Teatro Español
La paridad llega a los teatros de Ahora Madrid
La nueva directora del Teatro Español anuncia que tendrá en cuenta a las «autoras y directoras» en su programación para el escenario municipal. Los sustitutos de Pérez de la Fuente costarán 70.000 euros más.
La nueva directora del Teatro Español anuncia que tendrá en cuenta a las «autoras y directoras» en su programación para el escenario municipal. Los sustitutos de Pérez de la Fuente costarán 70.000 euros más.
«Un teatro para la gente», lo decía ayer Carmen Portaceli parafraseando a Lorca. Ésa es la intención con la que llega la dramaturga al que desde el día 1 de enero de 17 será su nuevo cargo: directora del Teatro Español. Hacer de sus tablas «un reflejo de la realidad y sobre las que hablar de lo que preocupa a los ciudadanos. Han de combinar la tradición y la contemporaneidad; acoger todas las perspectivas y tendencias», continuaba. Lástima que los acontecimientos del «annus horribilis» de la nave madrileña la hayan sumido en una deriva lejos de los vecinos y que no retomará su rumbo hasta nuevo año. Nada que ver con la recién nombrada, por supuesto. Suficiente papeleta es comenzar a mover una máquina que desde hace cinco meses funciona gracias a la inercia que queda de la anterior etapa –«Serlo o no», estrenada hace una semana y que permanecerá en cartelera hasta mediados de noviembre, es la última herencia que pudo dejar Juan Carlos Pérez de la Fuente antes de ser fulminado por la concejal de Cultura del Gobierno de Manuela Carmena, Celia Mayer–.
El desayuno informativo de la mañana de ayer sirvió para que los nuevos directores del Español y Naves del Matadero, Portaceli y Mateo Feijóo –respectivamente–, se presentaran ante los medios, a la vez que mostraran sus intenciones y «líneas maestras» en los dos años que tienen por delante, del 1 de enero de 2017 al 31 de diciembre de 2019 –en lo que será la primera vez que los dos centros estén gobernados por diferentes personas–. «Con estas dos nuevas direcciones no sólo abrimos una época muy ilusionante y abierta a toda la ciudadanía para los espacios municipales, sino que reforzamos nuestra voluntad de que las direcciones artísticas se realizan con autonomía», los introdujo Mayer. Lo que no se pudo concretar fueron los nombres de aquellos que llenarán los escenarios a partir de enero, en el caso del Español, y de febrero, en el de Matadero: «No puedo decir nada más que se verá teatro de repertorio», explicaba. La valenciana –con gran parte de su carrera pasada en Cataluña– anunció que el suyo será un teatro «paritario»: «Hay muchas directoras, autoras. Vivimos en una sociedad que empieza a barir los ojos», declaró.
Portaceli añadió además que es capaz de «detectar antes la falta de paridad por sufrimiento en las propias carnes».
Fue la nota llamativa en una presentación en la que Portaceli quiso hablar del teatro «hospitalario», entendido como «un gran contenedor social en el que tengan cabida todas las obras y autores que programemos, y todas las cuestiones que interesen a los ciudadanos. Que los espectadores se lleven la mochila llena de lo que han visto, vivido y que se hagan preguntas», cerraba.
También quiso mirar atrás en la trayectoria de este buque insignia del teatro madrileño y nacional y, además de la «responsabilidad de estar a la altura de la historia» –dijo–, evitó hablar de su antecesor y, sin embargo, sí quiso hacer un guiño a la etapa de Mario Gas, «una época brillante», en sus palabras: «Abrió la posibilidad de abrir nuevos lenguajes, de generar otro teatro. Creo que todo es un paso, cada uno que da una persona diferente lo lleva hacia algún sitio. Por eso siempre todo suma y nunca resta».
Aunque no presentaron como tal ninguno de los títulos que estarán en el cartel en la temporada que acaba de arrancar, la nueva lideresa de la plaza Santa Ana aprovechó la cita para destacar otros de los puntos fuertes de una programación que respetará los grandes autores españoles y mundiales: el diálogo con el público y la internacionalización, con muchas miras a Europa. «Hay que salir fuera y enseñar lo que hacemos», apuntó. Incluido un programa pedagógico para acercar a familias y jóvenes al teatro a través de intercambios entre el organismo y centros educativos y de teatro. Una Escuela de Espectadores que ayude al patio de butacas a lograr una opinión formada.
Dos vértices en los que coincide con Mateo Feijóo: «A través de los procesos impulsaremos la colaboración entre artistas y sociedad. Un espacio para la conversación, la formación y la internacionalización. El espectador ahora estará vivo», comentó el gestor cultural –programador del Festmad, entre otros festivales–. Un intercambio de visiones en las que quiere involucrar a los 21 centros culturales de la capital y en las que quiere desarrollar la música, el cuerpo, la danza, la arquitectura, los diferentes lenguajes... «Quiero trabajar desde el concepto científico para crear un conocimiento a través de la expresión y así apostar por un espacio de innovación, búsqueda y confluencia», aseguraba un Mateo Feijoó, que estará acompañado en la dirección de María José Manzaneque y Almudena Ávalos.
Por su parte y al ser preguntada por las flechas de los periodistas, Celia Mayer tuvo que abordar la polémica que flotó durante todo el desayuno en el ambiente. La concejal de Cultura se mostró «convencida» de que el proceso judicial iniciado por Juan Carlos Pérez de la Fuente, tras su destitución dos años antes de que finalizara su contrato con el teatro municipal, no prosperará. «Tenemos la seguridad jurídica de que eso es bastante improbable», cerró la delegada. Será el próximo día 10 cuando la Justicia determine si el despido de Pérez de la Fuente se ajustó a derecho, un extremo que evitaría al Ayuntamiento tener que readmitir al director de escena.
El otro asunto incómodo para los ponentes del desayuno fue el de los sueldos: «En una época de dificultades económicas como la que estamos viviendo es necesario racionalizar los gastos sin que esto resulte, de ningún modo, una merma en la calidad». La frase, pronunciada por Mayer, que cuesta entender viendo los hechos encima de la mesa. Pérez de la Fuente cobraba 85.000 euros, ahora, la separación de las direcciones de las Naves de Matadero y el Español multiplica la cifra casi por dos. Así, Portaceli recibirá 70.000 euros y Feijóo y su dos acompañantes se repartirán 85.000. Total: 155.000 euros a cargo del erario público. ¡Y todavía falta por elegir al responsable del Fernán Gomez! Así que apuesten por que el montante engordará.
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