Juegos de azar
La mitad de las casas de apuestas, a tres minutos de los colegios
61 de estas casas están a menos de 100 metros de colegios, algo que la ley prohíbe
Son 250 metros de separación. Menos de tres minutos andando. Ésa es la distancia a la que se encuentran más de la mitad de las casas de apuestas de la capital de los centros educativos de Primaria y Secundaria. El completo análisis sobre el fenómeno de estos establecimientos realizado por la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) constata en cifras varias realidades de las que ya se tenía sospecha. La primera, el imparable avance de un negocio que ya cuenta con 400 establecimientos repartidos por los 21 distritos de la ciudad. La segunda, que las empresas detrás de estos locales eligen los barrios con mayor población de origen extranjero y con vecinos de rentas más bajas. Y la tercera que, efectivamente, en muchos casos se encuentran a tiro de piedra de una segmento de población especialmente vulnerable a lo que adicciones se refiere: los menores.
El informe, presentado ayer con motivo del Día Mundial Sin Juegos de Azar, revela que 53 colegios cuentan con 61 locales de apuestas a menos de cien metros. Una distancia que incumple el Decreto aprobado el pasado mayo por la Comunidad de Madrid, si bien el Ejecutivo regional ha dado a estos establecimientos una moratoria de diez años. «Una medida muy tímida», en palabras del sociólogo Vicente Pérez Quintana, responsable del estudio. De hecho, a partir de los 100 metros, la progresión de colegios con locales próximos crece de forma exponencial. Hasta el punto de que «casi la totalidad» de los locales se encuentra a menos de 500 metr
metros, operando en un entorno muy próximo. En total, son 132 colegios los que cuentan con cuatro o más locales dentro de un radio de medio kilómetro a la redonda.
A la hora de hacer esta radiografía del juego en la capital, el sociólogo ha contado con la participación de colectivos de los barrios asociados a la FRAVM, que se han recorridos sus distritos para localizar uno por uno los establecimientos. Llama la atención el hecho de que el 75% de los salones pertenece a Codere o a Sportium, que cuentan con 148 cada uno. Un «duopolio que, paradójicamente, no ha despertado el celo de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, que interviene siempre que los ayuntamientos y las comunidades autónomas intentan poner freno a prácticas colaborativas», señaló Pérez Quintana.
Los responsables del estudio también destacan el hecho de que en el censo de estos locales que tiene en poder el Ayuntamiento no aparecen 74 establecimientos identificados por los vecinos. Algo que se explica por el hecho de que algunos de ellos «funcionan con meras declaraciones responsables o licencias que nada tienen que ver con la actividad de las apuestas»: bares, restaurantes o incluso ferreterías, son algunas de las coartadas.
Por barrios, hay dos que lideran las concentraciones de casas de apuestas: San Diego, en Puente de Vallecas, y Vista Alegre, en Carabanchel, con 21 cada uno. Justo tras ellos se encuentra Sol (Centro), con 20, mientras que Moscardó (Usera), Aluche (Latina), Bellas Vistas (Tetuán), Embajadores (Centro), Palos de Moguer (Arganzuela) y Quintana (Ciudad Lineal), suman más de siete cada uno.
3,1 locales por barrio
Resulta curioso que a cada barrio de Madrid le «toquen» de media 3,1 locales, cuando la realidad es que 37 de los 131 que hay en total en la capital no cuentan con ninguno de estos establecimientos. El motivo es que la mayoría se halla dentro del margen occidental de la almendra central y en los barrios del sur próximos a la M-30. Así, el 61% se encuentra en Carabanchel (48 locales), Puente de Vallecas (44), Tetuán (35), Usera (32), Centro (31), Latina y Ciudad Lineal –estos dos últimos con 27–. Las aglomeraciones más fuertes se dan en torno a seis ejes: Aluche-Vista Alegre-San Isidro; Moscardó-Almendrales; San Diego-Numancia; Sol; Bellas Vistas y Quintana. Por calles, Bravo Murillo lidera el ranking con 17 locales, seguida de Alcalá (15), Marcelo Usera (12), General Ricardos (10) y la Avenida de la Albufera (8).
El informe da validez a una de las banderas enarboladas por los colectivos vecinales que, cada vez más alto, alzan la voz contra la presencia de las casas de apuestas en las calles: la correlación entre su ubicación y los barrios y distritos con mayor desempleo y rentas más bajas. Como explica el informe, la mayoría de barrios «que se hallan por encima de la renta media municipal o no tienen casas de juegos o a lo sumo cuentan con una o dos. En cambio, más de la mitad de los barrios con tres o más establecimientos se clasifican en los dos intervalos más bajos de la escala de rentas».
Más presencia inmigrante
La presencia de ciudadanos de origen inmigrante también se revela como una de las variables. «A mayor proporción de extranjeros, más locales», sostiene el análisis. Así sucede en los ya citados barrios de Bellas Vistas, Quintana, Moscardó, Almendrales o Vista Alegre, con siete o más en sus calles. En resumen, estas empresas «buscan zonas en las que la localización sea más barata y, a su vez, en las que la población residente tenga un nivel adquisitivo inferior a la media y un estatus social menos privilegiado».
Ante esta situación y con los datos en la mano, Quique Villalobos, presidente de la FRAVM, dirigirá tanto al Ayuntamiento como a la Comunidad de Madrid una serie de propuestas. Entre éstas, se encuentra la creación de Zonas de Especial Protección de Población Vulnerable, similar en su funcionamiento a las Zonas de Protección Acústica Especial (ZPAE), si bien en este caso se trataría de «reducir al máximo el número de licencias de locales de apuestas y juego». Del mismo modo, pedirán que se aumente la periodicidad de las inspecciones con el objetivo de sancionar las ilegalidades. La principal de ellas, la entrada de menores, «ya que las campañas que se están llevando a cabo no son muy ambiciosas», con poco más de 60 menores localizados en casi tres años.
La publicidad de las apuestas no puede quedarse al margen. «En la misma medida que no encontramos anuncios de tabaco en los autobuses, metros y trenes, no deberíamos ver anuncios de otras actividades que generen adicciones».
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