Carabanchel
Recolecta vecinal para repatriar el cuerpo de Ruth
Familiares y amigos de la última víctima mortal de un atropello en Carabanchel inician una recaudación para llevar su cadáver a Bolivia
Familiares y amigos de la última víctima mortal de un atropello en Carabanchel inician una recaudación para llevar su cadáver a Bolivia.
Acababa de terminar una de las sesiones de baile en las que tanto le gustaba participar cuando un coche acabó con su vida y ni siquiera se paró a socorrerla. Una mujer de 47 años, de nacionalidad boliviana, falleció la noche del domingo en la confluencia de Vía Lusitana con la plaza de Coimbra –en el distrito de Carabanchel– después de ser atropellada por un vehículo (un BMW azul) que se dio a la fuga y cuyo conductor aún está siendo buscado por la policía municipal. Ruth Luján Santos, la víctima, pertenecía a una asociación de baile llamada Amvim. Esa noche había salido con miembros de su grupo de la morenada –el baile típico de Bolivia– cuando, al regresar acompañada por un amigo, fue arrollada. Su acompañante, Juanito, también resultó herido y se encuentra ingresado en el hospital.
El accidente se produjo en la proximidad de un paso de peatones por causas que aún investiga la policia. Cuando llegó el SAMUR, la mujer se encontraba en parada cardiorespiratoria y ninguna maniobra fue suficiente para salvarle la vida.
Familiares y amigos de la fallecida organizaron ayer un velatorio en el restaurante «La Choza» para, según explica el hermano de Luján, recaudar los 3.000 euros que necesitan para repatriar el cadáver a Bolivia: «Mi hermana y yo vivíamos solos aquí en España, el resto de la familia continúa en Bolivia. Tiene una hija y un hijo, mayores de edad ambos, a los que envíaba dinero», explicó. Ruth era muy querida entre toda la comunidad boliviana de la zona. El dueño del restaurante les cedió sin coste el local para poder celebrar el velatorio. Según contó una compañera de la asociación de baile, todas las 22 asociaciones de morenadas participarán en la recaudación de dinero.
Ruth había terminado en marzo un curso de asistencia a personas mayores en residencias. Una formación que le permitiría enviar más dinero a sus familiares. «Era una persona maravillosa, es increible que le haya podido suceder esto», aseguraban ayer, aún sin creerse lo que había pasado, los amigos de la víctima. «Ruth había trabajado limpiando nuestras oficinas y cuando se enteró de que impartíamos este curso, quiso apuntarse. Era una persona con muchas ganas de aprender y que, a diferencia de otros alumnos, lo hacía no solo por el dinero, sino porque realmente le gustaba», explicó el coordinador del curso. Para pagarlo tuvo que hacer un gran esfuerzo económico: «Lo que más llamaba la atención de Ruth es que, a pesar de no tener a penas dinero para vivir, ayudaba a todo aquel que lo necesitaba», añadió. Ahora los familiares y amigos de Ruth tienen 48 horas para lograr los ingresos necesarios para poder repatriar el cuerpo a su país natal. De momento, en Carabanchel aún no saben cuándo podrán velar su cuerpo.
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