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Sol, la plaza en la que se juega a nivel nacional

El PP aspira a conservar este feudo como contrapeso al «sanchismo» y el PSOE, a consolidar el giro a la izquierda del 28-A.

Sol, la plaza en la que se juega a nivel nacional
Sol, la plaza en la que se juega a nivel nacionallarazon

El PP aspira a conservar este feudo como contrapeso al «sanchismo» y el PSOE, a consolidar el giro a la izquierda del 28-A.

La que se libre en Madrid para hacerse con el Gobierno de la Puerta del Sol será la madre de todas las batallas electorales del próximo día 26. En manos del Partido Popular desde hace 24 años, su resultado medirá la profundidad del giro a la izquierda iniciado en los recientes comicios generales. Nunca como hasta ahora –si exceptuamos las elecciones de 2003, tras las que únicamente el «tamayazo» evitó que el PSOE llegara al poder–, el cambio se presentaba tan factible. La encuesta de NC Report que hoy publica LA RAZÓN insiste en ello: la diferencia entre bloques se dirimirá en unos miles de votos.

Los líderes de los grandes partidos nacionales no se presentan a esta contienda, pero todos ellos se juegan más que en cualquier otra de las regiones en liza. El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, aspira a poder reeditar en la comunidad madrileña el «pacto a la andaluza» que convirtió a Juanma Moreno Bonilla en presidente. Entre los populares dan por seguro el retroceso: perderán diputados y una parte considerable de su apoyo. Sin embargo, si logran ser la primera fuerza dentro del bloque del centro derecha, por delante de Ciudadanos y de Vox, y sumar junto a estas dos formaciones los 67 diputados que marcan la frontera de la mayoría absoluta, el mal resultado se verá compensado. Si además de ello, los populares consiguen reproducir este escenario en la capital y arrebatan el bastón de mando a Manuela Carmena, en Génova respirarán algo más tranquilos.

Si por contra, el PSOE cumple el pronóstico del CIS –que auguró en el último barómetro una holgada mayoría para las formaciones de izquierdas para gobernar–, Pedro Sánchez habrá cerrado un mes histórico para el socialismo: tras volver a ganar unas elecciones generales tras más de once años, habrá logrado convertir al PSOE madrileño, del que él es militante, en primera fuerza un cuarto de siglo después. Nadie espera en la cúpula de Ferraz grandes avances en la capital. Confían en que Pepu Hernández recupere parte del terreno perdido y pueda incorporarse al Gobierno de Carmena. Fían todo a la arena autonómica y a la posibilidad de que Ángel Gabilondo sea el más votado el 26-M. Su discurso moderado lo convierte además en un aspirante perfecto a buscar acuerdos tanto a su izquierda –con el Más Madrid de Íñigo Errejón y con Podemos– como a su derecha, con Ciudadanos.

Al margen de la batalla por el Gobierno, el pulso con más morbo de las elecciones autonómicas en Madrid se juega en la extrema izquierda. La fuga de Errejón del partido que él mismo había fundado sumió a Podemos en la crisis más profunda de su corta historia. Tras varios intentos infructuosos de cerrar aquellas heridas con una lista única, los madrileños que en 2015 apoyaron en las urnas a la formación morada no tendrán más remedio que optar ahora entre dos papeletas: la encabezada por Errejón, bajo el paraguas de la marca diseñada en el despacho de Carmena, o la capitaneada por Isa Serra, en la que confluyen Podemos e Izquierda Unida. El aprobado o el suspenso de estas dos formaciones vendrá determinado, en primer lugar, por su capacidad para articular, en torno al liderazgo de Gabilondo, un Gobierno de izquierdas. Pero indudablemente será determinante también saber cuál de las dos listas ha conseguido más apoyo. Una victoria de Más Madrid pondría en entredicho el liderazgo y la estrategia de Pablo Iglesias en el seno de Podemos mientras que un mejor resultado del partido morado –especialmente si a eso se une una eventual mayoría de PP, Cs y Vox– supondría un fracaso incontestable para Errejón.

Ciudadanos aspira a liderar el Gobierno madrileño y dar el «sorpasso» al PP. Son conscientes en la dirección naranja de que, de lograrse, este resultado dejaría noqueado al PP y acercaría el sueño de Albert Rivera de consolidarse como líder de la oposición a Sánchez a nivel nacional. Todos los sondeos –también el que hoy publica este diario– coinciden en que esa meta no está lejos y por ello Rivera ha multiplicado su agenda madrileña.