemos que si se personifica la donación, podemos concienciar para que más personas se hagan donantes. Pase lo que pase tenemos que estar a su altura y ayudar a quien podamos», asegura a LA RAZÓN.
Carlota «era una niña muy deseada y, mientras estaba en mi vientre, la diagnosticaron una grave enfermedad cardiaca (tetralogía de Fallot). Ganó sus primeras batallas durante la gestación, superando diferentes complicaciones. Nació días antes de lo previsto, el 24 de diciembre de 2016», explica su madre. Para obtener buenos resultados, a la recién nacida aún tenía que crecer un poco. Pero, «con tan sólo seis semanas tuvieron que intervenirla de urgencia». La operación salió bien, pero no pudieron realizarle todos los «arreglos» necesarios porque su corazón aún era muy pequeño y «los médicos no podían corregirlo completamente. Después de tres semanas en el hospital y alguna que otra complicación volvimos a casa con ella».
Sus padres describen a la pequeña como una niña risueña, «que quiere bailar, reír, seguir viviendo... Los médicos están impresionados porque siempre sonríe». Además, en casa cuenta con una gran ayuda, la de su hermana Daniela, de seis años, «ella es la que hace que sus carcajadas se oigan en toda la casa. Ha sabido llevar esta situación como una personita mayor, la ha cuidado y mimado desde el primer día. Hacen un equipo perfecto».
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