Ahora Madrid

Los vecinos de Chamberí se rebelan por la cesión a los okupas del Maravillas

Las asociaciones del barrio denuncian que el Ayuntamiento les ha negado que haya espacios municipales libres para desarrollar su actividad.

El palacete de Alberto Aguilera 20 –de 2.700 metros cuadrados y valorado en 9,7 millones de euros–es el inmueble de propiedad municipal que el Ayuntamiento quiere ceder al colectivo Patio Maravillas
El palacete de Alberto Aguilera 20 –de 2.700 metros cuadrados y valorado en 9,7 millones de euros–es el inmueble de propiedad municipal que el Ayuntamiento quiere ceder al colectivo Patio Maravillaslarazon

Las asociaciones del barrio denuncian que el Ayuntamiento les ha negado que haya espacios municipales libres para desarrollar su actividad.

La cesión de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, del edificio municipal en la calle Alberto Aguilera 20 al Patio Maravillas, que el colectivo da casi por cerrada, ha soliviantado a las asociaciones de vecinos de Chamberí, que no sólo protestan por que se ponga por delante a los okupas frente a sus décadas de activismo vecinal, sino que exigen que, antes que dejar el espacio a un colectivo que ni siquiera se ha constituido aún como entidad jurídica, lo utilicen para un equipamiento para el barrio como llevan reclamando desde hace años.

«Lo podrían destinar a acogida de refugiados o a dotaciones para el distrito», reclama José Luis Jiménez, secretario de la Asociación La Voz de Chamberi, que explica que actualmente tienen problemas de espacio y se tienen que acoplar a las salas cedidas por entidades privadas.

«Nunca hemos pedido nada, excepto que se preocupen por el ruido y el botellón, que provocan molestias a los vecinos», asegura, preocupado ante las consecuencias negativas de la llegada de los okupas al barrio ya que las quejas contra el jaleo que generaban en sus primeras sedes llegaron a motivar la creación de la Asociación de Afectados por el ruido del Patio Maravillas.

Igualmente, en la Asociación de Mujeres de Chamberí Nosotras Mismas señalaron que llevan muchos años peleando para conseguir una Casa de la Mujer en el distrito y aseguran que el Ayuntamiento de Madrid siempre les ha dicho que «no hay locales disponibles», si bien se abstuvieron de valorar la llegada del Patio Maravillas al inmueble de la calle Alberto Aguilera, 20.

De hecho, a las asociaciones les preocupa menos el hecho de que sean los okupas del patio los que vayan a instalarse en el distrito, pero se muestran indignados porque tengan prioridad por encima de colectivos legales que llevan muchos años peleando por Chamberi. De ahí que ni en La Voz ni, en la veterana Asociación de Vecinos de Chamberí El Organillo, se descarte unirse al Patio Maravillas para compartir el espacio en el inmueble elegido por los okupas.

Puesto que con la normativa actual es necesario que una asociación esté inscrita durante al menos dos años en el registro de Entidades de Utilidad Pública del Ayuntamiento de Madrid para que les sea cedido un local y el Patio Maravillas aún está redactando los estatutos para constituirse como entidad jurídica, una de las opciones para hacer legal la cesión de Alberto Aguilera al colectivo es que sea una asociación que cumpla con todos los requisitos la que solicite el inmueble y acoja las actividades del Patio. Eso sí, la responsabilidad última sería de la entidad que firme el convenio de cesión con el Ayuntamiento.

En este sentido, desde El Organillo, que lleva más de 30 años trabajando por los vecinos del barrio, advirtieron de que si el Patio Maravillas o el consistorio madrileño quieren su colaboración para tener cedido el inmueble, «la no exclusividad es insoslayable». «No vamos a dejar que ocupen todo el inmuble; habrá que establecer criterios basados en las necesidades del barrio, para que puedan aprovecharlo asociaciones de vecinos, de madres y padres o cualquiera que ahora no tienen donde reunirse», explicó Paco Osanz, presidente de la Asociación de Vecinos El Organillo.

Osanz denuncia que el Centro Cultural Galileo, que es el único con el que cuenta el distrito, está saturado y es muy dificil conseguir una sala debido a su pequeño tamaño y la gran cantidad de peticiones que hay. «Chamberí necesita una escuela de música, una biblioteca y espacios sociales y se podría utilizar parte del edificio de Alberto Aguilera 20 para estas dotaciones mientras que el Patio Maravillas utiliza otra parte», consideró, y reconoció que los okupas tienen más presencia pública que la que tiene su asociación por lo que «no quiero ser un obstáculo para que llegue gente dispuesta a dinamizar el barrio». Eso sí, el presidente de El Organillo insistió en que la única condición es que no sea de uso exclusivo para el Patio Maravillas.

De momento, ninguna de estas asociaciones ha tenido noticias del Patio Maravillas ni del Ayuntamiento, salvo un encuentro con el concejal de Coordinación Territorial, Nacho Murgui, que les explicó la opción de acoger las actividades del Patio en un inmueble cedido por el Ayuntamiento. La semana pasada, el colectivo realizó un comunicado en el que asegura que las negociaciones con el consistorio madrileño están avanzadas para que puedan instalarse en una nueva sede en la calle Alberto Aguilera 20 «antes de que llegue el invierno». Al respecto, Murgui aseguró que no se cederá un espacio a una entidad que no esté legalemente establecida y registrada en el Ayuntamiento como de Utilidad Pública, aspecto que el Patio Maravillas no cumple aunque sí podrían algunos de los colectivos que lo integran. Además, el concejal explicó que se está cambiando la normativa para simplificar el «farragoso procedimiento para pedir una cesión», por lo que podría levantar el límite de dos años en el registro municipal para solicitar una subvención que ahora ata a los okupas del Maravillas.