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Castigo al taxi: tres carreras en cinco horas

Tras 16 días sin circular por Madrid, ayer a los conductores les costó encontrar clientes. Los vehículos crearon largas colas en las estaciones de tren y en el aeropuerto. El delegado del Gobierno expedientará a los promotores de las movilizaciones.

La estación de Atocha ha sido uno de los principales puntos de recogida
La estación de Atocha ha sido uno de los principales puntos de recogidalarazon

Tras 16 días sin circular por Madrid, ayer a los conductores les costó encontrar clientes. Los vehículos crearon largas colas en las estaciones de tren y en el aeropuerto. El delegado del Gobierno expedientará a los promotores de las movilizaciones.

Tras 16 días fuera de las calles de la capital, los taxistas volvieron a circular ayer, pero no ha sido fácil. Las dos semanas que han permanecido de paro patronal les han pasado factura. «Sabíamos que nos iban a castigar, aunque creemos que será algo puntual», explica Lorenzo Sánchez, vocal de la Plataforma Caracol. Y es que él, como tantos otros compañeros, han tenido que optar por ir a «cargar» a los principales puntos de afluencia de viajeros. Es decir, a las estaciones de tren y en el aeropuerto principalmente.

Tras más de dos semanas de movilizaciones, los trabajadores del taxi decidieron poner fin a la huelga el martes. El presidente de la Asociación Madrileña del Taxi, Felipe Rodríguez, explicó ayer que el ambiente en el sector está «tranquilo» después de que 4.223 taxistas, el 53,9 % de los 7.843 que participaron en la consulta de ayer, se decantaran por interrumpir la huelga, mientras que 3.522
(el 44,9 %) votaron a favor de continuar los paros. «Yo fui uno de ellos», aseveró Sánchez. «Pero mi situación no es como la de la mayoría, en mi casa entra otra nómina porque mi mujer trabaja», añadió. «El arranque será duro (...) siempre que se hace una cosa de estas, y en este caso la huelga ha sido especialmente larga, el cliente se muestra un poco reticente al principio», admitió Rodríguez.

El principal problema es que muchos de los usuarios habituales no se han sentido identificados con el problema del sector y no han entendido el cierre patronal. «Siempre he sido muy del taxi, pero me ha sentado mal que no nos hayan tenido en cuenta a la hora de tomar decisiones», explica a este diario Juan Delgado, quien reconoce que «hasta ahora sólo había utilizado Uber o Cabify en ocasiones muy puntuales en los que no podía coger un taxi».

A pesar de que ayer no trabajaban 3.000 taxistas –los que libran los miércoles–, unos 12.000 salieron a las calles. «Por la calle apenas hemos visto nada. No había clientes y hemos hecho muy pocas carreras, según me han comentado algunos compañeros», afirma Domingo Mora que ha tenido suerte y ha cogido una carrera larga. Y es que, según los cálculos de varios conductores, los 16 días que ha estado el vehículo parado «ha supuesto unas pérdidas de unos 2.000». Una cifra muy alta y que explica el porqué de ese 53% de trabajadores que optó por volver a trabajar.

«La cosa está dura», insistió Mora que, en dos horas sólo pudo hacer dos servicios: «Uno en Atocha y, por suerte, un traslado judicial». Él ha tenido algo más de suerte comparado con otros compañeros. «Vamos a tener que pelearnos por los clientes, un compañero sólo ha conseguido tres servicios en cinco horas, desde las seis de la mañana hasta las 11», explica el taxista. Y, por la emisora tampoco entraba nada. «Tengo la aplicación y el servicio de radiotaxi, pero no cargamos ni ahí», añade. Y tiene muy clara una cosa: «Vamos a sufrir las consecuencias de la huelga durante 15 días. Eso lo sabemos».

Mora pertenece a la Federación Española del Taxi (Fedetaxi) y apoya la decisión de sus representantes: «Vamos a demandar a la Comunidad por dejación de funciones. El Ministerio de Fomento cedió la legislación a las autonomías y Madrid no lo ha hecho», explica.

«La verdad es que, al final, me he quedado con una sensación agridulce. Hemos forzado a mucha gente a aguantar y al final no hemos conseguido lo que queríamos», añade Sánchez. Y tiene muy claro que «la regulación que han conseguido en Cataluña nos ha perjudicado porque lo que ha querido Ángel Garrido es diferenciarse de ellos».

Por su parte, algunos usuarios no perdonaron a los taxistas las acciones de protesta llevadas a cabo en la última quincena. En ese sentido, Ángel, un ingeniero que llegaba ayer en tren a la estación de Atocha de un viaje de trabajo, se mostró tajante: «Nunca volvería a coger un taxi». «En el pasado si he hecho viajes en taxi, pero ya no. Ahora voy a coger un Uber». Y es que, según sus palabras, los taxis habrían «sobrepasado el límite». «Prefiero las VTC por el servicio y el precio», sentenció.

Asimismo, Olga, otra usuaria de taxi, declaró que no le parecía mal que los taxistas se pudieran quejar de sus condiciones, pero «sin perjudicar a los ciudadanos». Igualmente, otra cliente proveniente de Valencia reconoció que tiene «un cabreo espectacular» debido a que durante la huelga los taxis «nos han dejado sin servicios mínimos».

Por otro lado, el delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Rodríguez Uribes, anunció ayer que abrirá expedientes a los responsables de las manifestaciones y concentraciones de los taxistas que no fueron comunicadas previamente a su departamento, tal y como marca la ley y como hicieron con las protestas del verano. «Los taxistas, más allá de que han cometido algunos excesos al principio con el paro patronal, es un colectivo que merece respeto. La decisión de sacar los más de mil taxis de la Castellana, tendremos que ver qué recorrido tiene. Lanzamos un mensaje de que el derecho de huelga no puede suponer colapsar la ciudad».