Nutrición
Cuando el Ayuntamiento se convierte en tu dietista: un programa para ayudar a perder peso en Madrid
La iniciativa municipal ALAS, de Madrid Salud, ha logrado que un 85% de sus participantes baje 4,3 kilos de media. El 22% de obesos ya no lo es
Adelgazar es uno de los propósitos de todo año nuevo que se precie. Pero en ocasiones va más allá de la mera cuestión estética: puede ser un riesgo para la salud. Juan Vicente Fernández sufría sobrepeso y presentaba unos índices altos de colesterol y triglicéridos. Dos años después, los indicadores se han reducido. Gracias a su voluntad, pero también a una ayuda externa que le ayudó a «traducir» las prescripciones de su endocrino. Sus problemas son los que padecen muchos madrileños; sin embargo, pocos saben que cuentan con recursos municipales para combatirlos. Concretamente, el programa de Alimentación, Actividad Física y Salud (ALAS), liderado por Madrid Salud, del Área de Gobierno de Seguridad y Emergencias. Una actividad que nació hace una década para fomentar un estilo vital sano y prevenir la obesidad, la diabetes tipo 2 y las patologías cardiovasculares.
Más de 100.000 madrileños han pasado ya por ALAS en este tiempo. Y los resultados son muy positivos: el 85% de los participantes ha perdido una media de 4,3 kilos de peso, un 43% perdió más de un 5% de su peso inicial y un 22% de las personas con obesidad dejaron de serlo. Ahora bien, ¿en qué consiste? Como explica a LA RAZÓN Mercedes Celinos, responsable del programa, trabajan básicamente en dos ámbitos: a pie de calle, en centros educativos y deportivos, así como en centros de mayores; pero también «de una manera más intensa y específica» con población de alto riesgo como la antes mencionada. Los expertos de Madrid Salud, después de valorar la situación del interesado, le asignan un trabajo grupal, en talleres que abarcan diez sesiones durante seis meses.
Juan Vicente detalla todo lo que ha aprendido en ese medio año de trabajo. En primer lugar, el hecho de formar parte de un grupo de personas que sufre una serie de problemas comunes te hace «ser consciente, ver la realidad y encontrar un apoyo ante posibles recaídas. Te hace comprender que puedes controlar la situación, que no es imposible». Después, comprueban que hacer dieta no tiene por qué ser algo aburrido. «Una vez que sabes que debes consumir un 50% de hidratos, un 30% de grasas y un 20% de proteínas, después puedes jugar con combinaciones en ensaladas, con frutas, cereales...». En ese mismo punto, descubrió un superalimento que «todos desconocíamos: la fibra de prácticamente cualquier fruta». Y, por contra, obtuvo información de otros no tan beneficiosos, como el pan blanco («deberíamos tomar el integral»), la miel («muy asociada a las vitaminas pero es básicamente azúcar») y las aceitunas («son, básicamente, paquetitos de sal»).
Con todo, ha habido un punto en los talleres que considera clave: la gestión de las emociones. «Sobre todo, no tomarnos la alimentación como un castigo, sino como un privilegio. Es adoptar una decisión. Igual que se puede dejar de fumar, se puede elegir comer mejor. Es cambiar el modelo de vida», dice Juan Vicente. Y es que las técnicas psicológicas para el cambio de hábitos constituye una herramienta esencial del curso.
Los interesados cuentan con un cuaderno de trabajo que se utiliza para llevar a cabo las tareas en casa. Y ya al final, se realizan evaluaciones, con un seguimiento durante dos años. «Me ha cambiado la vida», dice Juan Vicente, que anima a la gente a apuntarse. «Al igual que las matemáticas, deberían implantarse en los colegios».
Mercedes Celinos señala que las personas atendidas suelen estar entre los 35 y los 70 años. Y, en general, «acuden más mujeres que hombres». El único requisito para participar es la fuerza de voluntad. «No es fácil sacar un poco de tu tiempo para realizar cualquier actividad una vez por semana. Tienes que estar muy motivado, e ir viendo el beneficio. Hay gente que se va perdiendo en el camino. Pero en esas diez sesiones, después de las seis primeras hay un porcentaje muy alto que continúa», afirma. De hecho, el confinamiento no ha supuesto un obstáculo para los participantes. «La mayoría han seguido perdiendo peso y han logrado su objetivo: perder un 5% de su peso inicial».
¿Cómo apuntarse?
Para participar en los talleres grupales, hay que informarse e inscribirse en los centros de Madrid Salud, presentes en los distritos. Mientras, para tomar parte en la intervención dirigida a las personas con sobrepeso, obesidad o alto riesgo de diabetes también es necesario informarse en esos centros, donde se les dará una cita individual para valorar su estado de salud. En esta estrategia, en primer lugar se realiza una detección de la población con sobrepeso, obesidad y/o alto riesgo de padecer esta enfermedad en los próximos diez años. Para ello se utiliza un test validado (el llamado test de Findrisc), que consta de ocho sencillas preguntas. A través de su puntuación y de la medición del Índice de Masa Corporal se detecta a estas personas, realizando una valoración individual en consulta de sus hábitos de vida en cuanto a alimentación y a actividad física y un análisis de sangre.
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