Burgos
Guerra por los billetes de la Casa de la Moneda
La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT) va a dejar de fabricar billetes. El Banco de España ha advertido de que dará cumplimiento a la normativa dictada por el Banco Central Europeo que obliga a los bancos centrales del eurosistema a asumir la producción de billetes si quieren seguir emitiendo su cuota euros. Una regulación que existe desde el año 2002 y que el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, está estudiando cómo llevarla a cabo.
La producción de billetes es una competencia exclusiva de la Fabrica Nacional de Moneda y Timbre desde 1937 y representa el 40 por ciento de la facturación. La central está adscrita al Ministerio de Hacienda –su sede principal está en Madrid, aunque también tiene sede en Burgos– y suministra soportes para imprimir billetes de banco tanto en el eurosistema como en numerosos bancos centrales e imprentas de billetes de todo el mundo con una plantilla total de 1.500 empleados, que no están dispuestos a dejar que se lleven parte de su producción.
Comenzarán mañana su particular batalla con una manifestación, una concentración y una huelga de dos horas y media, pero aseguran que lucharán con todo lo que tengan a su alcance para evitar que la producción salga de la Casa. Apuntan que la Directiva Europea de Orientación, reguladora de la fabricación de billetes euro, sólo permite, pero «no obliga».
Aunque desde el Banco de España se aseguraba ayer a LA RAZÓN que no hay fecha concreta para llevar a cabo el mandamiento del BCE, admiten que ya se están estudiando las dos fórmulas que ofrece Europa para llevarlo a cabo y ambas pasan por arrebatar a la Casa de la Moneda la producción de billetes.
La primera de las opciones, que parece que es la que más posibilidades tiene, supondría que el Banco de España asumiría la producción de billetes. En este caso el banco se haría con la tecnología, máquinas y una parte de los empleados de la FNMT.
La segunda posibilidad que permite el BCE es que se externalice la impresión de billetes. Para ello se convocaría una subasta abierta con la limitación de que ninguna empresa con subvención pública podría concurrir a la misma. Un concurso que podría sacar la producción fuera de España. De hecho, en la actualidad, la cifra de negocio se centra en un 87,8% dentro del territorio nacional, mientras que el 9,3% del negocio se factura en la UE y el 2,9% restante se destina al resto del mundo.
Desde el Banco de España se considera que los sindicatos «se han precipitado» puesto que insisten en que aún no hay nada decidido ni fecha para llevar a cabo el cumplimiento de la normativa europea. Sin embargo, para los sindicatos sólo el anuncio de que se llevará a cabo es suficiente para presentar batalla. Piden que se les aclare cómo y cuándo está prevista la supresión de la fabricación y que se ponga por escrito el compromiso de que no habrá despidos, porque, de lo contrario, dicen, «se está generando una gran inestabilidad». Consideran además que la Casa de la Moneda perderá identidad y se quedará en una posición muy vulnerable, ya que la fabricación de billetes supone el 40% de la actividad de la central pública.
Los sindicatos además ponen en duda que la medida no afecte a los trabajadores, ya que de los 1.500 empleados de la FNMT (1.300 están en Madrid, el resto en la fábica de Burgos) en torno a 250 participan en tareas directas de producción de billetes, aunque calculan que la supresión de esta «línea de negocio» podría cambiar las condiciones actuales de hasta 400 empleados.
Ajeno a este fuego cruzado, el Ejecutivo acaba de autorizar una inversión de 27 millones de euros en la fábrica de papel de Burgos. Según explicó el Gobierno, la propuesta ha sido elevada al Consejo de Ministros por el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, y confirma la apuesta de la FNMT y del Ejecutivo por su planta de papel de seguridad. También destaca que una vez finalizado el proyecto, la fábrica de papel de Burgos será una de las factorías «más avanzadas del mundo» en su sector, aumentando su capacidad de producción con mejores ratios de productividad y eficiencia, garantizando así la continuidad de su actividad en un mercado tan competitivo y, con ello, sus más de 170 puestos de trabajo directos, y múltiples indirectos, que la actividad genera en Burgos.
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