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Las hipotecas mixtas ganan popularidad por la subida del euríbor: ¿valen la pena?

Los bancos han encarecido notablemente las hipotecas fijas: su interés medio a principios de este año rondaba el 1,50%, mientras que ahora supera ya el 3%

Cartel de hipoteca en una entidad bancaria con una persona pidiendo limosna al fondo.
Cartel de hipoteca en una entidad bancaria con una persona pidiendo limosna al fondo.Jesús G. FeriaLa Razon

Contratar una hipoteca variable no parece un buen negocio en estos momentos. El interés de estos productos está ligado al euríbor, un índice que cerró septiembre con un valor del 2,233% (el mayor desde 2009) y que podría acabar el año en torno al 3%. Si se cumplen las previsiones, las cuotas de estos préstamos se dispararán en los próximos meses, lo que puede generar problemas de pago a sus titulares.

Sin embargo, la opción de firmar una hipoteca fija también ha perdido mucho atractivo en los últimos meses. Las entidades bancarias españolas han encarecido notablemente estos productos: su interés medio a principios de este año rondaba el 1,50%, mientras que ahora supera ya el 3% en muchos casos.

Con este panorama, no son pocos los clientes que se plantean contratar una hipoteca mixta, que es un producto que combina el interés fijo con el variable. Pero ¿merece la pena decantarse por esta modalidad híbrida? Según los analistas del comparador financiero HelpMyCash.com, el solicitante debe analizar bien los pros y contras de estos créditos para valorar si se ajustan realmente a su perfil.

¿Cómo son las hipotecas mixtas?

Antes de nada, hay que tener claro el funcionamiento de una hipoteca mixta. Estos productos tienen un interés fijo en los primeros años y un tipo variable después, generalmente referenciado al euríbor. Es decir, que sus cuotas son estables al principio del plazo y, al cabo de un tiempo, pueden abaratarse o encarecerse dependiendo de las oscilaciones del índice de referencia.

En la mayoría de los casos, ese tipo fijo inicial se aplica durante los primeros diez años, según HelpMyCash. Es el caso, por ejemplo, de la Hipoteca Open Mixta de Openbank: si se devuelve en 25 años, este préstamo tiene un interés fijo desde el 2,48% en la primera década y un tipo variable desde euríbor más 0,65% para el resto del plazo. Para conseguir esos tipos es necesario domiciliar los ingresos, suscribir los seguros de vida y hogar con el banco y contratar los suministros de electricidad y gas con Repsol.

Ahora bien, hay unas pocas entidades que aplican ese tipo fijo durante un plazo inicial inferior o superior. Por ejemplo, EVO Banco: su Hipoteca Inteligente Flexible puede tener un interés fijo desde el 1,29% durante los primeros cinco años (desde euríbor más 0,75% los siguientes) o uno desde el 1,79% durante los primeros 15 (desde euríbor más 0,75% los siguientes). En el primer caso, el cliente tiene que domiciliar sus ingresos y contratar el seguro de hogar del banco, mientras que en el segundo, hay que cumplir ambos requisitos y suscribir, además, un seguro de vida con la entidad.

Ventajas e inconvenientes

El tipo fijo inicial de estos préstamos es, en general, más reducido que el interés de las hipotecas fijas. Por lo tanto, sus primeras cuotas son más asequibles. Sin embargo, el cliente está menos protegido, porque su interés pasará a estar ligado al euríbor cuando haya transcurrido ese plazo inicial de cinco, diez o 15 años.

Debido a estas características, contratar una hipoteca mixta saldrá muy a cuenta si el euríbor sube durante la próxima década y, posteriormente, vuelve a bajar. En ese escenario, el cliente quedará protegido en esos primeros años, pagará unas cuotas más bajas que con un préstamo a tipo fijo y disfrutará de un interés reducido cuando este pase a ser variable.

En cambio, hipotecarse a tipo mixto será un mal negocio si el euríbor baja repentinamente dentro de unos pocos años y se mantiene en esos niveles durante la mayor parte del plazo de devolución (se pagaría menos con una variable). También será una mala opción si el euríbor sigue al alza una vez transcurrido el plazo inicial a tipo fijo, pues en ese caso, las cuotas del hipotecado se dispararán (con una hipoteca fija seguiría protegido).

¿A quién le pueden interesar?

Lamentablemente, es imposible adivinar, a día de hoy, cuál de todos estos escenarios se dará en el futuro. A corto plazo, la previsión es que el euríbor siga al alza, pero nadie sabe qué ocurrirá dentro de los 20 o 30 años que puede durar una hipoteca. Por este motivo, desde HelpMyCash afirman que el cliente debe tener en cuenta su perfil y sus preferencias para valorar si las hipotecas mixtas son un producto adecuado o no.

A juicio de los analistas de este comparador, contratar una hipoteca mixta vale la pena si el cliente quiere protegerse de las próximas subidas del euríbor y no encuentra una hipoteca fija con un interés atractivo. En este caso, sus cuotas serán estables durante los primeros años y, probablemente, más asequibles que si se hubiera decantado por un tipo fijo.

Es aconsejable, además, que el hipotecado tenga capacidad de ahorro y pueda llevar a cabo amortizaciones anticipadas periódicamente para recortar su deuda. Así, podrá reducir el plazo de reembolso y quedará menos tiempo expuesto al euríbor, lo que le beneficiará en caso de que este índice siga alto una vez transcurrido el plazo inicial a tipo fijo.

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