Movilidad
Alquilar una caravana a Will Smith y ver dentro sus películas ya es posible
“The Heat”, propiedad del actor, es uno de los vehículos más impresionantes jamás fabricado y ahora se puede viajar en él a razón de 9.000 dólares semanales.
El negocio de las autocaravanas está viviendo un punto elevadísimo de ese péndulo que, desde que aparecieron en el mercado, experimenta ese concreto sector de la movilidad. Cada vez son más las personas que apuestan por viajar y dormir en el mismo lugar en su periodo vacacional por todo lo que de autonomía, libertad y ahorro económico supone hacerlo a bordo de una autocaravana.
Lo mismo debió pensar Will Smith cuando adquirió en el año 2000 un exclusivo vehículo, único en su especie y absolutamente exclusivo en su puesta a punto y decoración, al que bautizó The Heat (El calor). Al actor que invadió los hogares españoles en los 90 como aquel inolvidable Príncipe de Bel Air, aquella compra le salió por algo menos de 2 millones de dólares, pero, dos décadas después, el vehículo se ha modernizado y está en perfecto estado de revista y uso, eso sí, para bolsillos sin apreturas.
Porque sí. Smith pone en alquiler su flamante autocaravana siempre que, por supuesto, él y su familia no la estén utilizando. La tarifa, atendiendo a las prestaciones del vehículo, no parece descabellada del todo. El actor pide por una semana 9.000 dólares, algo menos de 8.000 euros. Y, probablemente, lo valga. Simplemente, saber que The Heat posee en su interior una sala de proyección, con pantalla de 100 pulgadas y con capacidad para una treintena de personas para ver, por ejemplo, las películas de su propietario, justifica el dineral del alquiler. Esa sala aparece en una segunda planta después de que ocho pistones hidráulicos amplíen el techo en una altura de más de un metro.
La autocaravana de Will Smith mide algo más de 16,5 metros y se mueve sobre 22 neumáticos. Cuando no hay cine, la planta superior se puede utilizar como oficina, aunque la vida se hace en los 110 metros cuadrados que ocupa la principal y que está conformada por un generoso salón comedor, una cocina completa y un baño con ducha, sauna e inodoro seco. El problema, claro, es disponer de una cabeza tractora que pueda mover semejante monstruo, aunque eso será otro cantar.
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