Madrid
Una Navidad en el Centro sin obstáculos para el peatón
La gran vía se cortaría al tráfico siempre que haya una excesiva densidad de circulación. Se prohibirán los tenderetes de lotería en la Puerta del Sol y se baraja adoptar la misma decisión con los mimos estáticos
La campaña municipal de las fiestas navideñas viene con importantes novedades. El espíritu es que se facilite el movimiento de los madrileños en estos días por el centro de la ciudad, mejorando el transporte público y ampliando la movilidad, con la supresión de elementos que obstaculizan el tráfico de personas, y haciéndolo compatible con el derecho de los ciudadanos a realizar sus compras donde deseen. Incluidos aquellos que quieren mantener la tradición de hacerlo en el casco urbano y que quieren llegar en coche hasta donde sea posible.
Y la gran novedad es que no se cortará la Gran Vía al tráfico privado, de la manera en que se venido haciendo en los últimos cuatro años. Sólo habrá restricciones, cortes y desvíos de forma puntual, cuando la densidad circulatoria lo requiera. Esta intención del nuevo equipo de gobierno ha satisfecho a los comerciantes, que piensan que, de este modo, se podrá recuperar el hábito de hacer las compras navideñas en la Gran Vía.
Las medidas especiales de circulación durante las Navidades de los últimos años, con Manuela Carmena al frente del Ayuntamiento, han estado marcadas por las severas restricciones al tráfico privado, que han impedido que los madrileños pudieran realizar las compras típicas en el centro de la ciudad utilizando su coche. La Gran Vía ha sido el punto de referencia de estas restricciones y, al tratarse de la arteria neurálgica de la ciudad, su incidencia en el resto de la circulación resultó notorio.
Nunca se había tomado una medida tan drástica en este sentido, lo que provocó las quejas de la oposición, de algunos colectivos ciudadanos y, de forma muy especial, de los comerciantes de esta calle y aledaños.
Estas Navidades, con el cambio de gobierno, se ha valorado el impacto producido por el cierre, o restricciones, a la circulación de vehículos privados, en las anteriores campañas. Una vez vistos los pros y los contras, el gobierno municipal ha decidido que la Gran Vía no se corte al tráfico de coches particulares durante estas Navidades. A cambio, se recupera una vieja medida de las alcaldías de Ruíz-Gallardón y Ana Botella: si en algún momento la Gran Vía sufre una saturación, o se presume que esto pase, se podrían en marcha una serie de restricciones y desvíos previstos para estas situaciones, incluso el cierre total si la densidad circulatoria así lo aconsejara.
Ya habido contactos del Ayuntamiento con representantes de los comerciantes para darles cuenta de esta decisión, que han calificado de positiva y necesaria, en la línea de lo que ellos habían solicitado al gobierno anterior como alternativa al cierre total.Cuando el anterior gobierno municipal tomó la decisión de que la Gran Vía quedara cerrada al tráfico privado durante las Navidades, no hizo un estudio previo de impacto económico sobre los posibles daños que podía producir esta medida. Y el resultado se reflejaba en las cajas registradoras de los comercios: las ventas descendieron, al menos, un 40 por ciento con respecto a campañas anteriores. La explicación fue que pueden ser muchos los peatones y visitantes de la Gran Vía en estas fechas, pero si no les permite acceder con su coche, terminan realizando sus compras, especialmente las más voluminosas, en zonas de mayor accesibilidad en vehículo propio. «La Gran Vía es en estas fechas, un enorme escaparate que llama la atención, pero el cliente ve, pasea y se marcha a comprar a otras tiendas, a las que le dejen acceder en su coche», decía el propietario de un establecimiento de ropa, mientras que, también en el sector la hostelería, había quejas: «Si los que acuden a las cenas de empresa, típicas de estas fechas, no pueden hacerlo en su coche, buscan otros lugares donde si tengan acceso».
En cuanto a la Puerta del Sol, casi duplica en los días navideños el número de transeúntes que la cruzan y hay momentos en los que se producen auténticos atascos peatonales. Por eso es necesario reducir en lo posible el número de obstáculos que dificultan la movilidad. El Ayuntamiento ya ha tomado la decisión de prohibir los puestos estables de las personas que venden lotería, por estimar que esos tenderetes, disminuyen sensiblemente el espacio para transitar. También está estudiando la posibilidad de prohibir la presencia de mimos estáticos, que, junto a los corrillos que se forman ante ellos, ocupan una superficie destinada al peatón. Por último, y en ese ánimo de que el kilómetro cero de Madrid ofrezca mayor movilidad al transeúnte, se intensificará la presencia policial para evitar el top manta, que en estas fechas, y en la Puerta del Sol, suele ser un fenómeno que llega a casa por Navidad.
Sin semáforos para peatones
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