Arquitectura

Guerra de alturas en la plaza de Margaret Thatcher

Los vecinos se oponen al proyecto del nuevo museo del Banco Madrid que tapará sus vistas a la Castellana

La nueva sede del Banco Madrid en la plaza Margaret Thatcher será un edificio «con vocación de referencia arquitectónica, más funcional, diáfano y vanguardista, que albergará un espacio cultural privado en su planta baja, donde se podrán ver obras de arte propiedad de la entidad
La nueva sede del Banco Madrid en la plaza Margaret Thatcher será un edificio «con vocación de referencia arquitectónica, más funcional, diáfano y vanguardista, que albergará un espacio cultural privado en su planta baja, donde se podrán ver obras de arte propiedad de la entidadlarazon

El pasado 30 de julio, la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid aprobó inicialmente una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) en la plaza Margartet Thatcher –Goya, 1, junto a Colón–, que permitirá, entre otras cosas, la creación de un nuevo Museo de Arte Contemporáneo promovido por los propietarios del Banco Madrid (Banco de Andorra), edificio sito en dicha plaza, que será demolido para levantar una nueva estructura vanguardista que albergará la colección privada del banco en una nueva plaza diáfana frente al hotel Meliá Fénix. Un edificio que ha soliviantado a los vecinos del inmueble adyacente –que es uno de los edificios más emblemáticos de Madrid del arquitecto Luis Gutiérrez Soto–, puesto que, al ganar varias plantas, les bloqueará las vistas hasta el ático.

En dicha modificación, el consistorio aprovecha para regular el Centro de Turismo de Colón, diseñado por el arquitecto Álvaro Siza –responsable del Eje Prado-Recoletos–, cuya calificación pasará de ser Viario Subterráneo a Equipamiento Singular e, incluso, se abre la opción de crear un corredor comercial en el subsuelo. Igualmente, el Ayuntamiento se haría con la titularidad de la plaza, que actualmente es de propiedad privada pero con uso público. Y, al aumentar la edificabilidad pero no haber terrenos suficientes para ceder al consistorio por este incremento, la propiedad del Banco Madrid tendrá que abonar cerca de dos millones de euros a las arcas municipales.

Es precisamente este aumento de edificabilidad el que ha desatado las iras de los inquilinos del inmueble de al lado, que temen perder el paisaje de la plaza de Colón y que, además, la fachada protegida de su edificio quede oculta por el nuevo museo. En ese edificio en el que recientemente se inauguró el complejo gastronómico Platea, está situado el hotel NH Sanvy, que quedaría tapado y en desventaja frente a su competidor de la esquina, el hotel Meliá Fénix. A esto se añade que el proyecto del Banco Madrid incluye la ampliación del aparcamiento y a los vecinos les preocupa el incremento de tráfico en la calle Marqués de Zurgena para acceder al parking.

En la alegación a dicha modificación inicial que el Ayuntamiento ha admitido a trámite, los vecinos explican a su vez que no saben muy bien cómo va a ser el nuevo edificio, ya que ni en el pliego de modificación ni en el informe técnico se aclara en cuántas alturas crecerá respecto al actual inmueble del Banco Madrid. En la presentación del nuevo museo, el consistorio madrileño explicó que el edificio crecerá hasta igualarse con el entorno de la plaza, ya que ahora es considerablemente más bajo que el resto de inmuebles de alrededor. Dicho aumento busca eliminar el «efecto fuera de escala», tal y como indica el informe técnico, de modo que las tres plantas más sótano con las que actualmente cuenta se convertirían en cinco sobre rasante, que, tal y como se puede apreciar en las recreaciones proporcionadas por el Área de Urbanismo, llegan en altura hasta el último piso del edificio de Gutiérrez Soto.

Bajar la cota

O no, porque según la perspectiva de las recreaciones parece que crece hasta la misma altura o tan sólo un par de plantas más. La cuestión es que, tal y como señalan los vecinos, el cálculo del Ayuntamiento es confuso, ya que cuentan con que, en la modificación de la plaza –cuya financiación correrá a cargo del Banco Madrid por el aumento de edificabilidad concedido–, la cota sobre la que se asienta el edificio bajará de modo que el nuevo inmueble partirá de un suelo más bajo que el actual, por lo que la suma de plantas no afectará tanto a los vecinos. Es más, en el proyecto «se propone eliminar las cubiertas piramidales y la forma del edificio. Unido a ello, se desciende 1,10 metros de la cota del edificio». Lo que en teoría supone que crece hasta los 17,67 metros la altura final, cuando ahora son 16,57. Sin embargo, más adelante el documento indica una altura de cornisa de 20,50 metros a la que se podrían sumar «elementos salientes de instalaciones y casetón del ascensor», así como chimeneas y antenas. Eso sí, en caso de querer instalar paneles solares, el Banco de Madrid no podrá afectar a las «condiciones de soleamiento invernal de las fachadas próximas».

Junto a esta confusión en cuanto a cuán alto será el nuevo museo de arte contemporáneo que –según explicó el consistorio incluirá obras de Tapiès, Picasso, Jaume Plensa, Miró, Alfert Ràfols y Sorolla, entre otros–, los vecinos también señalan que la reforma de la plaza en la que está previsto crear un espacio estancial con una lámina de agua que la recorra transversalmente supondrá la tala de los árboles de gran porte que hay actualmente.

El detalle

Servidumbre de luces y vistas

w El Código Civil regula el derecho a disfrutar de las vistas garantizando unas distancias mínimas entre edificios, reguladas por los artículos 580 a 585. Sin embargo, los vecinos del inmueble de Gutiérrez Soto no se pueden acoger a estas disposiciones, ya que existe una pequeña calle, la del Marqués de Zurgena, que los separa de la plaza Margaret Thatcher.