Arquitectura

«Tío Pepe» vuelve a casa

La estructura del mítico anuncio volvió anoche a la Puerta del Sol. Los trabajos para culminar su instalación se alargarán una semana

Vista de la madrileña Puerta del Sol con el cartel de Tío Pepe que se ha instalado en una nueva localización, frente a la Real Casa de Correos
Vista de la madrileña Puerta del Sol con el cartel de Tío Pepe que se ha instalado en una nueva localización, frente a la Real Casa de Correoslarazon

La estructura del mítico anuncio volvió anoche a la Puerta del Sol. Los trabajos para culminar su instalación se alargarán una semana.

Casi tres años exactos ha estado el «sol de Andalucía embotellado» ausente del que fue su hogar desde 1936, coronando la azotea del antiguo Hotel París, en el número 1 de la Puerta del Sol. Esta madrugada regresó (o parte de él) tras una intensa puesta a punto, aunque no lo hizo a su antigua casa. El mítico anuncio luminoso de Tío Pepe ha comenzado a instalarse esta madrugada a poco más de 100 metros del lugar donde vivió casi 80 años: en medio de una gran expectación, parte del símbolo más famoso de las bodegas jerezanas González Byass fue alzado anoche hasta las alturas del número 11 de la misma plaza. La hora autorizada permitía hacerlo con la menor cantidad de viandantes posibles en la siempre transitada Sol. En un principio, cuando se barajó la posibilidad de que un nuevo hotel fuera a ocupar el edificio donde siempre «vivió» Tío Pepe, se aseguró que el luminoso regresaría allí. Sin embargo, la gigante Apple se hizo con el goloso emplazamiento de Sol y se descartó el regreso de su «ilustre inquilino». Tras un gran apoyo popular desde internet (más de 50.000 pedían su regreso al Kilómetro Cero), los propietarios del número 11 ofrecieron a las bodegas jerezanas instalarlo en su azotea. Así, esta madrugada, se acomodó en su nuevo hogar. Aunque la archiconocida andaluza botella de fino con guitarra y sombrero apenas tenía 20 años cuando la Puerta del Sol fue declarada BIC, el nombre de las bodegas ya lucía en la España de la posguerra. La remodelación a la que ha sido sometido el anuncio más famoso del Kilómetro Cero (y posiblemente de toda la capital) ha corrido a cargo de la empresa Spoluz, que en su taller de Alcalá de Henares (tras desmontarlo en varias piezas) han lijado, reparado la chapa, pintado y secado en un horno a 200 grados. También le han colocado nuevos neones y aligeraron su estructura del rótulo mediante el uso de perfiles laminados tubulares huecos unidos mediante soldadura. Sin embargo, no se puede calificar propiamente de un trabajo de restauración y Tío Pepe nunca volverá a ser como antes. Los operarios cubrieron con dos tipos de pintura la parte superior del cartel. En este proceso no se respetaron letras y posteriormente unas planchas de vinilo recortadas se pegaron a la vieja estructura. Los soportes para las bombillas se cambian cada cinco años porque se cristalizan debido a la exposición solar.