Ahora Madrid
Sin paso de cebra por el «Galileo verde»
La plantación de 47 jardineras provoca la eliminación de uno de los pocos cruces de peatones de la calle
La plantación de 47 jardineras provoca la eliminación de uno de los pocos cruces de peatones de la calle.
El Plan Chamberí Zona 30, el proyecto ideado por el Ayuntamiento de Carmena para impulsar las «zonas verdes» en el distrito y reducir el tráfico de coches, sigue causando estragos, según denuncian los vecinos. Hace casi dos meses se cumplía un año del «experimento» que tenía su culminación en la calle Galileo: primero, el Consistorio la convirtió en peatonal; después, tras las sonoras protestas de los vecinos –entre otros motivos por la pérdida de 40 plazas de aparcamiento, sin que por ello mejorara la calidad del aire–, recogidas por la oposición, el Ayuntamiento se vio obligado a abrir de nuevo la zona a los vehículos; hoy el área se ha quedado a medio camino, con la colocación de ocho enormes macetas y el peligro que suponen para unos conductores y peatones que no saben qué tipo de vía están atravesando.
Ayer, la asociación de vecinos Chamberí Se Defiende denunció a través de Twitter una «nueva ocurrencia» del Ayuntamiento: sin previo aviso, ha colocado en el tramo 47 jardineras –y tienen otras 27 en reserva– en el polémico tramo de Galileo. La situación ha provocado que «se haya perdido el único paso de cebra que existe entre el tramo que va desde las calles Fernando el Católico hasta Meléndez Valdés». Este colectivo afirma que es un «sinsentido desde el punto de vista de la accesibilidad. Obligas a los vecinos a subirse hasta Fernando el Católico y volverse a bajar hasta encontrar otro paso de cebra», relata la asociación.
En opinión del colectivo, esta nueva iniciativa del Ayuntamiento responde al hecho que «se ha dado cuenta de que es peligroso que peatones y coches compartan calzada. Un día puede ocurrir una desgracia. No hay separación física entre la calzada pintada para los coches y la pintada para los peatones». Sin embargo, creen que la solución pasa por la «reversión total» y absoluta de la calle y hacerla apta para la circulación de vehículos, no por «plantar jardineras».
De hecho, Chamberí Se defiende se reunió este mes de julio, junto con otras asociaciones, con Esther Gómez, concejala presidenta del distrito. La asociación acudió a la cita con la intención de tratar el problema de la calle Galileo, alcanzar una solución que fuera del agrado de la mayoría de vecinos y lograr la reversión total. Sin embargo, en dicho encuentro, la concejala puso sobre la mesa «un montón de actuaciones» en otros puntos de la zona, mientras que el problema de Galileo quedó sin tratar. ¿El resultado? Una entrevista «muy tensa» y que tendrá su continuación en septiembre.
Este no fue ni mucho menos el primer encuentro del colectivo vecinal con el Ayuntamiento. En mayo, Chamberí Se Defiende se reunió con Gómez y Manuela Carmena, donde solicitaron la reversión total. La respuesta de la alcaldesa fue que hablaría con José Manuel Calvo, delegado del Área de Gobierno de Desarrollo Urbano Sostenible, «para encontrar una salida al problema». Sin embargo, y por el momento, el «experimento verde» de Galileo sigue siendo, en el mejor de los casos, fallido.
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