Madrid
La «operación Chamartín», abandonada
Comerciantes y vecinos acusan al Ayuntamiento de no presentar un «plan B» en la última mesa de debate sobre el proyecto de Castellana Norte
Comerciantes y vecinos acusan al Ayuntamiento de no presentar un «plan B» en la última mesa de debate sobre el proyecto de Castellana Norte
«¿Cuánto dinero tendrán que pagar los madrileños con sus impuestos para ejecutar la “operación Chamartín” sólo con presupuesto público si los socios privados de Distrito Castellana Norte retiran su plan en los próximos meses?». Los comerciantes de Pymes Chamartín lanzaron ayer esta pregunta al Gobierno de Manuela Carmena durante la última mesa de debate en torno al futuro del proyecto. La pregunta no obtuvo respuesta por parte del Ayuntamiento. No hay plan B. Y es que como volvió a quedar claro, el cambio de Gobierno en Cibeles que siguió a las elecciones municipales de 2015 no sólo ha hecho descarrilar de forma definitiva la «operación Chamartín», al menos como estaba concebida hasta ahora. El delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, también volvió a demostrar que el consistorio no dispone de ese plan alternativo al actual que tanto colectivos vecinales como empresariales le demandan. Esas asociaciones de comerciantes, empresarios, autónomos y familias aseguraron al término de la reunión sentirse «decepcionados» y «sorprendidos». A falta de novedades, la mesa de debate sí contó ayer con dos ausencias relevantes: la del partido más votado en la ciudad (PP) y la de la sociedad Distrito Castellana Norte.
El responsable del Urbanismo en el equipo de Carmena adelantó que ya trabaja en una «hoja de ruta genérica». No dio más detalles. De sus palabras y de las de los dos altos cargos municipales que le acompañaron –una asesora y un director general– sí pueden extraerse algunas conclusiones, todas contrarias al proyecto impulsado por iniciativa privada: la magnitud del proyecto obliga a su «troceamiento»; presenta problemas en cuestiones como el respeto al medio ambiente o la conexión entre barrios; no resuelve los problemas de movilidad en el nudo norte y ofrece poca vivienda pública. Carlos Lasheras, director general de Planeamiento y Gestión Urbanística, fue el único en destacar algo positivo: es «atractivo» en términos de desarrollo. La nueva «hoja de ruta» potenciará la mejora de la estación, de las infraestructuras en el nudo norte y la vivienda protegida, además de que limitará las alturas máximas respecto al plan actual.
La mesas de debate conducen, por tanto, la «operación Chamartín» a la casilla de salida. El partido Ciudadanos, el representante de la Comunidad de Madrid y una nutrida representación del tejido social de los barrios afectados afearon al Ayuntamiento que acudiera a la cita de ayer «sin una propuesta y sólo con una reflexión». Cuatro de los intervinientes –tres asociaciones vecinales y un representante de una entidad ecologista– dieron su apoyo al equipo de Ahora Madrid, al que conminaron a hacerse cargo, mediante inversión pública, del desarrollo. Muchos otros intervinientes recordaron a la Administración municipal que llevan más de 20 años esperando un plan que sirva para mejorar zonas degradadas del norte de la capital.
Distrito Castellana Norte –sociedad controlada por BBVA y San José– se levantó de esta mesa de debate tras señalar que este proceso se estaba desarrollando al margen de los cauces administrativos pertinentes, lo que les generaba «indefensión». DCN también acusó al consistorio de no respetar los plazos administrativos en la Ley del Suelo para evitar dar su visto bueno al proyecto. «Esa inversión no va a estar ahí para siempre», declaraba recientemente el presidente de la promotora del proyecto al «Financial Times». Esta sociedad comprometió una inversión de 6.000 millones y una generación de 125.000 empleos.
Al margen de estas voces críticas, Ahora Madrid cuenta con el apoyo en este terreno del PSOE, que califica el plan de DCN de «equivocación política y financiera».
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