Coronavirus

La nueva normalidad empieza en una terraza al sol

Solo un 10% de los bares de la región abrió estas áreas. La mayoría esperarán a la fase 2

María y Laura, amigas y compañeras de piso, miraban esta mañana desde el balcón de su casa las terrazas de la Plaza del Dos de Mayo, en el barrio de Malasaña como quien sigue un partido de fútbol: con expectación y nerviosismo. «Éramos de las que decían que no bajaríamos. Pensábamos que habría cola, que estaría la gente ansiosa y se volvería loca... Pero vimos que, pese a todo, hoy parecía un día normal. Queríamos disfrutarlo», afirman, mientras muestran la foto que se han hecho para demostrar su «hazaña» a sus amigos, con un segundo vermut en la terraza de la cervecería Cabreira. En la pizarra del local está señalizada la lista de espera: Antonio y Angelita, Dani, Sofía (seis personas), Eduardo... En cuanto estas jóvenes se levanten, los empleados del bar pasarán la solución hidroalcohólica sobre sus sillas. El mismo procedimiento que lleva a cabo Rafael en La Fragua de Sebín, una taberna vecina. Muy contento de servir su primer desayuno (un café con leche y una tostada con tomate), su dueño, Rafael Barrio, se pregunta cuándo podrá admitirse más de una persona en los baños. «¿Cómo vas a servir cerveza y tener a la vez el lavabo cerrado?», duda. Mientras, no muy lejos de allí, en el Ojalá, en la Plaza del Rastrillo, Mia y Mary Lou, dos estudiantes norteamericanas, también apuran su segunda copa, en este caso una caña. «Yo he venido de más lejos, pero mientras iba en el tren, no he podido evitar llorar de la emoción», dice Mary Lou.

Ayer lunes, comienzo de la fase 1 en Madrid, la zona de Malasaña y plazas como la de Chueca guardaban semejanzas con una mañana de un domingo cualquiera, salvo por los detalles que denotan que aún seguimos en estado de alerta: las terrazas reducidas a la mitad de su capacidad y consecuentemente llenas, con listas de espera para lo que queda de semana; cintas de color verde en el suelo para delimitar las distancias seguridad de dos metros entre las mesas y los viandantes; los grupos de más de diez personas no rechazados... Entre los comensales de la plaza hay hosteleros como Augusto y Miguel, los jóvenes propietarios de La Taberna de Morgana, que explican cómo se han reinventado gracias a las redes sociales. «Hemos hecho una inversión muy fuerte y hemos podido salir adelante gracias a la comida a domicilio. Y aunque podamos abrir en fase 2, posiblemente sigamos así», explican.

Lo cierto es que la apertura de terrazas fue desigual en la región. La asociación Hostelería Madrid estima que solo un 10 % de los bares y restaurantes de la Comunidad abrió ayer sus puertas. ¿El motivo? En estos momentos, no les resulta rentable «rescatar» a los trabajadores acogidos a un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). De hecho, según la encuesta realizada por la asociación, el 60% esperará a la fase 2 para reabrir sus locales, mientras que el 30 % restante tiene pensado hacerlo a lo largo de la fase 3.

Con todo, muchos hosteleros que abrieron ayer con la ilusión de empezar a recuperar el tiempo y la inversión perdidos, se vieron obligados a aplazar sus planes al menos 24 horas. Precisamente en el primer día de desescalada, y tras varias jornadas sufriendo temperaturas que superaban los 30º, las lluvias hicieron acto de presencia en Madrid. Hasta tal punto, que el Ayuntamiento recomendó no acudir a los grandes parques como el Retiro, Madrid Río o la Casa de Campo, que también se estrenaban ayer tras más de dos meses enrejados, debido a la previsión de tormentas. Así, la alerta naranja se sumó a las otras restricciones «anticoronavirus», como el cierre de áreas infantiles y deportivas.