Zaragoza

Mayor Oreja apela al espíritu de 1978 para superar la crisis

El eurodiputado es investido Doctor Honoris Causa por la UCAM y recuerda que el principal enemigo es el relativismo.

El exministro del Interior Jaime Mayor Oreja (d) recibe el birrete de manos del expresidente del Gobierno José María Aznar (i), durante su investidura hoy como doctor honoris causa por la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM), en un acto celebrado en el campus de Los Jerónimos.
El exministro del Interior Jaime Mayor Oreja (d) recibe el birrete de manos del expresidente del Gobierno José María Aznar (i), durante su investidura hoy como doctor honoris causa por la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM), en un acto celebrado en el campus de Los Jerónimos.larazon

La Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM) invistió ayer como Doctor Honoris Causa al actual eurodiputado del Partido Popular y ex ministro de Interior y líder de los populares vascos, Jaime Mayor Oreja. Lo hizo en un acto solemne en el que también participaron el arzobispo de Zaragoza, monseñor Manuel Ureña; el ex presidente del Gobierno de España, José María Aznar; el obispo de la Diócesis de Cartagena, monseñor José Manuel Lorca Planes, y el presidente de la UCAM, José Luis Mendoza.

Después de la laudatio pronunciada por Aznar, quien animó a los ciudadanos a emprender una «lucha contra el relativismo» que ha estado presente en todas las contraculturas que han amenazado a occidente y que hoy «anidan en España», Mayor Oreja pronunció su discurso de investidura bajo el título «El valor de la verdad frente al relativismo». En él realizó un minucioso diagnóstico sobre el cúmulo de circunstancias que se han dado en España para que la crisis esté haciendo tanto daño y existan tantas dudas sobre su finalización. En opinión de Mayor Oreja, el espíritu que representó la Transición y que «nadie relativizó» es el que se debe retomar en la actualidad para frenar el progreso de la crisis.

El ex ministro fue claro al afirmar que «después de 35 años de democracia, ahora estamos en el momento más difícil porque España ha perdido la esencia de la Transición y se ha vuelto a la casilla de salida». Según explicó, el retroceso experimentado a causa de la crisis es superior al progreso logrado desde que se pactó la Constitución. «La crisis nos hace caer en el pesimismo», afirmó, aunque también matizó que la crisis en España presenta unos tintes particulares «porque avanza día a día y arrastra a todas las instituciones, incluidas las que antes se consideraban como troncales, lo que provoca que no sepamos a donde queremos ir».

En su discurso se planteó «¿ por qué ha ocurrido esto?» y explicó que no comparte el criterio que sostiene que el problema se encontraba en el inicio democrático en España. Para Mayor Oreja el principal adversario es el relativismo porque «hoy gana y logra sus propósitos». El ex ministro realizó un recorrido comparativo entre los efectos perniciosos que provoca el relativismo en la actualidad y las características que presentó el inicio constitucional durante la Transición porque «en lo esencial se estaba firme y no se permitió que las minorías que querían las discordia sembraran ésta donde había consenso», sin embargó, detalló, «ahora es al revés y la minoría se está imponiendo a una mayoría parada».

Tomando como detonante esta postura, Mayor Oreja explicó que se ha entrado en una dinámica en la que el relativismo está ocupando el poder y «todo se ha relativizado». En cuanto a los efectos que está causando la crisis económica, expresó que cuando ésta llegó «la crisis de fondo ya estaba porque se encontraba en la persona, en nuestro interior, por lo que en la actualidad no basta solo con llevar a cabo reformas institucionales porque también se requieren morales». Para el eurodiputado la etapa de gobierno socialista encabezada por José Luis Rodríguez Zapatero desde la Presidencia fue la máxima expresión del relativismo y «se integró en las personas por medio de la codicia, lo que condujo a la corrupción».

Dentro de esta dinámica en la que se desenvuelve España ahora «el relativismo necesita de mentiras y quien las denuncia parece que es un pesimista», apuntó Mayor Oreja, quien recordó que la falta de rigor que presentan las personas se demostró en el efecto de la propia crisis porque «solo nos importó cuando nos tocó el bolsillo». Como consecuencia de esta actitud, el ex jefe del PP vasco afirmó que se comenzaron a destruir pilares básicos como el derecho a la vida, la familia y el matrimonio. Todo ello con la participación cómplice del poder como lo demuestra la apuesta por el aborto del anterior gobierno del PSOE que fue «la mayor obra de ingeniería social». Dentro de esta magma, Mayor Oreja puntualizó una serie de cuestiones que demuestran la etapa de relativismo en la que nos encontramos como son la ruptura de España, cuya unidad se puso en entredicho y permitió la relativización del nacionalismo y de ETA que supuso «la vanguardia de la quiebra de España». De forma paralela también se relativizó, explicó el eurodiputado, el principal punto de unión que tenían los españoles y que residía en la Constitución.

Ante esta situación, Mayor Oreja propuso una modificación de pareceres en la que, como aconsejó el actual Papa, Benedicto XVI, «se ponga más atención en la familia porque es la única fuerza que puede cambiar al mundo». Además, avisó que «el proceso del cambio empezará por una minoría activa» que venza al relativismo porque mientras él se mantenga «la crisis nacerá y se mantendrá».

En el tramo final de su alocución volvió a referirse a la Transición para recordar que «si hemos sido capaces de armar una Transición modélica, nos tenemos que unir otra vez contra la crisis» porque «confío en la fuerza de la verdad frente al relativismo», concluyó su intervención que dejó en el monasterio de Los Jerónimos una nebulina reflexiva que aparece cuando, como dijo Aznar durante la laudatio, habla una persona «que se mantiene en sus convicciones y asume las consecuencias de sus actos».

El cristianismo como fuerza

El presidente de la UCAM, José Luis Mendoza, animó al Gobierno de España a que mantenga un diálogo fluido con la Iglesia Católica para que no se pierda de vista que «el cristianismo siempre ha estado al lado de las raíces de Europa». En la misma línea, aseveró que «Europa se construye desde el cristianismo que es quien la ha creado y no desde el euro» Además, manifestó que la profundidad de la crisis se debe, a su vez, a una «gran crisis de fe» ante la que animó a ejercer la «resistencia a una dictadura de la tolerancia» en la que todo está permitido y todo vale.