Política

Conflictos laborales

La mitad de los 16 detenidos por la huelga salvaje son barrenderos

La basura se va acumulando por las calles de la capital sin visos de un acuerdo entre los trabajadores y las empresas
La basura se va acumulando por las calles de la capital sin visos de un acuerdo entre los trabajadores y las empresaslarazon

Cada vez más basura acumulada, más detenidos y más tensión. La octava jornada de la huelga de limpieza viaria y jardinería volvió a mostrar ayer su cara más salvaje. Los disturbios nocturnos continuaron «engordando» la lista de arrestados e identificados por parte de la Policía Nacional, quienes están actuando sin descanso contra los radicales. Sobre las 23:30 horas del lunes se produjeron altercados en el cantón de la calle Reus, 5. Dos individuos –José Fernando R. L., de 38 años y Julián M. P. de la misma edad– fueron arrestados tras volcar contenedores a la entrada del centro de trabajo y prenderles fuego. En el mismo lugar, otro compañero –Kialunda M. A., de 47 años–, fue detenido por arrancar papeleras y arrojarlas a la calzada. Se trata de tres empleados de la limpieza, según fuentes policiales. A pesar de que los sindicatos se han desmarcado siempre de estas acciones violentas porque les «perjudicaba en su lucha» e incluso se quejaban de que les vincularan con «descerebrados», lo cierto es que, según las mismas fuentes, ocho de los 16 detenidos por este tipo de altercados son personal contratado por las empresas adjudicatarias del servicio municipal. Además, los agentes han identificado a 211 personas, a quienes se les abrirá un expediente sancionador en aplicación de la Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana por la Delegación del Gobierno. Desde que comenzó la huelga el pasado día 5 de noviembre –a causa del ERE planteado por tres de las cuatro empresas que supondría el despido de 1.134 trabajadores–, los agentes han podido comprobar que, si bien los arrestados no pertenecen a grupos radicales de extrema izquierda fichados por la Brigada de Información, sí están organizados y salen a la calle dispuestos a protagonizar fuertes altercados. Entre los efectos que les han intervenido hay desde un tirachinas o 20 canicas de cristal hasta botes de gasolina y pastillas incendiarias. Esos fueron los efectos intervenidos en la primera noche de la huelga; el pistoletazo de salida para una semana de «lucha». El día 6, la Policía intervino dos martillos rompevidrios y una cizalla y, al día siguiente, tres llaves tipo allen para el vaciado de las papeleras de basura en vía pública.

Los contenedores de reciclaje quemados (cuya reposición cuesta 950 euros) llegaban ayer a los 110, según fuentes del Selur. 68 de ellos fueron el primer día y 42 en los días sucesivos. La violencia que ejercen los piquetes en los cantones para presionar a quienes cumplen con los servicios mínimos y deben salir a trabajar ha pasado por quitar la ropa de trabajo a los empleados o robarles el material e increparles física y verbalmente con amenazas cuando desempeñaban sus funciones. Estos hechos provocan que, cada día, sólo puedan salir a trabajar entorno al 70 por ciento de los trabajadores que se presentan en su puesto de trabajo y que la Policía Municipal tenga que escoltarles durante su jornada laboral. No obstante, quien está asumiendo el grueso del conflicto en materia de seguridad es la Policía Nacional. De hecho, en el dispositivo dedicado a la huelga están dedicados grupos de la UIP, las UPR por la noche y las GAC y GOR de las comisarías de distrito para detectar los piquetes coactivos y los actos vandálicos.

No obstante, el conflicto no tiene visos de solucionarse y los trabajadores amenazan con llegar hasta donde haga falta. El pasado 16 de octubre se abrió la mesa de negociaciones que tiene un mes de duración. Si el próximo domingo 17 no se alcanza ningún acuerdo, las empresas ejecutarán los despidos.

En cuanto a la negociación del conflicto laboral, las adjudicatarias propusieron ayer mantener su poder adquisitivo previo a la crisis, que comenzó en 2007. Una oferta que, como era de esperar, no convenció a los trabajadores. Félix Carrión, portavoz de CC OO asegura que no se trata de una propuesta nueva y que «es lo mismo que nos plantearon hace dos meses y supone una pérdida de unos 200 euros mensuales». «Ya hemos dicho que no vamos a entrar a negociar nada que suponga un compañero en la calle ni una socavación de nuestro convenio colectivo». Hoy se cumple la novena jornada de huelga y el líder sindical insiste en que «va para largo», Además Carrión acusó al Ayuntamiento de ser «cómplices de esta subasta de despidos masiva».