La Región registra menos suicidios de guardias civiles que otras autonomías

Tras el sobrecogedor caso que sacudió el municipio de Bullas hace unas semanas, cuando un agente retirado de la Guardia Civil disparó a dos individuos durante su boda y posteriormente se suicidó, el coronel jefe de la Comandancia de la Benemérita en la Región de Murcia, Jesús Arribas, aseguró a LA RAZÓN que estos casos no son frecuentes en la Comunidad, siendo este tipo de conductas «inferior al del resto de España».

Para evitar estos sucesos, la Guardia Civil implantó en 2004 un Plan Preventivo de Conductas Suicidas que, desde 2010, cambió su denominación a Plan Preventivo de Asistencia Psicológica. El objetivo del proyecto es abarcar la atención primaria, secundaria y terciaria que recoge el protocolo, que implica la investigación, formación del personal, detección de posibles casos, intervención y atención psicológica y psicoterapéutica.

Asimismo, explicó en qué medida colabora cada Administración con la atención a este público tan marcado por dicho trastorno. Según señaló, el Gobierno regional colabora, como con cualquier ciudadano, «con la asistencia médica necesaria a través del Servicio Murciano de Salud».

Por su parte, el Ejecutivo central, a través de la Guardia Civil y esta mediante el Servicio de Psicología y sus gabinetes territoriales, «mantiene su constante alerta y preocupación por este tipo de conductas».

Para llevar a cabo el seguimiento se imparten conferencias, talleres y demás formación, «tanto en academias como en centros regionales de todo el territorio nacional». En dichas reuniones se abordan cuestiones como la prevención de estos casos o temas que influyan positivamente en las conductas de los afectados, como la motivación, gestión de conflictos y habilidades directivas.

«Por otro lado, también contamos con el Protocolo de Prevención del Acoso Laboral y Sexual en la Guardia Civil, que es otra herramienta que igualmente tiende a evitar situaciones que puedan incidir en las conductas autolíticas».

Causas

Según el jefe de la Comandancia, «como la literatura científica recoge, los suicidios no obedecen a una única causa, sino que son multicasuales». En este sentido, explicó que se ha comprobado que el estrés laboral, por sí solo, aparece «como precipitante de un suicidio en la Guardia Civil».

En este sentido, recordó que en el caso del agente de Bullas conviene aclarar que se trataba de una persona que causó baja en el Cuerpo hace más de 20 años.

Por su parte, el presidente de la Asociación Unificada de Guardias Civiles de la Región de Murcia (AUGC), Juan García Montalbán, subrayó que los agentes de la Benemérita «padecen un estrés doble, ya que al cotidiano hay que sumarles las situaciones policiales de alta tensión, que muchas veces no se controlan». Por ello, a su juicio, la Guardia Civil «tiene que actualizarse, y mucho».

García, incluso llegó a puntualizar que en España, cada 26 días se suicida un agente de la Benemérita, «algo que no solo no se estudia, sino que además se trata de una manera muy opaca». La conducta de un guardia civil es muy diferente a la de una persona de a pie, ya que según el experto, les diferencia «la férrea disciplina». «Es muy llamativo que seamos capaces de enfrentarnos a un atracador o terrorista, pero luego con un superior perdemos la fuerza».

Un trabajo, dijo, de una gran dureza física y mental que requiere ayuda psicológica para asumir situaciones extremas que pueden desencadenar un desequilibrio psíquico, como lo es que sean destinados a otra comandancia.