Comunidad de Madrid
El negocio de los ladrones del agua
Hasta ahora se conocían los alunizajes, asaltos a bancos, a domicilios; incluso en los últimos años ha aumentado el robo del cable de cobre de la iluminación o los «empalmes» a la red eléctrica, sin embargo, parece que la «última moda» está en ahorrarse el agua. El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) en colaboración con el Departamento de Fraude del Canal de Isabel II detectó en 2012 esta tendencia y puso en marcha la «operación Hídrico» para acabar con las desviaciones ilegales de agua en la Comunidad de Madrid. Ayer, se dieron a conocer los resultados: 286.000 metros cúbicos de agua depurada y apta para el consumo fueron sustraídos a la Red de Suministro General del Agua mediante conexiones ilegales el pasado año.
La operación que permitió la imputación de 59 personas por su relación con las 67 desviaciones ilícitas encontradas, con las que se defraudaba una cantidad de agua equivalente a más de 1/5 del consumo diario de agua de la Comunidad de Madrid o a el llenado de 114,4 piscinas olímpicas, a razón de 2.500 metros cúblicos cada una.
Según informó el Instituto Armado, los imputados realizaban conexiones ilegales a la Red General de Suministro del agua, motivo por el que se inició la investigación por parte del Seprona y los técnicos del Canal de Isabel II. La Dirección General de la Guardia Civil explicó ayer que en algunos de los casos era tal la complejidad del sistema que habían utilizado que fue necesaria la utilización de medios técnicos, como el robot geo-radar, con el que se mide la densidades del terreno, para así detectar las corrientes de agua que procedían de las conexiones ilegales. Gracias a los medios técnicos también se pudieron localizar conducciones clandestinas de más de un kilómetro de longitud repartidas a lo largo del territorio de la Comunidad.
Fuentes de la investigación destacaron que muchos de estos fraudes detectados fueron realizados por empresas, llegándose a verificar hasta 15 entidades relacionadas con la «operación Hídrico», llevaban a cabo estas conexiones ilegales a la red del Canal de Isabel II para abastecer la actividad de sus negocios.
Tal era la complejidad de los enganches ilegales detectados en el último año que ahora deberán repararse los distintos «daños» producidos durante meses y que en muchos casos afectaron a la conducción original del agua.
Otra de las consecuencias perjudiciales para el Canal de Isabel II son las pérdidas incalculables de agua por fugas provocadas por las desviaciones ilegales de los conductos, que, en ocasiones, incluso han acarreado bolsas de agua, tanto en superficie o subterráneas, así como la disminución de la presión, daños que podrían afectar al resto de usuarios.
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