Los okupas del Patio Maravillas eligen su sede municipal

El colectivo toma la palabra a Carmena y anuncia que se instalará en un edificio del Ayuntamiento en la calle Alberto Aguilera 20, aunque no se ha constituído como asociación.

A comienzos de agosto fue desalojada la última sede del Patio Maravillas, en la calle Divino Pastor, y, por primera vez en la historia de este colectivo, no hubo una nueva ocupación en las horas o días siguientes. En su lugar fue la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, quien poco después anunció que cedería a este centro social un espacio público para que lo gestionase, oferta que amplió a asociaciones y colectivos de ciudadanos. Para ello se elaboraría un protocolo de concesión según el rendimiento social de los solicitantes. Una normativa que, según explicó ayer el concejal de Coordinación Territorial y Asociaciones, Nacho Murgui, aún se está elaborando pero que, no obstante, no ha supuesto obstáculo alguno para que los trámites para la cesión de un local al Patio Maravillas sigan avanzando siguiendo los cauces que ya establece el consistorio.

De hecho, los okupas aseguraron ayer que ya sabían qué sede será su nuevo hogar: la antigua Casa de Socorro de la calle Alberto Aguilera 20. En un comunicado titulado «Sabemos dónde, sabemos cómo», los portavoces del Patio Maravillas señalaban este edificio como el «elegido» para reanudar sus actividades y aseguraban que «tras meses de diálogo con el Ayuntamiento también sabemos que su voluntad política es que proyectos como el Patio perduren», por lo que esperaban poder estrenar el espacio cedido «antes de que llegue el invierno». Asimismo y según explicó a Efe Inés Llamas, una de las portavoces del colectivo, están pendientes de una reunión con el concejal-presidente de Centro, Jorge García Castaño, para comprobar que «no hay ningún otro uso destinado al edificio».

Sin embargo, según aseguraron fuentes del área de Coordinación Territorial, el Ayuntamiento no ha confirmado en ningún momento que se les vaya a ceder la antigua Casa de Socorro, que actualmente alberga una base del Samur, que está previsto sea trasladada al nuevo cuartel de Bomberos y Samur que se está construyendo en la calle San Bernardo. Las mismas fuentes explicaron que el proceso de cesión de un edificio público al Patio Maravillas se encuentra más avanzado que el de otras peticiones que se han hecho al consistorio desde que Carmena anunció su interés por fomentar esta cuestión, porque, al igual que sucede con el Espacio Vecinal Arganzuela –que ocupará parte del Mercado de Frutas y Verduras de Legazpi–, las negociaciones se habían iniciado con la anterior Corporación Municipal.

Y así fue con el Espacio Vecinal Arganzuela, que visitó el Mercado de Frutas y Verduras con un directivo de Patrimonio Municipal. Pero no hubo una petición formal por parte del Patio Maravillas para pedir la cesión de un espacio público. Lo que sucedió fue que, ante el inminente desahucio de su sede en la calle Pez, el colectivo –con el apoyo del hoy concejal de Coordinación Territorial, Nacho Murgui y el actual concejal presidente de Centro, Jorge García Castaño, entre otros actuales miembros del Gobierno de Ahora Madrid–, amenazaron al Ayuntamiento que dirigía Ana Botella con ocupar un edificio público si no les cedía un espacio.

Entre protestas en las que exigían que el local que les cediese tuviese al menos 3.000 metros cuadrados, el colectivo fue recibido por el entonces concejal de Centro, David Erguido, que les conminó a inscribirse como asociación y Entidad de Interés Público en el Ayuntamiento como paso previo a la cesión de un local gratuito o con un alquiler social de la EMVS, así como otras subvenciones. Sin embargo, el Patio optó por cumplir su amenaza y dos días después de las elecciones municipales ocuparon el Museo Ambasz, del que fueron desalojados horas después. Entonces decidieron presentar una memoria de actividades pero no la inscripción como Entidad de Interés Público.

Reuniones en Cibeles

Desahuciados de Pez y de su siguiente okupa, en la calle Divino Pastor, el Patio Maravillas sí se reunió en varias ocasiones con el equipo de Manuela Carmena antes y después de quedarse sin sede. Según explicó ayer a Efe, Inés Llamas, portavoz del colectivo, están pendientes de reunirse con el concejal de Centro para comprobar que «no hay ningún otro uso destinado al edificio» de la calle Alberto Aguilera 20 que impida su cesión. Asimismo, aseguraron que ya están redactando los estatutos para registrarse como asociación en breve puesto que, como insistió ayer Murgui: «Para acceder a esas cesiones el solicitante tiene que tener personalidad jurídica», cumplir la normativa, que tengan una labor reconocida en el distrito y que «respeten el marco de convivencia».

En este caso, los solicitantes aseguran estar en un punto muy avanzado de la negociación pese a que no se han constituido aún como personalidad jurídica. A esto se añade que, según la normativa municipal vigente, para acceder a la cesión de un local las asociaciones deben estar inscritas en el registro de entidades de interés público y sólo pueden pedirlo después de dos años de inscripción y con una labor social reconocida en el distrito. Se da la circunstancia de que ayer el concejal de Coordinación Territorial anunció que uno de los objetivos de su área es simplificar los trámites de creación y mantenimiento de las asociaciones, así como el «farragoso proceso para acceder a una subvención».

Alternativas

Con todo, el Patio Maravillas tiene varias alternativas para saltarse pasos y estrenar nueva sede cuanto antes. La primera pasa porque sea una o varias asociaciones ya establecidas y con todos los trámites cumplidos quienes soliciten el espacio y luego acojan las actividades del Patio Maravillas como propias y bajo su responsabilidad. Éste es el caso del Centro Social Seco que en 2013 se trasladó al Centro Cultural Luis Peidró bajo el paraguas de las dos asociaciones que surgieron de la iniciativa okupa –la Asociación de Vecinos los Pinos Retiro Sur y la Asociación de Mujeres de Retiro– mediante un convenio de cesión firmado por la alcaldesa, Ana Botella y Murgui, entonces presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM). En este espacio municipal cedido también desarrollan sus actividades grupos que no tienen entidad jurídica, como es el caso de un club de aficionadas al punto.

La otra opción es que sea la propia FRAVM quien solicite la cesión y después facilite el uso de las instalaciones al Patio Maravillas, siendo la federación responsable de lo que allí suceda. Hay que tener en cuenta que el inmueble elegido, de 2.700 metros cuadrados, fue construido por Luis Bellido y González –el autor de Matadero– en los años 20 y tiene un nivel de Protección Integral.