Rocío Monasterio
La llamada que cambió el acuerdo con Vox para bajar impuestos
La izquiera se une a Vox para tumbar la primera ley en ocho meses de bajada de impuestos del gobierno PP-Cs. El desencuentro de Aguado con Monasterio y las discrepancias con Díaz Ayuso dan al traste con la primera norma con la que el Gobierno regional pretendía hacer oposición a Sánchez
PP, Cs y Vox están de acuerdo en una bajada de impuestos con la que hacer frente a la política de armonización fiscal que pretende el Gobierno de Pedro Sánchez, pero el desencuentro entre VOX y Cs y el rechazo de los naranjas a cómo su socio de Gobierno, el PP, ha realizado la negociación con los de Rocío Monasterio, ha dado al traste con el primer proyecto de ley que traía a la Asamblea la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, en ocho meses de gobierno.
Monasterio había comentado la víspera de la votación que estaba dispuesta a retirar su enmienda a la totalidad que bloqueaba una rebaja fiscal por valor de 16,4 millones y que beneficiarían a 30.000 contribuyentes después de llegar a un acuerdo con la consejería de Hacienda, gestionada por el PP. Eso implicaba un compromiso de reducción del gasto por valor de 16,4 millones en las partidas que el Gobierno regional deseara. El consejero de Hacienda, Javier Fernández Lasquetty, redujo el gasto en partidas de baja ejecución y Vox no puso pega alguna. Todo parecía conducir a buen puerto. Pero, a media tarde, la portavoz de Vox en la Asamblea recibió una llamada de un miembro del Gobierno regional informándola de que no se llevaría adelante la reducción de gasto acordada por el desacuerdo de Ignacio Aguado, el vicepresidente y socio de gobierno de Díaz Ayuso.
A la vista de los acontecimientos, la portavoz de Vox decidió dar marcha atrás en su intención de retirar su enmienda a la totalidad del proyecto de ley y culpó al vicepresidente regional, Ignacio Aguado (Cs), de «dinamitarlo». Monasterio acudió por la noche a un acto por el 35 aniversario de Onda Madrid en el que abordó a Aguado y le espetó: ¿Tu estás en el gobierno de Lasquetty o no? No dinamites la prosperidad de los madrileños». Después, se lamentaba ante los medios de comunicación del «gobierno de dos cabezas de la Comunidad de Madrid».
Ayer, Monasterio llegó a la Asamblea confiada en un cambio de opinión previo al debate de la negociación de las enmiendas. Pero nada había variado con respecto al día anterior y acabó señalando a Aguado como el culpable al disentir de Díaz Ayuso «rompiendo un acuerdo que estaba cerrado con nosotros. No entendemos el motivo que tiene para discrepar del Gobierno al que pertenece para no bajar impuestos y no querer garantizar que las cuentas de Madrid no sean intervenidas. Al final, Aguado va a ser el mejor socio de Sánchez», dijo. Y es que Vox cree que se deben bajar los impuestos evitando el endeudamiento porque, de lo contrario, «se dejaría una puerta de entrada a la intervención del Gobierno en las cuentas de la región».
El vicepresidente madrileño, Ignacio Aguado, defendió que la rebaja fiscal «se debe hacer sin recortes» y puntualizó que todos los acuerdos, «deben pasar por el Consejo de Gobierno», en alusión a la negociación bilateral entre el consejero de Hacienda (PP) y Vox en la que no ha intervenido Ciudadanos, pero sí la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Aguado expresó que los recortes que pide Vox «no tienen ninguna justificación porque no tiene por qué haberlos para llevar a cabo una rebaja fiscal y esto es primero de liberalismo. Lo que aporta Vox son excusas y lo ocurrido es una oportunidad perdida, pero seguiremos apostando por las rebajas fiscales para atraer inversión», sentenció.
La enmienda a la totalidad de Vox fue apoyada por los grupos políticos de la izquierda y eso suponía dar al traste con la rebaja fiscal, ya que el proyecto de ley decae. Las rebajas fiscales iban dirigidas a jóvenes (para estudios y emancipación), y para el cuidado de mayores.
El consejero de Hacienda, Javier Fernández Lasquetty, lamentó que no se llevara a cabo la rebaja fiscal porque «era un buen acuerdo» el alcanzado con Vox. Pero también advirtió: «Más vale que nos vayamos acostumbrando a llegar a acuerdos porque, si no, estos cuatro años no sé para qué van a valer», dijo.
La presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, lamentó que una «disputa política que no conduce a nada» haya impedido llevar a cabo las deducciones fiscales y avisó de que volvería a traer a la Cámara de Vallecas el proyecto de ley «porque gobernamos para los madrileños, mientras que la izquierda gobierna para la fiesta independentista».
El Grupo Parlamentario Socialista, el principal de la oposición en la Asamblea, interpretó lo ocurrido como una «desautorización» a Ayuso de Vox y Cs al no lograr sacar adelante su proyecto de deducciones fiscales.
La portavoz adjunta del PSOE, Pilar Sánchez Acera, calificó lo sucedido como «muy grave» al entender que «la Comunidad está políticamente bloqueada y hay que buscar alternativas diferentes a las actuales».
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