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Los «piratas» del papel y la chatarra ganan con la basura

La Razón
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La cantidad de papel y cartón que recoge Luis ha crecido un 162% en los últimos días a causa de la huelga. «En una jornada normal cargo 800 kilogramos, ayer hice 1.300», cuenta. Ernesto, por su parte, está subiendo a su camioneta un 152% más de chatarra de la que suele lograr en un día normal. «En estas jornadas he pasado de «hacer» entre 120 y 150 kilos a cargar unos 180», asegura. Tanto Luis como Ernesto trabajan recogiendo residuos por la ciudad de Madrid de forma ilegal y reconocen que la situación en la que se encuentra la ciudad estos días facilita su labor.

El kilo de chatarra ronda los 25 céntimos el kilo, según las webs especializadas, aunque desde empresas como Manuel Grueso Recuperaciones aseguran que «dependiendo de la calidad de la chatarra se paga hasta a ocho céntimos por kilo», por lo que, pese a los beneficios de la huelga, Ernesto apenas puede sacar un sueldo decente. «¡Pero si se gana más pidiendo en un supermercado!». Mira, después de estar todo un día y de pagar el combustible, a mí hay días que apenas me quedan 10 euros», protesta el transportista ilegal. A su compañero del sector del papel le va algo mejor. «Una tonelada de cartón se paga a unos 40 euros. Si es papel y está en buen estado se puede pagar hasta 190 euros, así que en un día como ayer saqué 40 euros más de lo que suelo ganar», explica Luis. Y lo dice porque el mercado tiene perfectamente estipulado el precio de cada producto en función de su calidad y cantidad. Así, además de los ejemplos que él pone, se compra el papel de periódico a unos 30 euros la tonelada o papel en mal estado a unos 50 euros cada mil kilos, según otras fuentes de este mercado.

Las empresas que se dedican legalmente a la recogida de papel, chatarra y otros residuos de la ciudad son las grandes perjudicadas de la situación porque disponen de menos materia y, al trabajar directamente para compañías, ven cómo parte de su negocio se lo llevan los «piratas» sin que se pueda hacer nada por evitarlo. Javier Montero, secretario general de la Asociación de la Recuperación y el Reciclado de Madrid (Arema), reclama que la impunidad con la que actúan estos camiones tiene tres consecuencias directas. «La primera de ellas es la económica, ya que mientras nosotros pagamos salarios, seguros sociales, gastos, etc, y ellos no tienen que abonar nada de esto. La segunda es que el Ayuntamiento deja de percibir un dinero por un material que es de todos y, la tercera es que se produce un daño medioambiental».

La situación, aunque ha despuntado en esta huelga, no es nueva y el papel va desapareciendo de las calles de Madrid en manos de los ilegales. Según datos de esta asociación, en 2009 se recogieron 92.000 toneladas de papel y cartón mientras que en 2012 fueron 50.000. Las previsiones, además, apuntan a que este año se recogerán unas 44.000 toneladas. Es decir, menos de la mitad que hace cuatro años.

Fernando, de la empresa Bramacasa, conoce este sector en todos sus ámbitos y asegura que quienes van sin licencia «se están poniendo las botas». Además, asegura que existe cierta organización al respecto y destaca algunas partes de la ciudad en las que «los que se dedican a eso ya saben que se puede sacar una buena cantidad. La ribera del Manzanares, las calles Goya o Alcalá, el entorno del Cementerio de San Isidro o Cobo Calleja» son sólo algunos ejemplos de puntos en los que se suelen acumular cantidades importantes.

Toda esta mercancía termina en polígonos industriales de Alcorcón, Getafe o Vicálvaro para, posteriormente, ser vendida a grandes empresas en un mercado que «está perfectamente organizado y del que hay gente que saca importantes beneficios», aseguran los mismos miembros de este negocio. Las grandes empresas que se encuentran en la cima de la cadena están regentadas, en su mayoría, por chinos.