Contenido patrocinado
Medio ambiente

Repsol

Etiquetas que ayudan a ser más sostenibles

Están por todas partes y, bien miradas, pueden ser el mejor aliado para hacer una compra más respetuosa con el planeta. Las etiquetas que acompañan a los productos de consumo diario sirven para conocer detalles tan variados como la forma de producción de un alimento o los materiales que lo componen. Algunas de ellas se centran en el consumo energético y la huella de carbono y nos pueden ayudar, por ejemplo, a verificar si la energía que contratamos para nuestro hogar es de origen renovable

Seis de cada diez españoles se gastan más dinero que antes de la crisis sanitaria en alimentos bio
Seis de cada diez españoles se gastan más dinero que antes de la crisis sanitaria en alimentos bioarchivo

Emisiones, consumo energético o materiales utilizados durante la fabricación. Las etiquetas que acompañan a los productos ofrecen una variada información que puede ayudar a los consumidores a hacer una apuesta por productos y servicios de uso cotidiano más respetuosos con el planeta. De hecho, más de la mitad de los ciudadanos de la UE tiene en cuenta algún parámetro de sostenibilidad antes de decidir hacer una compra. Así lo afirma la Organización Europea de Consumidores haciendo referencia al “Estudio de mercado de consumidores sobre declaraciones medioambientales para productos no alimentarios”, realizado por la Comisión Europea.

Hay, según esta organización, más de 450 tipos de etiquetas para diferentes productos, pero sin duda, y teniendo en cuenta nuestra actividad diaria, es en sectores como el de la alimentación, el textil o el del consumo energético donde cobran un especial valor. En el sector alimentario, por ejemplo, encontramos varios sellos y certificaciones que nos ayudan a ir un paso más allá del valor nutricional y saber desde la forma de obtención de un determinado producto a si este garantiza el bienestar animal. La hoja verde de la UE, indica, por ejemplo, que ese alimento se ha cultivado o criado con métodos que conservan, cuidan y favorecen el medio ambiente, garantizan el bienestar de los animales y rechazan el uso de plaguicidas, fertilizantes o antibióticos. Los números de los huevos también son una fuente de información. El primero de la serie indica cómo se han criado las gallinas; si ha estado en jaula (3), en suelo (2), si tienen acceso al aire libre (1) o si son de producción ecológica (0).

Es más, parece que la pandemia ha acrecentado el interés de los consumidores por el origen de lo que comen. Durante el último foro para la digitalización de la agricultura, Datagri 2020, la directora de la consultora Nielsen para España y Portugal, Patricia Daimiel, declaraba que, según sus datos, seis de cada diez españoles gastan más que antes de la crisis sanitaria en alimentos bio.

En el sector textil destacan algunas iniciativas como GOTS (Global Organic Textile Standard). Encontrar una de sus etiquetas significa que para la confección de esa prenda se ha utilizado al menos un 70% de fibras naturales.

Los electrodomésticos de máxima eficiencia energética se clasifican con la letra A
Los electrodomésticos de máxima eficiencia energética se clasifican con la letra ADreamstime

Electrodomésticos según su consumo

Algunas de estas certificaciones se centran en reducir nuestro gasto al mismo tiempo que la huella de carbono. Es el caso de las etiquetas que llevan los electrodomésticos. Y es que, por ejemplo, un frigorífico de máxima eficiencia energética (Clase A) consume hasta un 70% menos que uno peor valorado en términos de gasto energético (clase G), según datos del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía de España.

También existe una forma de asegurar que la energía que consumimos en nuestro hogar proviene de fuentes renovables. En este sentido, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) empezó a obligar en 2008 a las comercializadoras de electricidad a informar, tanto en sus facturas como en sus comunicaciones, sobre el origen de la energía que comercializan y su impacto ambiental asociado. Estas etiquetas van de la A a la G en función del menor o mayor grado de impacto ambiental.

Las comercializadoras de luz deben informar sobre el origen de la energía que suministran a los clientes
Las comercializadoras de luz deben informar sobre el origen de la energía que suministran a los clientesRepsol

Cada año la CNMC analiza el origen de la electricidad producida en el ejercicio anterior y elabora su informe, este pasado mes de abril publicaba el último de sus análisis. En él ha estudiado a más de 244 empresas comercializadoras y el porcentaje de energía de origen renovable suministrado por estas compañías a sus clientes. En esta ocasión, Repsol ha sido la única gran comercializadora, en términos de clientes suministrados, que ha obtenido, la calificación A, en las dos categorías que se incluyen: la de emisiones de dióxido de carbono y la de residuos radiactivos. Según el informe, toda la electricidad suministrada por esta compañía en 2020 es de origen renovable al 100%. “Es una apuesta de la compañía en línea con los objetivos de descarbonización. Además, al consumidor esta etiqueta le aporta transparencia y más información, lo que le permite elegir más conscientemente lo que quieren contratar”, explica Javier Arjona García, responsable de Estrategia y Productos de Repsol Electricidad y Gas.

Con el objetivo común de la UE de descarbonizar la economía para 2050 y los expertos en clima pidiendo medidas para evitar que la temperatura media suba por encima de los dos grados a finales de siglo, contar con la información que las empresas nos proporcionan para tomar nuestras decisiones de compra, quizá no sirva para reducir el contador de carbono a cero, pero sin duda, pueden ser una pequeña palanca de cambio hacia un consumo cada vez más responsable.

Un proyecto de LR Content