Región de Murcia
Arteterapia para ayudar a los presos más vulnerables a gestionar sus emociones
La federación de Salud Mental de la Región desarrolla desde 2015 una serie de talleres en instituciones penitenciarias de Murcia con objetivos terapéuticos y psicológicos
La federación de Salud Mental de la Región desarrolla desde 2015 una serie de talleres en instituciones penitenciarias de Murcia con objetivos terapéuticos y psicológicos
El arte como terapia. Ese es el principal objetivo del taller puesto en marcha por la Federación de Salud Mental de la Región de Murcia en los que se imparten clases de arte en Instituciones Penitenciarias de la Comunidad, que desde el año 2015 pone en práctica estos talleres para las personas con problemas de salud mental grave de las prisiones de Murcia I, en Sangonera, y Murcia II, situada en Campos del Río.
Una forma de cubrir ciertas necesidades que desde otros ámbitos no se pueden llevar a cabo, y que pueden marcar un antes y un después en el desarrollo personal de cada uno de los participantes, además de ayudarles a «expresarse mejor y entender sus emociones».
Los trabajadores sociales, psicólogos y expertos que trabajan en la Federación saben muy bien cómo repercuten este tipo de actividades en los asistentes, por lo que además de ayudarles a mostrar sobre un lienzo qué les ha pasado en su día a día, qué han sentido o cómo ven el mundo, preparan luego asambleas para que, entre todos, pongan en común su trabajo artístico.
«Entre ellos valoran el trabajo del grupo y el suyo propio, encontrando un espacio en el que desahogarse con facilidad, para hablar y mostrar todo lo que les pasa».
Una forma de «gestionar» las emociones para canalizarlas a través del arte. Actualmente, la Federación cuenta con cinco grupos de trabajo artístico en ambos centros penitenciarios. Así, en el de Sangonera hay dos talleres exclusivamente de hombres, mientras que en la prisión de Campos del Río hay tres grupos, dos de hombres y uno de mujeres, que se puso en marcha el mes de abril de este mismo año.
Pero estos talleres son mucho más. La propia Federación de Salud Mental de la Región, junto con el Programa de Atención Integral a Enfermos Mentales (PAIEM), sustenta este proyecto de ayuda y rehabilitación para los enfermos de salud mental privados de libertad en su reinserción y reincorporación a la vida cotidiana.
El PAIEM consta de tres procedimientos consistentes en la detección y atención clínica; la puesta en marcha de un programa de rehabilitación con actividades comunes (como la arteterapia); y todo con el último objetivo, que es el de la rehabilitación social.
«A veces la evolución de los asistentes a los talleres es lenta, mientras que para otros puede resultar más fácil compartir y comprender sus emociones. No son talleres aptos para todo el mundo», reconocen desde la Federación.
No obstante, existe un procedimiento de selección de presos, ya que desde el propio centro como desde la Federación se estudia, entrevista y analiza el perfil de cada uno de los participantes en los talleres. «No es para todo el mundo», explican.
Así, a través de charlas con los internos, tras conocer su historial clínico y su evolución en el proceso de rehabilitación, los expertos, psicólogos y trabajadores sociales ponen en marcha dicho programa con el objetivo de dar una oportunidad a los más vulnerables de encontrarse con su lado más sensible.
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