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Nichos en el olvido: uno de cada tres no se reclama

Desde 2015, unas 2.700 familias no han renovado las concesiones a 10 años en los cementerios públicos, por lo que los restos pasan a ser exhumados.

Un nicho anónimo en el Cementerio de la Almudena, ayer, durante el día de Todos los Santos.
Un nicho anónimo en el Cementerio de la Almudena, ayer, durante el día de Todos los Santos.larazon

Desde 2015, unas 2.700 familias no han renovado las concesiones a 10 años en los cementerios públicos, por lo que los restos pasan a ser exhumados.

Miles de madrileños se congregaron ayer en los 17 cementerios de la capital para reencontrarse con sus seres queridos y sus recuerdos. Sin embargo, no son pocos los que toman la decisión de despedirse en el momento del deceso y cerrar página de manera definitiva. Un ejemplo son los nichos temporales ubicados en los muros y paredes de las necrópolis. Se trata de unidades funerarias que, a diferencia de otras, cuentan con un periodo de concesión sólo por diez años, momento en el cual se produce su vencimiento y es necesaria su renovación. Según los datos facilitados a LA RAZÓN por la Empresa Municipal de Servicios Funerarios y Cementerios de Madrid, que incluye los campasantos de la Almudena, Sur, Carabanchel y Fuencarral, entre otros, el 35% de las familias no reclaman los vencimientos.

Desglosados por años, en 2015 se produjeron unos 3.000 vencimientos, de los cuales más de la mitad no se reclamaron; en 2016, más de 2.000, con menos de la mitad sin obtener respuesta; y en 2017, más de 2.700 y algo más del 50% sin reclamar. El resultado es que, en los tres últimos años, unas 2.700 familias no atienden el fin de los plazos, momento en el cual los restos pasan a ser exhumados, incinerados y depositados en el osario general.

Desde la empresa municipal aclaran a este diario que «no se exhuma ninguna unidad de enterramiento debido a que las familias no pagan», sino porque «finaliza el tiempo de concesión». Como cada año se producen miles de vencimientos, la empresa dispone de un procedimiento por el cual, durante todo el año antes de que se cumpla el plazo, «se comunica y contacta con todos los titulares de esos nichos temporales mediante el envío a sus domicilios de una carta certificada», en la que se les detalla y ofrece todas las posibilidades de las que disponen para reclamar los restos. Así, se pone a su disposición «más de una quincena de alternativas», que pueden ir desde la posibilidad de que los restos permanezcan otros diez años más en el mismo nicho hasta su exhumación o incineración, pasando por el traslado de los mismos a la unidad de enterramiento o localidad que deseen.

¿Qué motivos tienen las familias para no reclamar los restos? Según explican a este diario fuentes del sector, las razones van desde los cambios culturales –la tradición de visitar las necrópolis y, en general, toda las costumbres relacionadas con la muerte han perdido fuerza en los últimos años–, pasando por el olvido –en diez años, muchas familias cambian de domicilio y eso entorpece la comunicación– y hasta llegar a los motivos económicos. Estas fuentes explican que los nichos a diez años pertenecen a pólizas de decesos y, en el momento del fallecimiento, constituyen una solución rápida y económica para las familias. Sin embargo, tras el vencimiento, es el momento de acometer la renovación y no todos están dispuestos. De acuerdo con las tarifas de los cementerios públicos de la capital, esta unidad temporal de enterramiento tiene un coste de 988,94 euros.

¿Qué ocurre con otros tipos de entierro? Las tumbas y los columbarios no cuentan con ese problema de provisionalidad: su periodo de concesión puede llegar a los 99 años. En el caso de las sepulturas, los precios oscilan entre los 4.455 y los 8.910 euros. Los columbarios –unidades más reducidas que se diferencian del resto porque su uso suele ser destinado exclusivamente a urnas funerarias– pueden constituir una opción aún más económica que la de los nichos: las tarifas pueden llegar a los 315 o a los 541 euros. Con todo, en el catálogo municipal también se ofertan nichos cuyas concesiones superan los diez años. Los hay por un periodo de tiempo de 75 años a un precio de 3.882 euros, o de 7.764 en el caso de que sea doble.

Estos son los costes que sólo incluyen la unidad de enterramiento. Después, hay que sumar otros conceptos, como la inhumación, que en el caso de sepulturas y nichos acarrea un gasto de 245 euros; la conservación y el embalsamamiento, que oscila entre los 93 y 241 euros; los tanatorios, que, dependiendo de su emplazamiento, sus precios están entre los 482 y los 928 euros; el furgón o el coche fúnebre, con costes que van de los 121 a los 602 euros; y, por supuesto, los féretros: 99,51 euros el más barato y 8.123 el más caro, en una amplia gama de precios que supera los 30 modelos.