Bibliotecas y Museos

Mapas para no perderse en la Biblioteca Nacional

Arte, ciencia, realidad y ficción en 200 cartas, atlas, mapas y grabados

El Polo Norte según un mapa de 1678
El Polo Norte según un mapa de 1678larazon

La exposición, comisariada por Sandra Sáenz-López y Juan Pimentel, persigue dos objetivos: «Hacer que el espectador se fije más en el mapa y menos en el territorio», así como «ofrecer al visitante un recorrido por algunos de los recursos y temas más frecuentes» de la cartografía.

200 mapas decoran desde el pasado 3 de noviembre, y hasta el próximo 28 de enero, los muros de la Biblioteca Nacional (Paseo de Recoletos, 20). La exposición, comisariada por Sandra Sáenz-López y Juan Pimentel, persigue, según sus organizadores, dos objetivos: «Hacer que el espectador se fije más en el mapa y menos en el territorio», así como «ofrecer al visitante un recorrido por algunos de los recursos y temas más frecuentes» de la cartografía.

Para lograrlo, la Biblioteca Nacional de España recurre a sus extensos fondos y a la colaboración con otras instituciones culturales. Así, la mayoría de cartas expuestas pertenecen a los archivos cartográficos de la Biblioteca, pero también habrá elementos de entidades como el Archivo Cartográfico, el Museo de América, el Archivo General de las Indias, la Fundación Casa de Alba o la Real Academia de la Historia.

Entre las obras expuestas destacan algunos de los llamados «mapas de la historia», una especie de atlas históricos que vivieron su auge durante la Edad Media y el Renacimiento, y atlas anatómicos, cuya mejor muestra es el «De Humani corporis fabrica», obra del sabio bruselense Andrea Vesalio.

Pero la exposición no es simplemente un compendio de mapas, atlas y cartas naúticas, sino un paseo meditado y con sentido, que va un paso más allá de la simple contemplación. Y es que, en un didáctico recorrido los visitantes pasarán por una primera sección dedicada a los distintos habitantes del globo y a las relaciones entre los condicionantes geográficos, la historia natural y la etnografía de los territorios representados en estos trozos de tela, a los que la exposición eleva a otra dimensión.

No sólo de lo que cuentan los mapas vive la exposición, también de lo que ocultan. Y es que la segunda sección de la muestra se dedica «a lo que callan los mapas». Y es que, según explican desde la Biblioteca Nacional, «todo mapa enfatiza algunas cosas, pero también silencia y esconde otras». La última parte de «cartografías de lo desconocido» guía a los visitantes a través de un viaje que tiene como destino comprender «el éxito de los mapas», que se han convertido, según los organizadores, «en los instrumentos por antonomasia para cartografiar lo desconocido».

Nueva perspectiva

La exposición –de cartografía histórica– incorpora las nuevas tecnologías para hacer el recorrido más ameno y accesible a las nuevas generaciones. Por eso, tras el trabajo de digitalización de las colecciones cartográficas de la Biblioteca Nacional, los espectadores podrán observar –zoom mediante– los detalles de los atlas. Además, los elementos cartográficos expuestos cuentan con un código QR que, una vez escaneado, permite contemplar e interactuar en la pantalla del móvil con el mapa.