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¿Y si el bienestar estuviese en una residencia ORPEA junto a la playa?
Las residencias de ORPEA en Andalucía, Comunidad Valenciana, Barcelona, A Coruña o Santander, son ejemplos del creciente fenómeno de mayores españoles y europeos que buscan retirarse o pasar las vacaciones en uno de estos centros cerca de la costa
España siempre encuentra un hueco en los rankings internacionales para pasar los años dorados de la jubilación. El listado de Forbes ‘Best places to retire abroad’ (Mejores lugares para retirarse) es quizá el más relevante en fijarse en España. El clima, la cercanía al mar, la gastronomía y el carácter de los habitantes son varias de las razones por las que, cada año, miles de mayores de todas partes de España y de Europa eligen retirarse o pasar las vacaciones en las costas españolas, un fenómeno que se ha extendido también al ámbito de las residencias de mayores.
Los centros costeros de ORPEA en las provincias de Málaga (ORPEA Málaga, ORPEA El Limonar, ORPEA Benalmádena, ORPEA Puerto Banús y ORPEA Puente Romano, estas dos últimas en Marbella) y en Huelva (ORPEA Aljaraque) son testigos de esta transformación que ha experimentado el concepto de residencia en los últimos años y que no se limita a Costa del Sol. También a los centros del Levante en Barcelona (como Guinardó, con vistas al mar y la Sagrada Familia, Sant Cugat del Vallès o Esplugues de Llobregat), Castellón, Alicante (en El Campello) o Valencia, e incluso los centros del cantábrico en Santander (Puertochico y Maliaño) o A Coruña experimentan este repunte de ingresos en los meses vacacionales.
Hoy día es habitual el ingreso en centros cercanos a la costa de mayores de otros países europeos, pero también de otras comunidades autónomas, ejemplo de una creciente movilidad sénior. Algunos buscan un ingreso permanente porquequieren retirarse en un lugar cálido cerca de la playa y otros una estancia temporal vacacional que algunos trabajadores de las residencias llaman cariñosamente ‘Erasmus sénior’.
Vivir cerca del mar, beneficioso para la salud
Rogelia (86 años), fue una de las muchas españolas que migraron a Suiza cuando eran jóvenes: “Nos fuimos allí mi marido y yo con mi hija recién nacida”. Hace años decidió volver a España y su elección fue la costa malagueña. La opción más cómoda para poder disfrutar fue irse a vivir a la residencia ORPEA Málaga, centro con vistas al mar: “Estoy contenta porque el mar está a dos pasos, el clima es buenísimo, la gente es muy agradable y todo es mucho más fácil”.
Con una media de sol de 300 días al año y una temperatura media es de 19 ºC, el clima es un factor decisivo para muchos mayores que eligen residencias costeras. El mar y las playas son otras condiciones importantes. En 2016, un estudio de la doctora Amber L. Pearson, de la Universidad de Michigan, estableció vínculos entre vivir cerca del mar y una mayor calidad de vida. Aquellas personas con vistas al mar registraban menores niveles de trastornos psicológicos: por cada 10% más de azul que la gente podía ver, los investigadores descubrieron que disminuía en un tercio la puntuación promedio en la escala de malestar psicológico de Kessler. Algo que se daba sin importar su estatus socioeconómico. Otro estudio de la Universidad de Exeter, en Inglaterra, determinó que aquellas personas que estaban en contacto con el mar mostraban mejores índices de salud (física y mental).
Colette (90 años), fue una pionera del marketing y la publicidad en su Francia natal. Cuando se jubiló, decidió instalarse en Marbella y, a raíz de dos fracturas de cadera, optó por irse a vivir a ORPEA Puerto Banús: “Diferentes amistades me recomendaron la residencia. Tenía la playa al lado y eso era un requisito muy importante para decantarme. Lo que más me gusta son las actividades de la residencia y estar rodeada. Estoy muy agradecida a todos los trabajadores por cómo me cuidan”. ORPEA Puerto Banús es, junto a la recién inaugurada ORPEA Puente Romano, una de las más modernas residencias en Marbella.
Cada vez más mayores europeos en las residencias ORPEA
El caso de Colette no es un caso aislado. Cada año, cientos de miles de jubilados eligen nuestro país para disfrutar de su retiro. Una tendencia que va en aumento y que ni si quiera la pandemia ha frenado.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), 267.528 europeos mayores de 65 años residen en España, aunque la cifra podría ser mayor porque no todos se registran. El número de jubilados europeos ha crecido tanto en 2020, en plena crisis del coronavirus, como en 2019: unos 20.000 mayores europeos más estos dos años. Si miramos dos décadas atrás, los mayores de todo el continente que viven en España se han duplicado: en 2003 solo ascendían a 120.000.
Por nacionalidades, los mayores británicos son los más numerosos en España (más de 99.000), seguidos de los alemanes (unos 28.000). La mayor parte viven en la costa sur y mediterránea. Lothar (88 años) es alemán y fue corresponsal de guerra, iniciando su carrera cubriendo la Guerra de Vietnam. Hoy vive enORPEA Málaga. El por qué eligió vivir aquí, lo tiene claro: “Andalucía es un lugar conocido en el mundo entero, no solo en España. Por su belleza, por la comida, por las personas, que son muy abiertas. Llevo medio año en la residencia y aquí he encontrado la tranquilidad que buscaba. Trabajé 50 años bajo estrés cubriendo la guerra”.
En el caso de los británicos, el lugar donde más se asientan es Andalucía. Los mayores británicos suponen más de un tercio del total de su comunidad de todas las edades en España. En comparación, la proporción para el resto de europeos es que solo el 12% tiene más de 65 años. Además, la población británica ha ido en aumento durante la pandemia y los efectos del Brexit prácticamente se han revertido.
Winston, originario de Reino Unido, lleva viviendo en la Costa del Sol desde que se jubiló. Hoy es uno de los tres británicos en ORPEA Benalmádena: “Me encanta el mar, trabajaba en un submarino y me encanta vivir aquí por el clima, la comida y por pasear por el puerto viendo los barcos”. Los trabajadores de las residencias costeras de ORPEA hablan diversos idiomas para comunicarse con algunos residentes que, como Winston, no hablan español.
Erásmus sénior: turismo en residencias
Las residencias de mayores también reciben cada vez más ‘turistas vacacionales’ sénior que quieren seguir viajando a las playas españolas, pero que saben que estarán mejor en una residencia que en un hotel. En estos centros podrán disfrutar de salidas al mar y de otras actividades y excursiones, a la vez que se despreocupan de las comidas y de las necesidades asistenciales, de control de la medicación, etc.
Adaptados al clima y a la cultura acuática y del bienestar propia de las zonas de costa, las instalaciones de muchos de estos centros cuentan con piscina (ORPEA El Limonar, ORPEA Puerto Banús, ORPEA Puente Romano, ORPEA Sant Cugat en Barcelona) y con spa (ORPEA Málaga y ORPEA Puente Romano). Las piscinas y spas son un atractivo recurso para el ocio, pero también para la promoción de la salud, ya que en estos centros realizan terapias como el aquagym, que permiten mejorar la agilidad, motricidad y fuerza física y favorecen la conciliación del sueño.
Algunos de estos mayores, vienen de Europa, pero también los hay de otras partes de España que hacen cambios de residencia durante los meses de verano. La tendencia indica que cada vez será menos raro encontrar a un mayor que se traslade de Madrid a Málaga, a Valencia o a Santander para disfrutar del entorno y la oferta turística, gastronómica y cultural del Mediterráneo y el Cantábrico.
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