Cárcel

Los presos de Valdemoro protestan: exigen el uso de mascarillas entre los funcionarios

Una asociación de trabajadores del centro pide a la dirección que les doten de material. “Los ánimos entre la población reclusa más peligrosa están muy caldeados”, avisan

Prisión de Madrid III, en la localidad de Valdemoro
Prisión de Madrid III, en la localidad de Valdemorolarazon

Los hechos sucedieron el día 23 de marzo en uno de los módulos del centro penitenciario de Madrid III en Valdemoro. Según relata la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP), una pelea, a primera hora de la mañana, exigió la rápida intervención de los funcionarios de servicio de varios módulos. Una vez resuelto el problema, se produjo una protesta generalizada por parte de los presos. ¿El motivo? Los empleados públicos no llevaban mascarillas cuando entraron al módulo. “Afortunadamente, la protesta no fue a más, gracias a la empatía existente entre presos y funcionarios, pero pudo haber terminado muy mal. Los ánimos de los presos más peligrosos de la cárcel están cada día más encendidos”, afirma la asociación.

Según explica la APFP en un comunicado, “los presos aceptan que les prohíban las comunicaciones con sus familias para que no les contagien el virus. Sin embargo, no entienden que los funcionarios no lleven mascarillas. Entienden que también ellos les pueden contagiar”. Con todo, la asociación denuncia que la dirección del centro “niega la petición de presos y funcionarios alegando que cumple ordenes de la SGIIPP y las recomendaciones de Prevención de Riesgos Laborales. Sin embargo, dichas recomendaciones contradicen el informe elevado por los facultativos del centro penitenciario a la SGIIPP, que aconsejan el uso de mascarillas para todos los empleados públicos”. Igualmente le han pedido a la dirección del centro que se fumigue diariamente todas las dependencias, así como que los funcionarios de comunicaciones y otros servicios suspendidos se queden en sus casas a disposición de la dirección.

“Demuestra la dirección, que no sólo no quiere entender el problema, la demanda de mascarillas no es un problema de salud laboral de los trabajadores, sino un problema de tranquilidad y seguridad para la población reclusa. Este lógico y fundado temor de la población reclusa a ser contagiados por los empleados públicos, si no se ataca con inteligencia y valentía puede terminar en reacciones violentas colectivas”, afirma la APFP.