Poco antes de las pasadas Navidades, Rita Maestre, portavoz del Ayuntamiento de Madrid, solicitó un encuentro con el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro. Quería pedir perdón por entrar con la camisa desabrochada en la capilla de la Universidad Complutense de Madrid en marzo de 2011. Maestre quería escenificar, con su torso desnudo y al grito de «Vamos a quemar la conferencia Episcopal», su rechazo a que hubiera una capilla en el centro público.

LA RAZÓN ha podido confirmar este encuentro «a petición de ella» y que fue totalmente privado. Es más. fuentes cercanas al Arzobispado de Madrid desconocen si la reunión tuvo lugar en la sede o en otro lugar. Las mismas fuentes también confirman que «ella pidió perdón» y que Osoro valoró «positivamente» las palabras de Maestre. El arzobispo no dudó en aceptar sus disculpas sobre todo porque estos doce meses forman parte del Año de la Misericordia, por lo que la Iglesia valora especialmente las peticiones de perdón. Eso sí, durante la reunión el obispo le insistió a la portavoz de Ahora Madrid que aunque el estado español es aconfesional, «la Iglesia puede estar presente en el espacio público».

Por otro lado, desde el Arzobispado madrileño insisten en que no quieren que esta institución se utilice como arma y que «nosotros no estamos presionando», en referencia al juicio que comienza el próximo jueves y en el que, como dejan claro las mismas fuentes, «el Arzobispado no está personado». Lo están el Centro Jurídico Tomás Moro y Alternativa Española. La Iglesia de Madrid se mantiene al margen de los asuntos jurídicos derivados del ataque a la capilla en 2011. «El juicio va por otro lado del perdón», insisten. Con esta reunión, Osoro vuelve a mostrar su carácter accesible. «Está dispuesto a sentarse con cualquiera», insisten. Y es que cuando Maestre le planteó el encuentro, Osoro no dudó en concertar la reunión. «Es bastante fácil».

A pesar de que el arzobispo de Madrid haya aceptado las disculpas de la joven, Maestre se enfrenta a una pena de un año de cárcel que solicita la fiscalía para ella y para Héctor Meleiro que también profirió gritos en contra la Iglesia como «arderéis como en el 36» y «sacad vuestros rosarios de nuestros ovarios».