Conflictos laborales

Y ahora: huelga indefinida de alumbrado

Y ahora: huelga indefinida de alumbrado
Y ahora: huelga indefinida de alumbradolarazon

Todavía no se conoce qué empresa será adjudicataria del contrato integral de alumbrado de la capital, pero, por si acaso, los empleados de este servicio han convocado una huelga indefinida. Sin ni siquiera saber si habrá o no despidos por parte de la compañía que reciba la encomienda de gestión de las luces del viario madrileño, ayer ya hubo apagones en algunas calles de la ciudad que no fueron solventados con celeridad por los servicios mínimos decretados, del 34%.

Pese a que llevaban anunciando los paros desde hace semanas, el sindicato CC OO Madrid decidió retrasar su convocatoria hasta conocer las ofertas de las empresas en el concurso público abierto al respecto. El pasado lunes se abrieron las plicas y los representantes sindicales entablaron contactos con las posibles adjudicatarias para tratar de garantizar el empleo de las 720 personas que trabajan en el servicio de alumbrado público y en el de fuentes ornamentales. Al no lograr más que una promesa de la UTE Luz Madrid –que actualmente presta el servicio– para mantener los puestos de trabajo si logra al menos dos de los tres lotes que se ofertan, la federación de Industria de CC OO Madrid ha optado por la huelga como método de presión a la mesa de contratación, puesto que aún no se ha adjudicado el servicio a ninguna de las nueve empresas que optan al mismo.

Debido a que los empleados de alumbrado están sujetos al convenio del metal y éste no contempla la subrogación de los trabajadores, el Área de Medio Ambiente optó por incluir en los pliegos de adjudicación del nuevo contrato requisitos de experiencia mínima de cinco años en el mismo puesto para asegurar que prácticamente la totalidad de los trabajadores actuales conservasen su empleo, ya que es muy difícil encontrar personas con la misma cualificación. De hecho, el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Diego Sanjuanbenito, afirmó el pasado miércoles que no entiende el anuncio de ir a la huelga «antes de conocer las concesionarias del contrato integral y cuando las licitadoras han manifestado su intención de contar con los actuales trabajadores».

Aun así, algunos vecinos sufrieron ayer apagones durante varias horas de oscuridad. En Arganzuela, por ejemplo, en el barrio de Palos de la Frontera, todas las farolas de la zona se encontraban apagadas durante la tarde de ayer. No así los comercios, los semáforos y las viviendas, que sí que presentaban corriente eléctrica. Una de las calles afectadas era el paseo de Santa María de la Cabeza que, pese no disponer del alumbrado, presentaba un aspecto normal en lo que a circulación se refiere. En idéntica situación se encontraban la calle Ferrocarril y un tramo de la calle Embajadores y del Paseo de Delicias.

Entre los vecinos se comentaba la sensación de inseguridad que el efecto produce «y eso que en horario comercial hay más luz de los escaparates y los luminosos, pero cuando han cerrado las tiendas ya no queda prácticamente luz», aseguraba un anciano.

Conscientes de que esa preocupación puede existir entre la ciudadanía, dos patrullas de policías municipales aseguraban que les habían pedido que se centraran en patrullar esas calles. A este respecto, y en caso de que se extiendan los apagones, la Delegación del Gobierno aseguraba ayer que sólo en el caso de que el Ayuntamiento se lo pidiese aumentarían la presencia de agentes en los barrios afectados para aumentar la seguridad ciudadana.

Entre los vecinos no faltaban quienes no entendían «cómo unos cuantos, porque tienen un problema laboral, pueden quitarnos a todos algo tan importante como la luz en las calles».

En cualquier caso, y pese a que algunos parques apartados sí que presentaban un aspecto más oscuro, en Arganzuela las mayores quejas más graves entre los vecinos no pasaban de referirse a a algunos tropiezos por falta de visión. Alguno incluso sacó un pequeño beneficio, como Ramón, el propietario del bar La Esquina, que aseguraba sonriente que «ha entrado un poco más de clientela para tomar algo y pasar la tarde en el bar».