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Las víctimas chinas no irán a la rueda de reconocimiento

Dos de las familias sólo «quieren olvidar» y se muestran reacias a colaborar con la Policía

La niña agredida el 17 de junio
La niña agredida el 17 de juniolarazon

Debe de ser un trago amargo ponerte a dibujar, lápiz en mano, los rasgos físicos del agresor sexual de tu hija de 9 años. Sobre todo, cuando tú no lo has visto y lo que tratas es de reflejar lo mejor posible lo que tu niña recuerda de aquella horrible tarde del 10 de abril en la que abusaron de su inocencia y destrozaron no sólo su vida, sino la de todos los que la quieren. No fue determinante aquel esbozo pero sí de gran ayuda cuando la Policía ya tenía estrechado el cerco al pederasta de Ciudad Lineal. Es sólo un ejemplo del sufrimiento de las víctimas y de sus familias derivados de las abominables apetencias sexuales del aún presunto pederasta Antonio Ortiz. No sólo es la pura agresión sexual a las menores, es todo lo que ésta conlleva.

La postura de cada familia en la forma de llevar este duelo que deben pasar –ahora con el agresor entre rejas es un gran empujón para ellos– es tan respetable como diferente.

Aunque será un experto en psiquiatría forense el que deberá determinar si Antonio Ortiz sufre algún tipo de trastorno, los especialistas aseguran que se trata, aparentemente, de una persona con nula empatía. O bien no es consciente del daño psicológico que causa a las menores y a sus allegados o, simplemente, le es indiferente. El dolor que ha provocado principalmente en las cinco familias de las niñas a las que agredió sexualmente es inmenso.

Tanto es así que dos de las niñas agredidas no acudirán, previsiblemente, a la rueda de reconocimiento que se prevé realizar la semana que viene en sede judicial, según fuentes de la investigación. Se trata de la primera y la cuarta víctima, las dos de origen chino. Al parecer, su escasa o nula colaboración con la Policía a lo largo del proceso de investigación por la edad de las menores, su cultura y los daños sufridos (la menor agredida el 17 de junio permaneció dos semanas ingresada en La Paz a causa de las lesiones) conllevarían también su negativa a participar en esta prueba policial que sería de gran importancia de cara a la instrucción del proceso.

La rueda de reconocimiento se realizará en los juzgados de Plaza de Castilla cuando la jueza encargada del caso, la titular del Juzgado de Instrucción número 10, María Antonia de Torres, así lo acuerde. En esta diligencia se colocará al presunto agresor de las menores entre otros cuatro o cinco hombres de similar aspecto físico, edad y corpulencia. La vestimenta que deberán llevar será la que determine la jueza instructora y, probablemente, será similar a la descrita por algunas niñas en sus declaraciones ante los agentes del Servicio de Atención a la Familia (SAF) de la Brigada de Policía Judicial.

La única diferencia con una rueda de reconocimiento con víctimas adultas es que las niñas irán acompañadas de sus madres o de algún otro familiar y estarán también presentes la Fiscalía y su equipo de psicólogos, según fuentes policiales.

Sin embargo, esta prueba será bastante controvertida en este caso. El abogado defensor de Antonio Ortiz tratará de tirar por tierra su validez –los expertos opinan que lo tendrá bastante fácil– alegando que la prueba está viciada al haber sido difundidas numerosas fotos de su representado en los medios de comunicación. Las niñas pueden haberse visto condicionadas a la hora de señalar al autor. Aunque lo más seguro es que los padres de las niñas se habrán encargado bien de que no las vean, no hay muchas esperanzas puestas en esta prueba.