Política

Comunidad de Madrid

Cifuentes no ha querido declarar en la Asamblea

“Por consejo de mi abogado, ni puedo ni debo pronunciarme”, afirma en la Comisión de Universidades

Cristina Cifuentes en la Comisión de Universidades de la Asamblea de Madrid
Cristina Cifuentes en la Comisión de Universidades de la Asamblea de Madridlarazon

La ex presidenta de la Comunidad ha acudido a la Comisión de Universidades de la Asamblea de Madrid para hablar sobre el “caso Máster”, pero no ha contestado preguntas

Finalmente, no hubo sorpresas: Cifuentes sólo habló para confirmar que no declarará. Apenas cien segundos de intervención con los que la ex presidenta regional regresó hoy a la Asamblea de Madrid por primera vez desde su dimisión, el pasado 25 de abril. Y lo hacía en calidad de compareciente en la Comisión de Investigación de Universidades que investiga las irregularidades en la concesión de másters en la Rey Juan Carlos. Su presencia era la más esperada, pero no se concretó hasta finales de febrero, cuando los grupos de la oposición de la Asamblea pidieron su comparecencia después de que la Fiscalía pidiera tres años y tres meses de prisión para la ex presidenta por falsedad documental en el “caso Máster”. Hay que recordar que, junto a Cifuentes, también están siendo procesados el ex director del Instituto de Derecho Público de la URJC, Enrique Álvarez Conde; la profesora que supuestamente falsificó el acta del trabajo de fin de máster de Cifuentes, Cecilia Rosado, y la ex asesora del Gobierno regional, María Teresa Feito. Fue precisamente este proceso el que la ex presidenta utilizó como excusa para no contestar las preguntas de la Comisión.

La comparecencia estaba prevista para las 10:45 horas. Cifuentes llegó a la Asamblea en torno a las 10:30 y entró por el garaje. Apareció con semblante serio, sin contestar a los periodistas, y acompañada por su abogada. La primera intervención fue a cargo del parlamentario de Cs César Zafra. “¿Ni buenos días me va a dar?”, le dijo a Cifuentes. Durante ese primer turno, Cifuentes tomó nota de algunas de las preguntas de Zafra e hizo alguna consulta a su abogada. Parecía dispuesta a contestar. Sin embargo, cuando tomó la palabra, se limitó a una breve declaración: “El contenido de cualquier declaración que pudiera realizar ante esta Comisión es materia que se encuentra sub iúdice en el juzgado y en la Audiencia Provincial de Madrid. Se ha presentado un recurso de apelación en el que se solicita el libre sobreseimiento. Es una materia en sede judicial sobre la que ya he dado respuesta a todas y cada una de las preguntas. Siguiendo el consejo de mi letrado, ni puedo ni debo pronunciarme”. La ex mandataria se limitó a añadir que “todo lo que podría añadir en esta comisión colisionaría con lo supuesto en el artículo 24 de la Constitución española, en relación a los derechos de defensa en un proceso con todas las garantías. Por eso, pongo su conocimiento, señor presidente, que no voy a hacer declaración alguna y que tampoco voy a contestar a ninguna pregunta”.

A partir de entonces, Cifuentes estuvo en torno a una hora, impertérrita, escuchando las intervenciones de los parlamentarios. César Zafra reconoció que estaba en su “derecho” a no contestar, aunque consideraba que las preguntas que le había hecho, entre otras las de cómo conoció a Álvarez Conde o por qué hizo el máster, “no iban a suponerla ningún problema”

Hay que recordar que, el pasado lunes, la ex asesora María Teresa Feito se negó a declarar en su comparecencia ante la comisión, donde se la había citado para ser interrogada. Entonces, Feito aludió a su condición de procesada para invocar su “derecho de defensa” y declarar que no iba “a contestar a ninguna pregunta”. Así, fue autorizada por la Cámara a abandonar la sesión sin esperar a que los grupos parlamentarios utilizaran sus turnos de intervención.

Eduardo Fernández Rubiño, de Podemos, acusó a Cifuentes de formar parte de una “trama” para “obtener títulos a cambio de favores al Instituto de Derecho Público”, dirigido por Álvarez Conde. “Entonces se vieron presiones que nunca se habían visto, con su asesora entrando en la Universidad, diciendo que o le daban el acta o la presidenta les mataba”, prosiguió. Además, Rubiño la acusó de insultar a los madrileños, los que la votaron y los que no la votaron”. Por último, se acordó del día de su dimisión, motivada, ahí sí, “por un ataque personal repugnante”. “Sin embargo, a mí me habría gustado que usted hubiera dimitido por el máster. Durante 36 días, demostró una capacidad fascinante para la mentira, presentándose usted como una víctima”.

Por su parte, Juan José Moreno, del PSOE, consideró que “lo peor de todo este lamentable asunto fue la reacción institucional ante la noticia, con cargos públicos que se dedicaron a construir una verdad alternativa, es decir, una mentira, convirtiendo a Madrid en una república bananera”.

Menos de una hora después, Cifuentes abandonó su asiento. Acompañada por su abogada, el director general de Relaciones con la Asamblea Jorge Rodrigo y el jefe de seguridad del Parlamento madrileño, tomó el ascensor rumbo al garaje. Más relajada, mantuvo silencio ante las preguntas de los periodistas que se arremolinaron en torno a ella, pero esta vez sí les dedicó alguna sonrisa.