Reartes toma el Rastro

Se instala en Madrid. Deja el restaurante catalán Dime para centrarse en sus sabrosos proyectos, además de dirigir con éxito el CBbC (Cala Bassa Beach Club), de Ibiza. Reartes no se sube al carro de la tendencia gastronómica, que arrasa en el panorama del buen comer, ya que la suya es una idea sin precedentes basada en su conocido Station Market –su concepto de cátering, que organiza como un mercado–. Lleva más de 15 años en ebullición y ahora la traslada a la capital en el espacio perfecto con la ayuda de su mujer Andrea Canale y con Curro Gullón también entre fogones. Cada bocado se elabora en la cocina central, donde se realiza la producción íntegra para abastecer a los 28 puestos (Huerta, Del mar, Caza y guisos, Japo, Little Italy, Eco Bio...). Lo suyo es echar un vistazo, proveerse de los manjares de la temporada, ir de tapeo de uno a otro o instalarse en alguna de las dos mesas comunales. Nosotros saboreamos una buena tabla de verduras, unos calçots al aceite de carbón y romesco plenos de sabor, una sorprendente brocheta de canguro con yogurt y curri y, por último, pescaíto frito acompañado de pan con tomate, una combinación que el chef devoraba en su infancia.

Pero aquí no acaba la cosa, ya que Reartes tiene previsto inaugurar dos negocios más. El más inmediato es Re.tro. Con capacidad para unos 20 comensales y con unos grandes ventanales por los que entrará la luz natural, estará situado en la planta de arriba del mercado y se centrará en una cocina a la brasa y en conservas. Hortalizas y verduras con las que elaborará un bocado diez en cuestión de segundos. Para beber, tres vinos tintos y tres blancos con un por qué, así como cerveza. Asimismo, una parte de este apeadero acogerá entre semana clases de cocina –también para los más pequeños–, de coctelería, además de catas de vino. Y el segundo es el restaurante Re.art, un espacio diseñado con mimo en el que apostará por una culinaria del mundo contemporánea y estudiada. Lo abrirá en la plaza Vázquez de Mella, poseerá una mesa en la cocina a la que sólo tendrán acceso seis privilegiados y el precio medio rondará los accesibles 40 euros. Dará que hablar.