Alcorcón
«Linchamiento 2.0» contra las creencias religiosas de David Pérez
El alcalde de Alcorcón sufrió el pasado sábado comentarios ofensivos en Twitter por hablar abiertamente de su fe religiosa
El pasado sábado el alcalde de Alcorcón, David Pérez, sufrió a través de las redes sociales la intolerancia de quienes no respetan a los creyentes. Tras el incendio declarado en El Molar, que fue rápidamente sofocado por los Bomberos de la Comunidad de Madrid, el también presidente de la Federación Madrileña de Municipios (FMM) agradeció desde de su cuenta de Twitter a los profesionales y la patrona de la localidad haber evitado que el fuego llegase a las viviendas. Concretamente el tuit fue: «Gracias a la eficacia de los #bomberos @112cmadrid y a la protección de la Virgen del Remolino las casas de El Molar se han salvado de arder». Se da la circunstancia de que Pérez fue durante años vecinos de esta localidad y es devoto de su patrona, la Virgen del Remolino. Pero las críticas y mofas sobre la «ayuda» de una virgen en un incendio no tardaron en llegar. Horas después, Pérez escribió: «Toda la tarde aguantando burlas por expresar mi fe religiosa, un derecho constitucional y humano, hoy violado por "tolerantes progresistas"».
El mensaje que valoraba la encomiable labor de los bomberos y aportaba su sentir personal y su creencia en el auxilio de una virgen muy querida desde hace quinientos años por sus vecinos fue el objetivo de unos cuantos radicales. Pérez recibió no menos de 2.000 mensajes ofensivos y agresivos, entre blasfemias irrepetibles y sornas atentatorias contra las creencias de cada persona. El efecto llamada desde varias plataformas inscritas en sectores de ultra izquierda y laicismo desencadenó un auténtico linchamiento moral contra el alcalde. Algo inimaginable y, por supuesto, indeseable contra otras confesiones que esos sectores ven con más simpatía o tal vez con mayor temor.
El mismo regidor anunció desde la plataforma de internet las consecuencias que aquello podría traer. Y es que el artículo 525 del Código Penal castiga con pena de multa a los que «para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa hagan públicamente (...) escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen (...) a quienes los profesen o practiquen». En este sentido, el alcalde alcorconero podría iniciar acciones judiciales contra sus detractores.
Lo más paradójico es que esa imagen de la patrona de El Molar que apareció en un remolino junto al Jarama en la Alta Edad Media y que sufrió tantos avatares a través de los siglos, y cuya segunda sustituta ahora ha recibido terribles blasfemias, ya conoció la intolerancia al inicio de la Guerra Civil, cuando fue víctima de una sacrílega procesión que terminó con su despedazamiento.
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