Ciudad Lineal
La menor atacada en Ciudad Lineal confiesa que se lo inventó
Se derrumbó en comisaría tras enfrentarse a sus contradicciones
El pasado jueves la alarma volvía a saltar en Ciudad Lineal: una niña de 14 años denunció que había sufrido un intento de secuestro a la salida del colegio Montpellier, situado en la calle Virgen del Val, 7 del distrito. Un agresor desconocido había tratado de introducirla en su vehículo por la fuerza y sólo los gritos de la joven, que atrajeron la atención de una mujer que arremetió a bolsazos contra el secuestrador impidieron que el rapto se consumase. Un suceso que espantó de nuevo al barrio, que creía estar ya ha salvo del tristemente famoso pederasta de Ciudad Lineal, que raptó a cuatro niñas en la zona y trató de secuestrar a otras tantas, con la detención del principal sospechoso, Antonio Ortiz. Pero todo era mentira. La menor confesó ayer que se lo inventó.
Desde el primer momento los agentes de Policía que escucharon su denuncia en la comisaría de Retiro, donde acudió el lunes acompañada de su padre tras explicarle la falsa historia del rapto, sospecharon del relato de la menor. Según el relato ficticio de la niña, todo ocurrió cuando caminaba hacia la parada de autobús situada en la calle Virgen del Portillo, por la calle Virgen de África. En un momento dado, un hombre de rasgos suramericanos y pelo canoso la abordó, sujetándola fuertemente por los brazos, y trató de introducirla en el asiento trasero de un coche.
El supuesto agresor estaba en todo momento pendiente de los otros viandantes y se mostró muy violento. Presa del pánico, la niña comenzó a gritar y forcejear y fue entonces cuando una mujer escuchó sus gritos y corrió hacia ellos para socorrer a la pequeña, propinando patadas y golpes con el bolso al secuestrador, que, finalmente, desistió de su actitud y huyó rápidamente del lugar de los hechos. Debido a lo súbito del incidente, ni la menor ni su salvadora lograron anotar la matrícula del vehículo. Es más, en su declaración ante la Policía, la niña aseguró que no podría describir a su atacante al 100% por los nervios sufridos.
Inmediatamente, los agentes establecieron un dispositivo de búsqueda del sospechoso y también de los posibles testigos, especialmente de la mujer que socorrió a la pequeña. Para ello, analizaron también las imágenes de las cámaras de seguridad presentes en la zona, para ver si habían registrado el incidente o, al menos, a algunos de sus protagonistas. Cuando, al final de la semana, esta búsqueda resultó infructuosa, la Policía comenzó a sospechar del relato de la menor.
A primera hora de la mañana de ayer, la delegada del Gobierno de Madrid, Cristina Cifuentes, quiso calmar a los vecinos de Ciudad Lineal pidiendo que «con todas las cautelas, estén muy tranquilos». Cifuentes explicó que la Policía manejaba bastantes hipótesis sobre el intento de rapto en el barrio, si bien señalaba que «quizá los hechos no han podido ocurrir como se ha dicho». En este sentido, la delegada detalló que la Policía no había encontrado a la mujer que ayudó a la niña a escapar tras los gritos y sí «contradicciones» en el testimonio de la supuesta víctima del intento de secuestro.
Por este motivo, los agentes optaron por pedir a la pequeña que regresase a comisaría, acompañada de sus padres, para matizar algunos aspectos de su declaración. Allí pusieron de manifiesto las lagunas y los contrasentidos de su primera denuncia y, entre otras cuestiones, la advirtieron de que en los visionados de las cámaras de seguridad del entorno no habían hallado ninguna prueba del supuesto intento de secuestro. Finalmente, tras confrontar varias preguntas, la menor se derrumbó y confesó que había inventado toda la historia de la agresión, según explicaron fuentes policiales, que no precisaron los motivos del embuste.
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