Comunidad de Madrid

La seguridad vio a Gómez salir en su coche de madrugada

El PSOE se justifica y dice que en el vehículo que salió a las 2:00 de la Asamblea sólo iba el chófer n Los trabajadores de la Cámara insisten en que estuvo cinco horas fuera de su «encierro por la Sanidad»

Gómez compareció ayer ante los periodistas con cara de cansancio para hablar de su encierro «trampa»
Gómez compareció ayer ante los periodistas con cara de cansancio para hablar de su encierro «trampa»larazon

La grabación de las cámaras de la Asamblea durante la noche del pasado martes se convirtió ayer en el principal objeto de deseo en las filas socialistas después de que LA RAZÓN destapara ayer que Tomás Gómez, su líder y organizador de una vigilia en defensa de la Sanidad durante la noche del martes, abandonó el encierro de madugada y horas más tarde regresó a Vallecas a tiempo para atender los micrófonos de los programas matinales de varias cadenas de televisión. Pero fuentes de la seguridad de la Cámara ratificaron ayer su versión: vieron al chófer de Gómez bajar por las escaleras del edificio de grupos –los socialistas habían organizado su acampada en sus despachos– y sacar el coche pocos minutos después. Fuentes del partido se pusieron ayer en contacto con este periódico para asegurar que el conductor de Gómez abandonó la Asamblea cerca de las 2:00 horas –el encierro se inició a las 21:00 horas– pero que lo hizo solo. Los empleados de la Cámara, sin embargo, vieron a Gómez en el vehículo. El líder del PSM podría haber accedido a su coche directamente desde el ascensor que baja de su planta al garaje.

Una misión para Barranco

Si entre las filas socialistas no hay rastro de duda de que Gómez pasó la noche en su despacho, ¿por qué se pusieron en contacto con la dirección de la Asamblea para conseguir las imágenes? Porque esta fue, según informaron fuentes de la Asamblea, la misión que la dirección del Grupo Socialista encomendó a su representante en la Mesa, Juan Barranco, que se pasó el día exigiendo al presidente de la Cámara, José Ignacio Echeverría, que le dejara visionar lo que había quedado grabado en las cámaras. Dio en hueso, porque las cintas que atesoran todo lo que ocurrió la noche del martes en Vallecas «sólo se visionarán bajo autorización policial».

Ni el líder de los socialistas ni ninguno de sus diputados realizaron ayer un desmentido oficial de la noticia. Algunos incluso insistieron en que a determinada hora de la madrugada los sillones de los despachos, y hasta sus propios vehículos, se convirtieron en improvisadas camas en las que pudieron echarse unas horas antes de entrar en el Hemiciclo para debatir los presupuestos de la Comunidad de Madrid. Ni siquera en Twitter, donde los diputados que secundaron la disciplina de partido –no lo hicieron los 36 de los que alardeaba el martes una portavoz del PSOE– consiguieron que su #despiertosporlasalud llegara a convertirse en uno de los asuntos más comentados en la red social, Gómez aprovechó las horas en vela para posar y dejar constancia de su presencia durante la madrugada ni se habló de los recortes sobre los que tenían previsto hablar los socialistas durante doce horas. Aun así el tema dio para comentarios de todo tipo, hasta para que la diputada Paz Martín reseñó hasta un breve corte de agua que un técnico de la Asamblea acudió a arreglar pasadas la una de la mañana.

También huyó de la incómoda pregunta Gómez al finalizar el Pleno en que que ayer se aprobaron los presupuestos para 2013. «¡Señores del PP, no les consiento ninguna mentira más!», contestó dentro del Hemiciclo el líder del PSM cuando los populares hicieron referencia a la «escapada» publicada por LA RAZÓN. Fuera, ni palabra, y eso que se habían aprobado los presupuestos por los que había organizado el encierro en sus dependencias de la Asamblea.

Además de ampliar el horario del personal de seguridad de la Asamblea, la iniciativa promovida por Tomás Gómez contó con todas las comodidades de la Asamblea como, por ejemplo, la calefacción en horas en las que habitualmente está apagada. Todo con cargo al erario público, aunque la dirección de la Asamblea estudia ahora pasar a los socialistas la factura de la energía de su «fiesta de pijamas».